Lo siento

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Narra T/n...

Y así de rápido pasó un mes. Mamá y yo amábamos la nueva casa y vivir con Momo es genial, cocina de maravilla y todas las tardes prepara postres deliciosos.

Las clases me iban de maravilla, salvo claro por el curso de Matemáticas. Jimin y yo nos reuníamos en su cuarto todas las noches para estudiar, pero terminábamos viendo videos divertidos en YouTube o fotos en Instagram y el libro de Mate por su puesto, en la basura.

Jimin y yo nos hemos vuelto muy cercanos. Hasta podría decir que es algo así como mi mejor amigo, aunque yo no le he dicho que lo considero como tal.

Con respecto a Jungkook... lamento decir que no he avanzado nada. Nos vemos siempre y cuando tenemos Lengua, o en la cafetería cuando estamos con Jimin y Mina, pero nada más que eso.

Aunque hace un par de días me dijo que le gusta mi cabello. Eso es algo bueno. Creo.

Abrí la puerta del cuarto de Jimin y entré, él estaba recostado en su cama con el celular en la mano.

Tomé el libro de matemáticas y me senté al pie de la cama.

Ahora la habitación de Jimin estaba impecable. Desde esa vez que me prometió que sería más ordenado, no ha roto su promesa.

— ¿Alguna vez estudiaremos de verdad? —pregunté en tono burlón.

—El día que yo deje de ser sexy, ese día estudiaremos—dijo el victorioso.

—Entonces empecemos de una vez—bromeé.

Jimin se incorporó y dejó su celular a un lado.

—Estoy bien bueno y lo sabes—dijo sonriendo.

Toda la vida Jimin y yo bromeábamos con eso. Era divertido, pues al final el siempre terminaba sonrojado.

—Ajá si—bufé.

De un momento a otro sentí como las manos de Jimin me jalaron y me tiraron a la cama. El empezó a hacerme cosquillas sin parar.

Él sabe muy bien que detesto las cosquillas.

—DETENTE! JIMIN POR-PORFAVOR! —suplicaba yo mientras reía. El estómago me comenzó a doler de tanta risa.

Con sus dedos pellizcaba mi cintura, mi cuello y debajo de los brazos. Yo no podía parar de reir.

—Di que soy sexy y me detengo. DILO! —ordenó.

Todas las noches era lo mismo y yo al final terminaba rindiéndome y diciendo aquella frase "ERES SEXY, DETENTE POR FAVOR".

Pero esta noche no me iba a rendir.

—N-NO LO DIRÉ! —exclamé.

Las risas de ambos inundaban la habitación, ha puesto a que se oía en toda la casa, pero nuestras madres ya sabían que nosotros jugábamos así.

—DILO! DILO—continuó Jimin.

Mi estómago iba a explotar de dolor, estaba muriendo de risa.

Logré tomar las manos de Jimin y traté de retirarlas de mi cuerpo, pero era obvio... él es mucho más fuerte que yo.

Aproveché el preciso momento en que las manos de Jimin pellizcaban mi cuello y lo mordí.

El me soltó, pero cuando quise escapar, me abrazó por la cintura con tal fuerza que rodamos de la cama y caímos al suelo.

El cuerpo entero de este tonto cayó sobre mí y me golpeé la espalda.

—Oh por Dios ¿Te aplasté? ¿Estás bien?—preguntó Jimin. A juzgar por su expresión, estaba preocupado.

—Mi- mi espalda—me quejé. Me había golpeado realmente fuerte.

Él se movió un poco para separarse y logró hacer que me doliera más.

—NO TE MUEVAS TONTO, ME DUELE—exclamé.

El sé quedó serio e inmóvil.

Nos quedamos unos largas segundos así, en aquella posición

Yo estaba completamente estampada en el piso y Jimin se encontraba justo sobre mí, apoyándose en sus brazos.

Fue cuando nuestros ojos se miraron directamente que me di cuenta en la vergonzosa posición que nos encontrábamos. Jimin estaba encima de mí.

—Jimin...—mascullé.

Sus ojos estaban posados en los míos y viceversa. Noté en ese momento lo hermosos que eran.

Y su rostro en general, su nariz, sus labios, su cabello. Ahora entiendo porque todas las chicas lo perseguían.

Lo que viene a continuación me dejó pasmada.

Vi como Jimin dirigió su mirada a mis labios y se mordió el labio inferior.

Jamás lo había visto ponerse de esa manera. Por lo menos no con otra persona que no fuera Mina.

Abrí mis labios de la impresión y los ojos de Jimin se volvieron a los míos.

Lentamente empezó a acercarse a mi rostro, a tal punto que sentí como su respiración chocaba con la mía.

¿Pero qué estaba haciendo?

Los labios de Jimin rozaron los míos, cuando sonó el timbre de la casa.

Él se separó rápidamente. Yo seguía tendida en el suelo.

Nos miramos los dos.

—Lo siento—dijo él.

Tomó mis dos manos y me ayudó a levantarme. Mi espalda me dolía horrible. Me quejé un par de veces hasta que me senté en la cama.

Jimin se quedó parado viéndome. Su rostro era nuevo, no había visto esa expresión antes. Confusión, esa es la palabra perfecta para describirla.

—Yo... —susurró.

Esperé impaciente lo que Jimin iba a decir, sin embargo me quedé con las ganas. El salió de la habitación y minutos después escuché su auto alejarse de la casa.

¿Qué carajos había sido eso?

¿Mi novio ó mejor amigo? ~Jimin, Jungkook y Tu~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora