Una semana antes

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Una semana antes de aquella pelea,  Moon se encontraba con un humor bastante oscuro detrás de escena y comenzaba a aislarse de las demás para luego respirar y volver más tranquila. Un poco más alegre, un poco más relajada.  Habían momentos en los que no la podían encontrar en ningún lado y después volvía como si nada pidiendo disculpas y seguir, casi, como si nada. A veces se le veía con la mente atrapada escuchando música, hundida y aislada completamente del mundo, relajada.  Cuando trataba con muchas personas solía ser un poco más animada de lo normal; un poco más nerviosa de lo común.  A veces, WheeIn se percataba de estos leves cambios en Byul pero siempre iba primero donde Solar, la líder, a preguntar.  Era la primera vez que Solar no podía responder sobre el estado de su novia. Ella también se encontraba en un tormento personal, siempre un poco más ansiosa y paranoica. Se movía entre todos con cautela, respirando cuando se encontraban en el auto y volviendo a la ansiedad constante entre la sociedad.  Una andaba en las nubes y la otra andaba aterrada. WheeIn que no soportaba estar entre una situación tensa, además que no le gustaba verlas separadas,  intervino para ayudar en la relación. 

- YongSun-unnie ~ Se nos perdió MoonByul-unnie. ¿Nos ayuda a buscarla? -. Cuestionó con una mirada suplicante, las manos juntas y un puchero. 

- ¿Dónde se escabulló ahora? -. Cuestionó cansada mientras sentía que su espalda se cargaba de peso. 

- Eso es lo que no sabemos. La conoces mejor, YongSun-unnie. Puedes encontrarla fácilmente-. Era una mentira piadosa pero si ambas podían estar solas por un momento, las cosas mejorarían nuevamente. No la habían siquiera buscado cuando habló con Yong Sun. 

- Está bien. . . Iré a buscarla-. Se levantó del sofá alejándose de la muchacha. 

Supuso que si la menor quería estar sola buscaba el lugar más deshabitado posible  para respirar tranquilamente y maldecir con fuerza todo lo que la molestaba.  Cuando la rubia platinada era una estudiante problemática siempre  actuaba de la misma forma como una repetición constante y poco efectiva. Así sabía, espiándola, lo que rondaba en la cabeza de su estrella. Cuando llegó a la azotea se encontró con su chica sentada en el suelo recibiendo el viento en su rostro, moviendo la cabeza al compás de la canción, murmurando la letra y sonriendo con placer mientras recibía el sonido que inundaba su cabeza y mantenía los ojos cerrados potenciando la sensación.  Solar estaba completamente desconcertada acercándose a su pareja para sentarse a su lado en silencio, conocía a la perfección esos momentos. Cuando MoonByul se percató de la presencia de la otra retrocedió enseguida escondiendo lo que tenía a su lado libre. Se alivió al ver que la mayor no se había percatado de nada. Se preguntaba si tenía aún los ojos rojos o se le veía demasiado animada. Sus días de chica mala habían quedado atrás cuando conoció a la mayor, eliminando por completo todo aquello que la estaba destruyendo. De eso ya había pasado casi diez años y la mayor nunca se enteró del vicio en que casi entra en su adolescencia. Solar simplemente sonrió apoyándose en su hombro y suspirar con fuerza. Al parecer había pasado desapercibida que se encontraba drogada. 

- Me gusta este lugar. No hay cámaras cerca. 

- Pensé que te gustaba estar frente a las cámaras-. Mencionó la menor preocupada de no haber arrastrado las palabras.  

- Me gusta, simplemente últimamente nos hemos expuesto tanto que momentos así hace tiempo no podíamos tener-. Esas palabras cargadas de amor y seguridad se sintieron como una flecha de culpabilidad atravesando el corazón de MoonByul. 

- Es cierto,  mucho tiempo sin estar así-. Respondió con una sonrisa pensando que le gustaba el estado de hacer nada, drogada y con su novia a un lado.  

- Sin embargo. . . -. Se movió rápidamente hasta tomar las cosas que la rubia estaba escondiendo del otro lado. Conocía esas cosas, había investigado años atrás esas cosas que tenía en la mano.  Un moledor, filtros y papelillos.  - ¿Es enserio, MoonByul-Ah?  ¿Qué significa esto? ¡Pensé que lo habías dejado!  

- Yo lo. . . ¿sabías que consumía? -.  La sorpresa inundó su rostro y apartó la mirada de la contraria. Avergonzada de sí misma. Tratando de pensar en alguna excusa creíble de su situación. 

- ¡No! ¡Mírame! -. Tomó las mejillas contrarias con su enojo crecer cada vez más. - Sí, lo sabía. Te vi muchas veces drogándote antes. No podía intervenir en ese tiempo pero ahora sí. ¡¿Qué significa esto?! -. La menor seguía sin responder y el enojo pasó rápidamente a llanto. 

La rubia sintió que todo lo que se había drogado se fue de golpe a sus pies y volvía rápidamente a la realidad. Abrazó a su novia y comenzó a consolarla mientras acariciaba su cabello y pedía perdón por lo que estaba haciendo. La mayor lloraba murmurando sobre lo mucho que le dolía ver a su pareja consumir esa porquería, sobre lo estresada que se encontraba y golpeando sin fuerza el pecho de la menor.  Durante un tiempo se quedaron en ese estado, en silencio, dándose fuerzas para continuar con sus actividades. MoonByul no dio explicaciones de qué hacía con esas cosas pero no volvería a consumir cuando no se sintiera animada y Solar prometió que la iba a mimar en esos momentos.  

Durante las horas de trabajo, la promesa se mantuvo en pie pero tan pronto regresaron a casa la frialdad de Solar volvió de golpe. MoonByul se había ido molesta hasta la cocina para beber mientras miraba la televisión. De nuevo era rechazada por la contraria, el sonido de la tele le permitió aislarse y comenzar a pensar. Sabía que algo estaba molestando en la cabeza de YongSun pero que ésta lo negara con tanto énfasis era el por qué se encontraba enojada.  Al principio había intentado ser comprensiva, pero cada vez se iba intensificando el rechazo y el sentimiento empeoró. Cuando se fue a acostar, recogió la ropa del suelo que le pertenecía a la mayor. Del bolsillo podía sentir un papel y cómo iba para lavar, sacó el papel revisando el resto de los bolsillos y tirarlo al cesto de ropa sucia. Cuando miró el papel que parecía ser una boleta, se encontró con el nombre del un motel bastante conocido de esa zona. Si era inteligente podía entrar y salir sin ser vista por paparazzis para pasar un buen rato. . . pero ellas ya llevaban bastante tiempo sin tener relaciones y la boleta era de un par de días. Trató de pensar en qué momento la contraria se había ido a un motel y con quién, pero no podía recordar algún momento en que se le perdiera de vista. En el tiempo que iba por un poco de droga por un buen rato  se perdía y ahí podía escaparse a ese motel.  Dónde se encontraban grabando estaba bastante cerca de ese lugar. Trató de no darle vueltas y pensar en otra cosa pero no pudo cerrar los ojos durante toda la noche. A la mañana siguiente las cosas continuaron de la misma forma entre ambas; dentro de la casa era un hielo y en el trabajo todo era amor. Había estado a propósito ese día junto a la mayor y la siguió para todos lados. La pelinegra había comenzado a sentirse nerviosa de estar tanto tiempo siendo vigilada por la contraria, observando el reloj a cada momento. Cuando fue el tiempo de MoonByul  de grabar un comercial dentro de la agencia, YongSun no se volvió a ver en el set. 

La noche llegó con MoonByul sentada en la cama viendo una nueva boleta del motel en el bolsillo de su pantalón. Solar actuó sorprendida con la evidencia, sin embargo inventó alguna excusa barata para sacar las dudas de la mente de su novia. MoonByul no sabía de qué reírse; de la patética excusa, de una broma o que de verdad la mayor estaba tratando de mentirle. Estaba completamente herida por dentro, pero podría comprobar de alguna manera eficiente la situación de su pareja. La jaló hasta la cama y con fuerza desgarró la ropa observando el cuerpo de la chica. Si fuese hombre tendría problemas al ver el cuerpo de la chica al desnudo. Revisó la piel completa de la mayor, encontrándose con pequeñas marcas marrón de chupón que adornaba los costado de su pareja. Solar por un momento sintió miedo de su novia cuando el color abandonó el rostro de ésta.  Esa noche terminó con Byul saliendo de su departamento enojada con la contraria a perderse con sus antiguos amigos mientras que Solar se quedó sobre la cama en ropa interior y llorando por no poder explicarle a la menor. Tenía una explicación razonable pero aquello y los papeles del motel no debían estar en su ropa. 

YongSun comenzaba a tener mucho más miedo que al principio de su tortura.  En la mañana trataría de decir que esas marcas eran de golpes que se hizo sin querer. Una mentira que a  Moon Byul la rompía un poco más. 

No te imaginas cuánto te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora