"RENEW" (Renovar) - TRADUCCIÓN AUTORIZADA

CAPÍTULO 16:

Stephen y Tony llevaron a los dos príncipes de vuelta a la Torre Stark. A partir de ahí, Tony realizó una serie de pruebas para asegurarse de que no hubiera lesiones subyacentes. La tecnología médica de la Tierra proporcionaba poca ayuda para el físico alienígena, pero tanto la carne del asgardiano como la del Jotun se curaron a una velocidad acelerada. Stephen cerró la puerta de la habitación de invitados en la que ahora estaban Thor y Loki. Los dos príncipes habían recibido un duro golpe. Loki se había desmayado mientras Tony lo estaba escaneando. Stephen había instruido a los bots para que prepararan dos habitaciones de invitados por separado, sin embargo, después de haber perdido a casi todos los que había amado, Thor se había negado a dejar a su hermano solo.

Stephen y Tony volvieron a la suite principal. Tony se sentó a los pies de la cama y se pasó una mano por la cara. Stephen se apoyó contra la pared opuesta a Tony. Por un momento, ninguno de los dos dijo nada.

—Por lo que sabemos, Loki y Thor fueron los únicos sobrevivientes. Odín murió cuando intentó retrasar a Thanos —Stephen golpeó sus temblorosos dedos contra sus muslos—. Thanos asedió a Asgard por el Tesseracto. La Gema del Espacio permite la teletransportación a través del universo. Sin ella, su ejército debe atravesar físicamente los terrenos. Esto aún nos da tiempo —Stephen tragó secamente. Tenía un mal sabor de boca. Se habían saltado la cena y no habían notado el momento hasta que la persona a cargo del evento de recaudación de fondos de Tony los llamó para preguntar su paradero.

—Sin el Bi-Frost, el Aether está fuera de nuestro alcance —continuó Stephen. Thanos pudo haber rastreado el Tesseracto a Asgard; el Aether estaba también como desaparecido—. La ubicación de la Gema del Alma sigue siendo un misterio. La Tierra ahora tiene la mitad del número total de las Gemas del Infinito —Tony exhaló un suspiro tembloroso. Stephen sabía lo que estaba pensando. Su objetivo siempre fue el separar las Gemas del Infinito a toda costa, pero una por una, estas terminaban convergiendo en la Tierra. Una temida sensación de inevitabilidad se cernía sobre ellos. Stephen observó las características pálidas de Tony. Se apartó de la pared y se acercó a la cama. Cuando Tony no reconoció su presencia, Stephen se sentó junto a él y le puso una mano en el hombro—. ¿Estás bien?

Tony cubrió la mano de Stephen con la suya.

—Sí. Solo estoy... pensando —apretó los dedos de Stephen—. Asgard cayó tan rápido. Toda esa gente... masacrada en las calles. Odin era el ser más poderoso que conocemos. Si incluso el Dios de los Dioses no era rival para Thanos...

El Titán Loco había comenzado su asalto estratégicamente. Xandar, como su primera parada, era una civilización avanzada que un ejército de Outriders podría superar. Con la Gema del Poder montada en un arma que le otorgaba el control, así fue como Thanos derrotó al anciano Padre de Todo. Una vez que poseyera la Gema Espacio, Thanos podría teletransportarse directamente a Knowhere... El Coleccionista no tendría oportunidad contra él. Desde allí viajaría a la Tierra y recuperaría las del Tiempo y Mente. En ese punto, no importaba dónde estaba la Gema del Alma. Thanos sería el ser más poderoso en existencia. Nada se interpondría entre él y su objetivo. La mitad de toda la vida le perecería a él.

Afortunadamente, alguien había interrumpido el plan del Titán. Loki había estado guardando rencor contra su ex empleador desde que fue liberado del control mental. Por supuesto, teniendo en cuenta su diferencia de poder, Loki no era el tipo para lanzarse a la refriega así como así. Por lo tanto, esperó, y cuando Asgard se desmoronó, surgió la oportunidad de ser la espina más grande en el trasero de su enemigo.

Independientemente de si lo hizo por despecho o autoconservación, el intento suicida de Loki de salvar al Tesseracto les había dado una oportunidad de pelear. Stephen no sabía si el embaucador había salvado billones de vidas o prolongado lo inevitable. De cualquier manera, era demasiado pronto para rendirse. No habían agotado sus opciones, y mientras quedara un atisbo de esperanza, Stephen continuaría luchando.