Metamorfomago || KOOKMIN ||

1. Blanco

Porque, desde el primer día que lo vio, su corazón se paralizó y sus pensamientos se detuvieron para poder admirar y guardar en su memoria cada rasgo y facción del chico castaño.

Aquel día, Jimin estaba eufórico, después de todo al fin podría ir a la escuela de Magia y Hechicería a la cual no había podido asistir antes por cumplir años tiempo después del inicio de clases.

Aunque agradecía internamente que su mejor amigo, Kim Taehyung, estuviera en la misma situación. Así empezarían juntos.

—¡Entonces mi papá intentó tomar a Tanie y el hechizo paralizador que lanzó mamá le dio justo en el rostro! –Jimin escuchaba atentamente la historia de su amigo, ríendo al imaginarse al señor Kim petrificado–

Ambos chicos estaban cómodamente sentados en un cubículo del tren que daba vista hacia el Andén donde aún estaban las familias despidiendo a sus hijos.

La familia Kim estaba a unos metros, conversando con alguna familia que, se notaba, eran muggles. Jimin los vio con detenimiento, jamás había visto muggles. Cuando concluyó que no tenían nada de especial, buscó con la mirada a sus padres y hermano, quienes estaban junto a una bruja y su hijo.

El chico estaba de espaldas cuando hizo una reverencia frente a sus padres, aparentemente la señora lo estaba presentando.

—Hey, Tae, ¿quién es la bruja que está con mis padres? –el menor dejó de luchar contra el envoltorio de su rana de chocolate para mirar a donde el pelinegro señalaba–

—Oh, ¿conoces al auror Jeon?

—¿El que se postulará a Ministro de Magia? –el Kim asintió–

—Ella es su esposa y el chico es su hijo menor, Jeon Jeongguk. Lo conocí hace un año cuando pasó la tragedia.

Jimin no dijo mucho más, solo se inclinó contra el vidrio, justo en el momento que el tren avisaba su partida y el pequeño Jeon se giraba para abordar el tren.

Fue allí cuando Jimin contuvo su respiración por inercia. El chico era precioso, sus facciones eran algo regordetas y sus grandes ojos lo hacían lucir adorable. Jimin sintió de inmediato como la magia comenzaba a fluir bajo su piel, haciéndole cosquillas.

Taehyung soltó una exclamación ahogada y lo zarandeo un poco, sacándolo de su ensoñación.

—¿Qu-qué? –parpadeó un par de veces, viendo a su amigo que tenía la boca abierta–

Taehyung se apresuró en tomar una de sus maletas y rebuscar hasta sacar un espejo de mano.

Jimin abrió los ojos y boqueo un tanto para luego echarse a reír.

—Me gusta, creo que me lo quedaré.

Dijo mientras jugaba con un mechón de su, ahora, blanco y sedoso cabello.