¿Mi novio ó mejor amigo? ~Jimin, Jungkook y Tu~

Ven

Narra T/n...

Apenas había acabado la clase y mi celular no paraba de sonar. Era Jimin recordándome que hoy me escaparía de clases con él y nos iríamos a "divertir" y todo gracias a su ruptura con Mina.

— No sé qué tiene planeado Jimin. Debería de ir a divertirse solo y no hacerme perder clases— me quejé.

—Trata de comprenderlo, acaba de terminar una relación—dijo Jungkook.

Guardamos cada uno nuestras cosas en las mochilas y salimos del salón.

— ¿Por qué no vas tú con él? —.

— ¿Estás loca? No faltaré a clase—dijo él riendo.

Hice puño y golpeé su estómago por andar de chistoso, pero lo único que conseguí fue que una mano rota. El torso de Jungkook estaba perfectamente duro.

Mientras caminábamos por el campus dirigiéndonos al estacionamiento donde supuestamente Jimin me iba a recoger, no pude evitar imaginarme en cómo sería el abdomen de Jungkook.

— ¿Haces ejercicio? —. Fue una pregunta estúpida lo sé, era más que obvio que kook se ejercitaba. Dudo que sea posible tener ese cuerpo si fuera lo contrario.

— A veces— respondió.

Dirigí la mirada a su torso. Para mi mala suerte la camisa que él traía era bastante holgada y no me permitía ver absolutamente nada.

Fue ahí cuando levanté la mirada y me encontré con la de Jungkook.

Mierda, me había pillado viéndolo.

— ¿Quieres ver? —me preguntó.

— ¿Qué cosa? —.

— Esto. — dijo señalando su pantalón.
Estúpidamente miré su entrepierna. ¡Qué vergüenza!

Jungkook empezó a reír.

— ¡Eres un pervertido! —exclamé sonrojada. Me crucé de brazos y comencé a caminar más rápido para dejarlo atrás.

— ¿Yo? Pero si tú eres quien me está mirando allí abajo—continuó bromeando.

Jungkook corrió y me abrazó por detrás. Apoyó su barbilla en mi hombro. — ¿No quieres ver? — susurró cerca de mi oído.

— ¿Y ahora qué? —. Interrogué. El continuaba rodeándome con sus brazos mientras caminábamos.

— Mi cuerpo—. Dijo él.
Mi corazón se detuvo unos segundos de los nervios. Era la primera vez que Jungkook mostraba ligera perversión. Y la verdad es que me gustaba.

No contesté. Me daba vergüenza decirlo. Porque bueno... es más que obvio que si quería hacerlo.

— Porque yo si quiero ver el tuyo— susurró nuevamente en mi oreja y sus labios rosaron mi lóbulo.

Se me erizó la piel y tengan por seguro que mis mejillas se enrojecieron a más no poder.

Me volteé para mirarlo de frente y cuando nuestros labios estaban a punto de unirse las bocinas de un auto empezaron a sonar como locas.

Ambos volteamos.

Efectivamente... Era Jimin.

Saludándonos y presionando el claxon de su auto sin parar para llamar nuestra atención, sin importarle que se encontraba a varios metros de nosotros y todo el mundo se nos quedaba mirando.

— Aish... este tonto—me quejé.

Jungkook depositó un corto beso en mis labios. —Adiós preciosa, iré a clases. Diviértanse hoy! —finalizó agitando la mano para despedirse también de Jimin quien se encontraba lejos.

...

— ¿Qué hacemos aquí? Creí que querías divertirte—hablé seca.

Para mi sorpresa Jimin me había traído de vuelta a casa.

—Sube y ponte pijama—dijo serio.

Entramos a casa y tiré mi mochila en uno de los muebles de la sala. — ¿Ah? —.

— Que te pongas pijama —repitió Jimin.

— Pero ¿Por qué? —interrogué confusa. ¿Qué planes tenía este tonto?

— Hazlo. Nos vemos en mi cuarto—terminó y subió las escaleras dejándome ahí.

Dudé un momento si hacerle caso o no, pero volvió a mi mente su separación con Mina, así que tomé mi mochila y me fui a mi cuarto para ponerme "pijama".

...

Abrí la puerta de la habitación de Jimin e ingresé.

— ¿Pero qué...? —.

— Ven— ordenó Jimin.

Él se encontraba recostado en su cama con las luces apagadas, sin embargo la luz proveniente del televisor me permitía ver el tazón gigante de pop corn que tenía a su lado. En la mesa de al lado habían gaseosas y otros dulces.

Hice lo que me dijo, me quité las pantuflas, pasé sobre él y me recosté a su lado.

Estaba a punto de bombardear a Jimin con preguntas sobre estos planes, pero fue ahí cuando tomé conciencia. Este corto mes me había permitido conocer bastante a Jimin y sé más que nadie lo mucho que le agradan las cosas sencillas.
El pasar todo el día viendo películas y comiendo golosinas era perfectamente el significado de "diversión" para él. Así que no me molesté en preguntarle nada, sino solo disfrutar.

— ¿Qué película quieres ver? —me preguntó.

— La que tú quieras— dije para luego acercarme a él y apoyar mi cabeza sobre su hombro. Jimin me rodeó con su brazo.

Él soltó una risita y sonrió achinando sus ojitos. — Eres tan linda—dijo.

Jimin amaba los gestos cariñosos así que no dudé ni un momento en acurrucarme con él. No quería volver a verlo triste.

— Lo sé lo sé, ahora pásame un dulce—.