El Lux

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Tony había tenido que viajar de urgencia a Los Ángeles, dejando a los vengadores solos en la torre y a F.R.I.D.A.Y a cargo de que no quemaran ni destruyeran nada.

Sabiendo que el que se fuera ese día o el siguiente no cambiaría mucho las cosas, por lo que decidió quedarse una noche y conocer aquel famoso bar llamado Lux que tanto proclamaban sus contactos debía conocer.

No iba a mentir, había escuchado algunas cosas respecto al bar, como que su dueño tenía un particular gusto por lo bíblico y que allí se podía festejar hasta el amanecer. Honestamente solo quería ir porque se decía exclusivo para aquella élite a la que pertenecía.

Se miró al espejo una vez más para terminar de arreglar la camisa color vino fajada dentro de sus jeans negros que se ajustaban perfectamente a su curvilinea figura, sonrió ante su imagen en el espejo, tal vez era momento de disfrutar de una noche sin preocupaciones ni desvelos por pensamientos que terminaban sin llegar a ningún lado.

Tomó sus llaves y se dirigió al lujoso bar.
Supo que estaba cerca cuando una fila gigante se expandía en la acera de una de las calles principales de Los Angeles, le entregó las llaves de su carro al parking y se dirigió a hablar con el guardia, después de todo era Anthony Stark.

Como supuso, le permitieron la entrada de inmediato. 
Apenas entró pudo notar la ruidosa música típica de estos lugares, además de la bella iluminación del lugar y  la diversa gama de bailarines que se divisaban en las tarimas dispuestas. Probó suerte en la barra, tal vez un trago lo ayudaría a ambientarse, pidió un whisky a las rocas y se dirigió a una de las mesas para disfrutar de este mientras imaginaba que estaría pasando en la torre, que estarían haciendo los vengadores, o el capitán. Sacudió la cabeza intentando quitar esos pensamientos, precisamente estaba ahí para descansar de las ideas que carcomian su mente y los sentimientos que agobiaban a su corazón, seguro pepper lo mataría si supiera que estaba en esos lugares a los que no le gustaba que asistiera, sonrió ante ese pensamiento, se sentía como aquel joven atrevido otra vez, ese que aún no entendía la responsabilidad que cargaba en sus hombros y huía de su tío cada que podía a algún bar de mala muerte.

De pronto en su cabeza se interrumpió por completo el río de pensamientos cuando los primeros acordes de un piano comenzaron a sonar silenciando todo, incluso las conversaciones que se llevaban a cabo en segundo plano, y una melodiosa voz cantaba las primeras letras de "sinner man".

Hipnotizado por aquella armoniosa voz se dirigió hacia el lugar donde estaba dicha persona.

Un hombre de traje, singularmente atrayente, estaba sentado en el piano, cantando con una sonrisa oscura mirando hacia su público, quienes devotamente escuchaban cada nota que brotaba de sus labios.
De pronto su mirada se topó con un café profundo, una mezcla entre caramelo y chocolate, de quién no logró apartar su mirada. Su rostro le parecía familiar, pero esa no era la razón por la que no podía apartar sus ojos del hombre en cuestión.

Al chocar sus miradas ambos sintieron una fuerte atracción por el otro, uno encontraba increíblemente atractivo el misterio que rodeaba a esa esbelta figura que tan diestro era en la música, al otro le parecía demasiado atractiva la forma en la que su cuerpo parecía dominar el lugar, como despedía un aura de poder e inteligencia únicos, además del peculiar brillo en sus ojos, parecían del color de la miel más pura y fina que jamás haya visto.

Ambos permanecieron en un duelo de miradas mientras el hombre más alto continuaba con su presentación. Cuando estaba por terminar, Tony sonrió triunfante, como si el lograr mantener su atención sobre su persona, fuera una gran victoria, quizás también, invitando a algo más, y apartó sus ojos de la presentación para simplemente posar sus ojos en el lugar e intentar recorrerlo aprovechando que todos estaban como hipnotizados por aquel sujeto que cantaba en mitad del bar.

Comenzó admirando las diversas tarimas donde bailaban bailarines de todo tipo, no recordaba haber visto tanta diversidad en un solo bar, e incluso parecía, por la forma en que se movían y vestían, que su real motivo era entregar su arte, la danza. Se movían con delicadeza, elegancia, y parecían disfrutar sinceramente el estar allí , y eso era cautivante.

Después siguió con las escaleras a un costado que parecían llevar a otro lado del lugar, uno que no era parte del público general, quiso ir, pero una mano en su brazo le puso a la defensiva en menos de 1 segundo. Se dio vuelta y encontró a una mujer que parecía mortífera, su aura era similar a la que pepper ponía cuando estaba cerca de los vengadores desde aquel incidente, y eso en vez de asustarle le hizo sentir en calma.

- oye, allí solo van los clientes exclusivos invitados por Lucifer - dijo mirando a sus ojos en todo momento, con intención de intimidarle.

Tony conocía a las personas así, es decir, su mejor amiga y compañera de vida actuaba de la misma manera, por lo que sólo sonrió asintiendo mientras levantaba los brazos en señal de rendición.
Esto hizo sonreír a la mujer, lo que Tony aprovecho para preguntar por su trabajo allí, ya que parecía más bien una guardaespaldas que una bartender, que era en lo que la había visto la primera vez.

- Soy lo que necesite lucifer, aquí sirvo los tragos y me preocupo de los curiosos que quieren dejar ningún misterio sin develar.

- Auch! Eso se sintió como un ataque directo- dijo Tony dramatizando un dolor en el pecho de forma graciosa - luces más como alguien de quien hay que cuidarse que como alguien que sirve tragos

- bueno, fuera de aquí sirvo como guardaespaldas - dijo satisfecha por el cumplido de Tony, honestamente era la primera persona que no la veía ni como demonio ni como una fantasía sexual andante ni como rival en potencia.

Maze estaba sorprendida y fascinada, este hombre la trataba con el respeto que se merecía, no parecía intimidado ni atraído por ella, sino sólo atento, como si fuera alguien admirable para él. Y eso le gustó bastante.

- ¿Puedo preguntar algo? No deseo ofenderte ni mucho menos, pero ¿ Cómo haces para pelear en ese increíble atuendo? No parece cómodo - dijo el castaño curioso mirándola interrogante. Maze pudo percibir admiración en ellos, esa pregunta la pudo haber ofendido, siempre venía con un mirada lasciva sobre su cuerpo, pero Tony stark no era como muchos lo pintaban al parecer, este Tony parecía maduro y dañado, despertaba en ella un instinto de amistad que sólo afloraba con lucifer, y eso era extraño.

- Espero que nunca debas averiguarlo - le dijo sonriendo divertida, a lo que Tony respondió con otra sonrisa resplandeciente.

Entonces ella se despidió con un gesto y se encaminó a la barra a ocupar su lugar otra vez.

- Veo que le agradaste a Maze - dijo una voz a sus espaldas.

Una Noche Y La Eternidad. (Morningstark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora