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Tiempo atrás...

Las personas salían y entraban  de la Mansión, no hubo un momento de paz desde que Robert cayó  enfermo. Algunas noches, los gritos de desesperación por el dolor ocasionaban que todos lo que habitaban allí fueran como en procesión a vigilar al joven maestro. En uno de esos tantos episodios Gregory  fue con mucha valentía al dormitorio de su hermano. Lo que observó allí fue espeluznante  un cuerpo totalmente demacrado con ojos que languidecían y una voz que parecía traída del más allá. El desenlace estaba cerca, pero nadie se atrevía a opinar algo al respecto.  Aun así, los padres de Robert se negaban a aceptar este fatídico final, por lo que recurrieron a cuanta recomendación se les brindaba. Desde plegarías hasta menjunjes que prometían la curación y recuperación de cualquier enfermo. Si embargo, el olor a muerte se colaba por todos los rincones de la casa y penetraba en las fosas nasales de cualquiera que hubiera ido a visitar al moribundo. Los últimos médicos que evaluaron a Robert se limitaron a decir: necesita tiempo de calidad, háganlo feliz, entre otras tantas palabras de consuelo y resignación que se escucharon en ese lugar.

Gregory, quien estaba renuente  ha aceptar e incluso a oír las súplicas de su hermano, termino cediendo.

— Charlotte, mi dulce Charlotte, mi querida amiga de los cabellos rojizos como nos divertimos aquel verano— balbuceaba una y otra vez.
— Tranquilo hermano, te prometo que la verás de nuevo— dándole pequeñas palmadas.

Gregory, pensé que tendría más tiempo. Juré que me casaría con ella— retorciéndose por su estado febril.

—Tendrás más tiempo... ocurrirá un milagro—  con un leve temblor en la voz, mientras sus  ojos se ponían vidriosos por las lagrimas que estaban a punto de brotar.

Estoy muriendo, no trates de mentirmesosteniendo sus manos tú debes velar por ella... por su felicidad— sus pupilas se encontraban dilatadas, observando un punto muerto en la recámara.

Lo que me pides es una locura. No soy como  tú y jamás lo seré. Eres la persona más noble , leal y sincera que conozco. Ojalá yo hubiera tenido esas virtudes pero soy oscuro y disoluto.

— Las tienes, además recuerda que siempre fuiste  preferido por nuestros padres porque no naciste enfermo y débil. Quiero que me hagas un favor—  señalando temblorosamente un lado de la cama.

—¿ Que necesitas?

— Por favor, saca de aquel cajón el que esta debajo de la mesa— tomando un respiro—  Allí hay un  diario, léelo  y te darás cuenta que vale la pena luchar por ella.

Gregory fue al cajón y sacó un pequeño cuaderno donde estaban los pensamientos más profundos de su hermano e incluso pequeños recuerdos que seguramente fueron dados por personas que valoraba mucho—Hermano,  te prometo que lo leeré y todas esas palabras serán mías de ahora en adelante. Por favor, descansa no te agites; el médico dijo que con reposo y una buena alimentación saldrás adelante.

—No, hermano para mí ya es tarde, la muerte esta ensañada conmigo y quiere llevarme con ella, la presiento e incluso puedo decir que la veo. Es una sombra más grande que nosotros que se acerca y se aleja de acuerdo a mis fuerzas. Sólo le pedí algo, que me permitiera dejarte estoseñalando el DiarioElla accedió,  pero me va diciendo insistentemente que es hora de partir y que mi misión en el mundo de los vivos acabó. Te quiero muchísimo, brilla por mí, recuérdales a nuestros padres que los amé con todo mi corazón y que procuren no sufrir tanto porque yo me libro de este dolor y de estas cadenas que hicieron mi vida muy miserable. En cuanto a Charlotte posiblemente ella no sea la mujer de tus sueños, por tener una belleza que sale de los estándares, pero su dulzura te cautivara— pronunciando estas últimas palabras cayó en el profundo sueño de la muerte.

Gregory, lloraba amargamente al lado del cuerpo inerte de su hermano. Hacerse  pasar por Robert  era muy complicado, una mentira muy difícil de sostener, si alguien llegaba a pronunciar su nombre todo acabaría. Sin embargo, tenía tiempo el cual era su aliado sólo que no sabía como  aprovecharlo.  Debiendo de esta forma idear un plan, para que Charlotte no sospeche de lo que estaba sucediendo. Pronto, Gregory salió de sus pensamientos  y comenzó a gritar para que todos los que se encontraban fuera de la habitación entraran para socorrer a Robert, empero ya era tarde él había partido al más allá.

Solos en el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora