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Luke

La clase de historia había finalizado, lo cuál fue un alivio para mí, ya que la profesora Gallagher tenía un tipo de hechizo sobre mí, con su simple voz lograba que mis ojos se sintiesen pesados y los obligaba a cerrarse por una hora y media. Era una gran hechicera, debo admitir.

Guarde mi cuaderno y mis lápices en la mochila gris que me acompañaba casi a todos lados, y me dispuse a levantarme del pupitre, eché un último vistazo para asegurarme de no olvidar nada, al comprobarlo, caminé hacia la salida del salón.

Se me ocurrió colocar mis audífonos sobre mis oídos, saqué el teléfono del bolsillo de mi pantalón para elegir una canción y cuando estuve a punto de cruzar la salida, sentí un fuerte impacto sobre mi pecho, aquello me hizo soltar un bufido el cuál calló un jadeo de dolor provocado por tal golpe.

Enfoque mi vista en la persona que había causado aquel evento, se trataba de una chica, mucho más baja que yo, quizás me llegaba a la altura del hombro. Traía puesto un vestido blanco con flores azules y de botones, su cabello era muy similar a uno que ya conocía a la perfección; rubio oscuro y cenizo, completamente lacio y caía sobre sus hombros. Traía unos grandes lentes cubriendo sus ojos verdes y tuve que detenerme ahí, la imagen de Winter había llegado como un parpadeo, intenté alejarla de mi mente pero ahora estaba estancada ahí, de nuevo.

— Parece que los lentes no te sirven de nada — mascullé, llevando mi mano hasta su hombro y tratando de alejar su cuerpo de mi paso. Ella me ayudó dando un pasó hacia el lado contrario, pero aún sentía su tímida mirada sobre mí.

— Lo... lo siento — habló al fin, pero yo ya iba varios pasos lejos de ella. Había sido algo brusco, pero yo no sabía como medir mis actos, era culpa de ellos si se dejaban llevar por lo que un idiota como yo hiciera.

Continúe caminando hasta la salida del aula principal, ahora me dirigía hacia la Sala de Teatro, vaya mierda. Nada podría ir peor.

Mis pisadas eran pesadas y firmes, estaba molesto, pero ¿qué más daba? podría asegurar que todos los anteriores días me sentía así. Uno más no hacía la diferencia.

Llegué al interior del Teatro y comencé a bajar los escalones, ya podía divisar al profesor Hotchler, estaba en medio de un ensayo. Por un instante se me ocurrió escapar de ahí, el profesor estaba ocupado, nadie me había visto, era el momento perfecto, ahora o nunca.

Giré sobre mis talones y antes de que pudiera alzar mi pie para subir el escalón, alguien tomó mi hombro, regresando mi cuerpo a la anterior posición, mirando hacia el maldito escenario.

— Hola, Luke. Veo que llegas temprano para el ensayo. Sabía que no nos ibas a fallar... el profesor Hotchler nos dijo que ibas a estar con nosotros en este proyecto, así que espero que no lo arruines —una sonrisa ladina yacía sobre su rostro. Era la pelinegra del otro día, ahora su cabello era más corto. Noté que su suéter gris era la única prenda que hacía contraste, pues toda su vestimenta era completamente negra, hasta su gorro.

Estaba ofuscado, no la conocía de nada y ella ya se tomaba la confianza de hablarme como si supiera de mí, y aquello no me agradaba nada. Retiré su mano de mi hombro y la encaré, ella enarcó una de sus cejas, pero no habló, estaba esperando a que yo escupiera lo que tenía en mente, y así lo hice.

— Que yo sepa no te conozco, y me encantaría que dejarás de hablarme como si tuvieras información sobre mí, cuando no sabes absolutamente nada — solté su mano y le dediqué una última mirada, fulminándola por completo. Comencé a caminar hacia la salida del lugar, pero la voz del profesor Hotchler volvió a impedir mi perfecta escapada. Genial.

— Hemmings, veo que ya conociste a Maxwell, ella es la encargada de la obra junto con Dinah — explicó, con sus manos sobre sus caderas, dándonos una rápida mirada.

A ver, un momento, ¿ella era Maxwell? no estaba entendiendo bien, ¿Maxwell no era un chico?

— Espera, ¿lo que me estás diciendo es que ella me va a asesorar? — señalé a la chica, quién aún no abría la boca.

— Así es, Luke. Exactamente eso quise decir, has logrado atar los cabos — se estaba haciendo el listo, en respuesta volqué los ojos.

Justo lo que me faltaba, bien ahí Hemmings, tratando como la mierda a la chica que te va a estar dando órdenes en lo que queda del año. Un aplauso por tu idiotez.

La chica, quién según era "Maxwell" comenzó a bajar los escalones, al llegar al escenario saludó a Dinah y al chico que había conocido el otro día, ¿John? era su nombre, creo.

— Luke, espero que puedas cumplir con lo que Maxwell te diga — iba a continuar hablando, pero su celular comenzó a sonar, distrayéndolo por completo, miró la pantalla del aparato y después a mí—, o sino, tendrás que ser parte del elenco, ya sabes que nos faltan dobles — musitó antes de salir del lugar para atender la llamada.

La idea de actuar en esa obra solo me causaba náuseas. Yo era un pésimo actor, había sido parte de dos obras en secundaria y eso marcó un trauma en mí. En contexto, la primera vez, cuando era mi turno de salir, me quedé estático mirando al público y salí corriendo. La segunda, tartamudeé cuando estaba diciendo mis líneas y todos se burlaron de mí, así que decidí quedarme callado y caminar lentamente fuera del escenario. Bastante patético, lo sabía, pero me juré jamás volver a pisar un escenario para interpretar algún papel estúpido. El pánico escénico recorría mis venas desde mi nacimiento.

Además, suficiente tenía con actuar una vida que no quería.

Bufé, ¿en qué mierda me había metido? sino fuera por las constantes quejas de mi padre, yo ya me hubiera retirado de este taller sin utilidad. Siempre me recalcaba que si no terminaba el colegio en los años asignados, terminaría trabajando para él. Mi padre era un hombre de palabra, y bajo su filosofía, estaba prohibido tomarme un descanso o un "año sabático" para decidir que hacer con mi vida, tampoco es como si él aceptará lo que yo quisiera estudiar, pues eran pocas las opciones; o acreditaba el examen para Medicina o entraba a la carrera de Derecho, era eso, o unirme a el área de finanzas en la empresa, trabajando para él.

Estaba muy jodido, y al mismo tiempo harto de pensar siempre en mi futuro "prometedor", ¿por qué a todo mundo le interesa aquello? ¿no era mejor tener los pies en lo que sucedía en este momento?

Sonaba bastante hipócrita de mi parte, pues lo que menos hacía era disfrutar el momento, pero bien sabía que daría lo que fuera para hacerlo.

what about endings?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora