A diferencia de las otras veces que él consumaba el encuentro y se marchaba, ahora se mantenía peligrosamente quieto. La había desnudado y la amarró a una silla a piernas abierta. El bulto entre sus pantalones era notorio y saboreaba sus labios constantemente. A veces murmuraba palabras cargadas de deseo, mencionaba a MoonByul un par de veces para luego quedar en silencio. Desvariaba como un drogado y se movía de forma errática cuando estaba de pie. Al segundo día de estar en esa rutina miró a la chica que aún lo miraba con miedo desde la silla. Le dolía todo el cuerpo y la boca seca por la mordaza. El hombre se detuvo a mirarla por un momento y comenzar a reír de manera desquiciada. Salió con prisa al darse cuenta que comenzaba a obscurecer. Llevaba dos días encerrada en esa situación y su mente estaba completamente en blanco. Había estado por tanto estrés durante tanto tiempo que si las cosas seguían ya no quería pensar en nada más. El recuerdo de MoonByul ebria le seguía pesando en su corazón. ¿Debía disculparse? Solar se preguntaba por qué debía hacerlo si la menor nunca tuvo la delicadeza de pensar en ella primero. La primera noche había estado rogando por que la menor estuviese bien y nada le pasara, pero al ver a aquel idiota sin hacer nada le daba tranquilidad para pensar en todo ese año. Al principio estaba demasiado preocupada por la menor y luego comenzó a enojarse por que ella tampoco se interesaba en su bien estar. Lloró al percatarse de que la contraria no le mostró preocupación y se enojaba en su interior por confiar ciegamente, pero luego venían los recuerdos de antaño, los de hace un año, de cómo su pareja intentaba siempre de todo para descubrir qué era lo que le sucedía. ¿En qué momento dejó de hacerlo? Pensaba y pensaba y el momento en que Moon Byul se alejó fue cuando descubrió marcas de infidelidad. Ese hombre que hace tan solo unos minutos la había dejado planeó todo para separarlas. Lo logró y ahora simplemente se sentía perdida. Entonces recordó cómo la menor siempre la recibió con los brazos abiertos, quién corrió para ir a buscarla en la escuela y siempre le ayudó con todos sus problemas. Quería aclararlo todo así ella no la perdonara, pero primero debía salir de ese lugar.
Solar por fin se había soltado de la mordaza forcejeando y aunque sus manos era un poco más difícil de soltar, algo se acercaba. Luego de dos días de ver a ese maniático actuar de forma tan errante Yong Sun había decidido escapar de ese lugar por muy complicado que pareciera. No sabía donde se encontraba y ni siquiera sabía como estaba su novia. Si había podido estar con vida dos días ibas a poder escapar y arreglar todo con su pareja. La menor debía estar destruida y desesperada tratando de buscarla. Tal vez se pondría a pelear con el primer sujeto que viera.
"¿Tan poca confianza le tienes?"
HwaSa seguía repitiendo aquellas palabras en su cabeza. Tenía razón, ya no eran las mismas de hace años atrás. Ella misma había cambiado bastante su forma de pensar y actuar, por ende, su novia también cambió. Se había percatado del cambio cuando se encontraban en la azotea. En su momento pasó desapercibido pero ahora volvía claramente.
Cuando la había conocido, ésta se encontraba pasando por el peor momento de su vida e iba cayendo en picada hasta el fondo. La primera vez que la encontró estaba siguiendo el olor de la marihuana, quería probarla, salir de su imagen de chica buena y sana. Cuando llegó al lugar escuchó a la menor gritar y patear al aire, cayéndose varias veces, parándose para seguir despotricando contra el cielo todo lo que sentía y sus penas. La primera vez le pareció graciosa y por eso quería verla de nuevo pero ser tímida no le ayudaba. Terminó siguiendo a la menor por varios meses, viéndola drogarse, alcoholizarse y terminar con cualquier chica que se le cruzara (aunque su corazón doliera) Se colaba en las mismas fiestas que la menor, la cuidaba cuando ésta debía devolver el estómago; los supuestos amigos de la chica se encontraban en igualdad de condiciones o incluso peor. Descartó la idea de fumar tan pronto se dio cuenta que su amor platónico se estaba hundiendo, tanto de manera económica como psicológica. Así pasó un año y la actualmente pelirubia se le acercó poco después de una presentación que dio a todos en la escuela. Los primeros meses para MoonByul le fue difícil dejar la droga y aunque nunca lo comentó, los momentos de abstinencia eran lo peor para ella. YongSun se encargó de distraer a la mujer hasta el punto que los ataques de abstinencia desaparecieron. Antes de comenzar a salir la menor tendía a pelear con cualquiera que se le cruzara sin medir realmente las consecuencias. Ahora ni le presta atención a las cosas que antes la hacía estallar. Ahora se podía sentar a drogarse y no terminar peleado contra el aire. Ahora se mantenía serena descansando en su lugar. YongSun también había pasado de ser una persona introvertida a extrovertida; de ser calmada y sumisa a controladora y peleadora. Quiso reír cuando tomó por primera vez el peso del tiempo que habían transcurrido juntas.
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No te imaginas cuánto te amo
RomanceYongSun y MoonByul eran felices juntas, hasta que la tragedia azoto sus vidas. Llevaban una vida perfecta hasta que todo dio un giro de 360 grados. La distancia, peleas, discusiones y la indiferencia era el pan de cada día. Moon está locamente enamo...