"Lo que sea, menos ordinario"

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-- Prefiero ser lo que sea menos ordinario, por favor --

"Mi soledad no depende de la presencia o ausencia de las personas, al contrario, odio a quien roba mi soledad sin a cambio ofrecerme una compañía de verdad"

-- Ella es tu hermana Alex, de la que te había hablado

Esas fueron las palabras de mi padre que se encontraba frente a mi con esa chica, ella era dos años menor que yo, estuve callado, solo mirándolos a los dos.

-- Su nombre es Emma, estará viviendo con nosotros a partir de ahora y no se hasta cuándo puesto que tuvo una discusión con su madre

-- Hola Alex

Eso me dijo ella, yo la saludé con la mano, no dije ni una palabra, me levanté del sillón y me dirigí a mí habitación, pensé:

"Vaya sorpresa y justo una semana antes de mi cumpleaños"

Me acosté en mi cama y me puse mis audífonos, no tenía nada más que hacer, algunas veces me asusto a mi mismo... Emma entró, me miró y me dijo:

-- Parece que a partir de la próxima semana iremos a la misma escuela, papá me inscribió allí

Solo asentí con mi cabeza

-- ¿Porque no dices nada Alex?

-- Porque no quiero

Dije eso, es verdad que fue grosero pero enserio no quería hablar, como sea, me puse mis zapatos y salí de la casa con un audífono colgando de mi oído y mis manos en los bolsillos de mi chaleco.

Pase por la cafetería, ustedes saben a cual me refiero y por alguna razón compré unas galletas, las mismas que Esteban compró aquella vez, maldita sea, este chico me tiene mal, ya estoy empezando a hacer estupideces. Cómo sea, seguí caminando, pero vi sentado en una escalera a Evan "el chico de la patineta" del otro día, al parecer el también me vio pues agitó su mano saludándome.

Yo fui hasta donde el estaba sentado limpiando su skate:

-- Hola Alex, ¿Cómo has estado?

-- Hola, he estado bien

-- Eso es bueno

El  levantó la patineta y con un poco de orgullo en su voz me dijo:

-- ¿Que te parece? La pinté, estaba un poco sucia

-- Se ve muy bien

El se levantó y se subió sobre el skate, hizo varios trucos, se veía muy genial todo lo que el hacía, mientras lo veía pensé, algunas veces me gustaría hacer algunas de estas cosas extremas solo para sentir el peligro, me gustaría gritar, creo que eso me ayudaría un poco a sentirme vivo, sin embargo sé que nunca me atrevería a hacer algo así, soy un chico bastante temeroso.

Evan se despidió de mi a lo lejos, yo sabía que tendría que volver a casa pero no quería hacerlo por eso estuve sentado en ese lugar durante un largo tiempo, por allí paso Thomas, el amigo de Esteban:

-- Oye tú, el rarito!

Me grito desde lejos, yo sabía que era a mi a quién le hablaba, levanté la mirada.

-- ¿Porque no estás encerrado en tu cuarto? MARICA

Después de ese comentario se escuchó su risa junto con la de los muchachos que iban con el, a lo mejor tenía razón, debería estar encerrado, a lo mejor soy un marica, pero ¿Es culpa mía sentir esto? ¿Porque tiene que pasarme a mi?.

El amor fue algo que nunca me interesó, quizá porque nunca lo había sentido o por lo menos no con esta intensidad, pensar en el durante el día, visualizarlo en mi mente de un momento a otro, se siente extraño, es angustiante, pero al mismo tiempo es bello y reconfortante imaginarlo a el y sonreír, es un sentimiento un poco agridulce, ¿Se supone que el amor debe sentirse así?.

Esto es complicado, sobretodo cuando la palabra "amor" es algo que nunca entendiste.

Ahora veo sus ojos en mi mente y de la nada una lágrima cayó por mi mejilla, tenía un fuerte sentimiento en el pecho, volvió el cosquilleo, me pregunto ¿Tengo derecho a sentir esto?

Es extraño.

Limpie mis lágrimas con la manga de mi chaleco, tengo que irme a casa. Así fue, caminé y seguí caminando solo en la calle vacía hasta que llegue a mi casa, allí estaban mis padres en el sillón de la sala, hablando con Emma, los mire, ellos me miraron, me disponía a subir a mi habitación, cuando iba a la mitad de la escalera mamá me dijo:

-- ¿Donde estabas Alex?

-- Solo salí a caminar

-- ¿Estabas llorando?

-- Claro que no

Subí rápidamente a mi habitación, antes de que hiciera más preguntas, cuando cruce la puerta vi a mi guitarra, esa que estuvo en la pared, ahora está sobre mi cama y en su lugar una bolsa rosa, al parecer Emma dormirá en mi habitación, está bien, creo que yo dormiré en el viejo sofa, está bien, tome la guitarra y la guarde en el armario, Emma entró:

-- Alex, yo dormiré aquí

-- Está bien

-- Oye ¿Te caigo mal?

-- No

Me fui antes de que esa niña me dijera algo más, baje las escaleras.

Antes de cenar me recosté en el sofá, cerré los ojos un momento, vi a Esteban, en mi mente sonaron unas palabras que oí de su voz, la voz de Esteban:

"Deja abajo tus defensas, no uses el sentido común"

Déjalo IrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora