what about endings?

08

Luke

Terminé de enjuagar mi cara y tomé la pequeña toalla de color azul para secarme. Salí del baño y me dirigí hacia la cocina, donde mi madre estaba sirviendo el desayuno y mi padre estaba sentado, con el celular en manos y perdido en su realidad, como de costumbre.

— Buenos días —pronuncié, escuché a mi madre, decir un "Buen día, Luke", pero de mi padre no salió absolutamente nada.

Mi madre es una mujer de cuarenta años, llamada Laura, que un día en cuestiones de necesidad, quiero imaginar, tomó la absurda decisión de casarse con Gerald Hemmings, mi –por desgracia– padre. Mi madre es hermosa, su cabello rubio siempre está adornado de aquellas ondas esponjosas. Si no la encuentras en casa, probablemente está en los juegos de bingo con sus amigas ebrias. Por otro lado, mi padre es un empresario de cuarenta y siete años, siempre está de traje y lleno de canas, que trata de disimular tintando su cabello, pero ya es un caso imposible. Normalmente anda por ahí con el ceño fruncido y con ganas de joder el día de cualquier joven. Ojalá yo no fuera el primer joven que ve todas las mañanas.

Tomé una larga bocanada de aire y me dirigí hacia la barra, después tomé una taza de la alacena, me serví café y le di un pequeño sorbo. Mi madre ya había dejado el plato con tostadas y fruta en mi lugar, así que me dispuse a desayunar, en silencio, como todos los días.

Me apresuré, realmente, quería largarme lo antes posible, pero cuando estaba a punto de levantarme mi padre se dignó a hablar.

— Eh, Luke, me avisaron que ya se están aplicando los exámenes para medicina, ¿por qué no lo realizaste?

Mierda, ni siquiera recordaba las benditas fechas. Me quedé mirando hacia la mesa, sintiendo la pesada mirada de mi padre sobre mí.

— ¿No era mejor que aplicará para Derecho? Creí que lo habíamos hablado.

— No debemos dejar pasar las oportunidades, Luke, ¿Qué te he dicho?

Lo decía con tanta tranquilidad que dudé un momento si se encontraba bien.

— Lo sé, lo siento—un abismal silencio reino el lugar, sintiendo más peso sobre mis hombros—, ya he estado estudiando, la Universidad North Henvord estará pronto en convocatoria.

— En esa Universidad no hay nada de provecho, ¿Artes y Humanidades? ¿Qué estás pensando? — Su tono era irónico y demandante, logrando que sintiera un escalofrío recorrer mi cuerpo. La verdad estaba tratando de persuadirlo, ni siquiera sabía que quería estudiar, aquella Universidad era a la que iría Calum, y estar con él era mejor que cualquiera de las opciones que mi padre exigía.

— Creí que había...

— No, tú no crees, tienes que estar seguro. Olvida esa Universidad — se levantó de su lugar y palidecí, llevando mis manos hacia la mesa, para sostener mi tembloroso cuerpo —, ¿Sabes? yo me encargaré de hacer los trámites para Derecho, no te preocupes, tú único trabajo será salir de ese instituto con buenas calificaciones — dio un apretón a mi hombro y sonrío ladinamente, cínico. Después se alejó de mí, se despidió de mamá y se fue dejándome con un nudo en la garganta.

❄️

Le di una última calada al cigarro y lo lance al suelo, pisándolo con la suela de mi zapato, lo hice a tiempo ya que el entrenador Froud iba llegando y posiblemente me hubiera atrapado en el acto, no quería tener problemas con él.

— Buen día, Luke.

— Buen día, Frod—me callé al instante y lo pensé mejor—, entrenador Froud —los idiotas de educación física se la vivían diciéndole Frodo, me estaban contaminando. El entrenador asintió y se dirigió a las canchas, acomodando conos naranjas por todo el lugar.

Me recargué en el árbol más cercano y solté un estornudo, mi nariz comenzaba a picar. Rasqué mi piel, estaba irritada por restregar mis uñas tantas veces.

— Hola Rodolfo.

Oh no, lo único que me faltaba. Maxwell se encontraba enfrente mío, con aquella sonrisa ladina sobre sus labios. Se burlaba de mí.

— ¿Te aplaudo por el peor apodo?

Negó y se sostuvo de las asas de su mochila, sin dejar de mirarme.

— ¿Tienes algo que decir?

— Me pareces un chiste, solo eso.

Esta chica me estaba molestando mucho, lidiar con ella era peor que este jodido resfriado. Crucé mis brazos y desvíe la mirada, esperaba que Calum llegará ya, me las iba a pagar por el retardo.

— Oye Luke.

— ¿Qué?

— ¿Por qué me dijiste lo del otro día?

— Si me especificas...

— Sobre la obra, ¿por qué te tengo que ayudar?

En ese momento llegó Calum, bienvenido seas cabrón.

— Hola Luke y...

— Oh, ella es...—estaba a punto de decirle su nombre, pero me lo pensé mejor— en realidad, nadie, vámonos.