"Perdón, mi amor"

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Durante una semana Solar había estado durmiendo profundamente. Ajena e ignorante a todo lo que sucedía a su alrededor. MoonByul se había ausentado un par de horas por día para ir a su casa para ducharse, cambiarse ropa y llevar cambios de pijama a su pareja. Ya no tenía fuerzas para llorar por su estupidez y tampoco seguir pensando en los "si hubiese hecho. . . ". Como haber atacado al tipo por la espalda cuando la tenía en el piso o detenerlo en el auto o evitar jugar con él, pudo detenerlo en cualquier momento. 

Se había encomendado a ocuparse de todas las necesidades de su novia. Lavaba su cabello. Su piel y eran cuidados diarios y rutinarios. Todos los días cambiaba la ropa de la chica. Los médicos, también, ya habían dado su consentimiento de llevar a la paciente Kim a su respectivo hogar. Sin embargo, para la menor era una odisea salir sola, menos podría con su líder en coma. Tomó como rutina hablar con ella todas las noches hasta que con el tiempo lo comenzó a hacer de forma constante. Hablaba con ella y le contaba lo que hacía hasta con comentarios incluidos. Evitaba hacerlo en compañía para que no la separaran de ella. Varias veces por semana eran visitadas por sus compañeras y familiares de la líder. Al principio, su suegra recriminó a la menor por el estado de su hija pero se rindió tan pronto vio que la chica aceptaba la culpa en silencio, cuidando a la chica en silencio y con absoluta devoción. Al final de la primera semana su suegra volvió a tratarla con cariño y con su amor de madre, como si fuera una hija más. Su agente entendía la negativa de la pelirrubia de aparecer en cámara y dejar sola a su compañera.  La empresa liberó de forma indefinida al grupo de sus actividades por petición de las integrantes hasta no tener a las cuatro nuevamente reunidas.  

- Hola, Solecito. Ya volví de la casa. Te traje un pijama nuevo-. Comentó tan pronto entró a la habitación y ver la habitual imagen de su novia acostada aún con los ojos cerrados. Hace un mes que estaba en el mismo estado y los médicos no entendían por qué no podía despertar. Estuvo muerta los minutos suficientes como para que su cerebro se dañara, sin embargo, nada podía ser asegurado hasta que la chica que estaba estable despertara. -  Este pijama viene nuevo de paquete. Lo vi de paso cuando venía para acá-. Se acercó para besar la frente de su chica con ternura y continuar con su rutina normal.  Ingresó al baño para preparar lo necesario para asear a su líder. Un paño húmedo, una fuente con agua tibia con jabón y otra con agua limpia.  - Te va a encantar el pijama. Tiene estrellas fugaces, soles y lunas-. Hablaba a solas desde el baño alzando su voz  como para hacerse escuchar sobre el ruido del agua llenando la fuente, esperando obtener una respuesta.  YongSun hubiese pensado que el nuevo pijama era infantil, pero a veces los gustos de la menor en la relación tendían a ser bastante infantiles y tiernos.- Por cierto WheeIn me contó que después de allanar la casa del tipo encontraron un cuaderno con sus deseos-.  Comentó de forma despreocupada callándose por unos minutos, susurrando para si misma poco después.-  Tal vez ese no sea un tema adecuado-. Salió del baño con la primera fuente, volviendo por el jabón y finalmente ponerse a la tan esperada tarea.  Cada vez que la bañaba admiraba un poco más a su novia. Memorizando cada detalle. - ¿Sabes? Tengo nuevas canciones que quiero enseñarte-. Dejó todo en la mesita y sacó su móvil del bolsillo para poner la lista de música que había preparado para la mayor.  

Se quedó callada dejando que la música inundara la habitación, su voz susurrando la canción mientras se concentraba en limpiar el cuerpo de su pareja. como siempre iniciaba desde sus piernas hasta sus torso y terminar limpiando su cara con cuidado. Tres canciones habían pasado desapercibidas hasta que susurró una frase de la canción que llamó su atención. 

"But I kept running for a soft place to fall" 

Repitió la frase junto a la canción deteniendo sus acciones y quedar con la mirada perdida. - Quiero que me vuelve a abrazar.  Eres mi hogar, el lugar al que pertenezco-.  Mencionó haciendo alusión a la letra de la canción. Siguió limpiando con parsimonia las piernas de su chica hasta terminar y continuar con su torso. Las palabras en la carta de aquel hombre la habían hecho pensar demasiado en su relación. - Me equivoqué de muchas maneras durante este último tiempo. Lo lamento demasiado.  Mientras tú intentabas protegerme, yo sólo estaba pensando en mi misma-. Comentó con una débil sonrisa burlándose de su propia forma de actuar. - Perdóname, mi amor, pero no te imaginas cuánto te amo. Es incluso enfermizo y ciego. Si despiertas y me pides irme sé que te obedeceré aunque no quiera alejarme de ti. No quiero perderte, "vidita". Realmente no sé que haré si al despertar me pides eso-.  Comentó con las lagrimas acumulándose en sus ojos sin permitirle a ninguna salir. Estaba completamente dedicada a lavar el torso de su chica hasta que llegó dónde estaba los puntos que le habían hecho en la operación de la extracción de la bala.  Pasó con cuidado alrededor de la herida que luego debía limpiar con agua oxigenada y proteger la zona. Aunque estaba casi por completo 

No te imaginas cuánto te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora