Narra Jake y Eliza
Ambos se miraron sin decir una palabra. Ya resolverían ese problema después, pero en ese momento lo único que importaba era llegar a Wolfberg lo más pronto posible. Así que por lo pronto decidieron que esperarían en un restaurante comiendo un manjar que los humanos llamaban "Papas Fritas"
- ¿Nunca te has preguntado por qué se les llama "papas a la francesa"? - divagaba Jake mientras sostenía y analizaba una papa
- No – Respondió Eliza extrañada por la pregunta
- Es decir, no le encuentro lo francés – Analizó la papa por un momento más- ¡Ya lo sé ¡, Tal vez los "franceses "estaban fritos y en su honor se crearon estas papas.
- O a lo mejor las inventaron en ese lugar.
- Pues si eso tiene más sentido.
- Sabes ¿A quién le importa? Saben rico déjalas así.
- Estoy cansado de este mundo y de su gente – Dijo divertido Jake mientras negaba con su cabeza.
Eliza soltó una risita. Desde que lo había conocido en el claro cerca del lago se había acostumbrado perfectamente a su sentido del humor y a sus constantes estupideces. De hecho, recordaba perfectamente aquel día en el cual mientras caminaba cerca del claro que se encontraba de camino a la biblioteca lo había visto debajo de un árbol. Jake estaba leyendo un libro el título era como "Tormenta de hachas" o algo por el estilo. Por algún motivo Eliza se fijó en Jake, ella no podía apartar la mirada de él, Jake pareció darse cuenta porque levanto la mirada del libro y se fijó en ella "Oye Si estás buscando algo te aseguro que no creo que lo encuentres en mi cara" Ante eso Eliza quedó perpleja y luego se echó a reír pasaron la tarde conversando y se volvieron amigos. Así que si se había acostumbrado a él y tal vez era lo que más valoraba de su amigo, que siempre encontraba la estupidez perfecta para subirle el ánimo.
Ya pasados los quince minutos anunciados por el embajador, ambos se dirigieron hacia el muelle exactamente en el puerto 37 que era donde su barco los recogería. Esperaron alrededor de dos minutos hasta que llegó "El Luna Menguante". Si, el nombre era espectacular, pero para la desgracia de ambos adolescentes, el velero no le hacía justicia a su nombre pues este era pequeño como casi todos los veleros, era de color roble que el tiempo había roído a lo largo de los años, la vela era blanca con manchas de suciedad que se exponían como si de un premio se tratara. En la proa se encontraba un Lycan en forma humana. Este era robusto, musculoso, sus rasgos faciales eran un tanto cuadrados, con una barba bastante poblada de decoración, pero eso no era lo que más llamaba la atención de su físico. Lo que más llamaba la atención era que le faltaba un ojo así que por lo tanto cubría la cuenca con un parche
- Ustedes deben ser Jake y Eliza ¿no?
- Señor, sí, señor – Jake hizo un saludo militar el cual consistía en colocar el brazo derecho en el pecho y el izquierdo en la espalda
Al Lycan debió parecerle chistoso porque se encontraba riendo a carcajadas.
- Me agrada tu actitud muchacho. Soy el capitán del Luna Menguante, Humbert
- Señor necesitamos que nos lleve a Wolfberg urgente. Tenemos un mensaje para Lycon- Dijo Eliza con la esperanza de que las presentaciones terminaran.
- Claro subid, mi Barco es su barco.
Narra Alucard
El Vampiro de pelo azabache se dirigía a la fortaleza de su padre: "El Purgatorio" a su padre le había agradado el nombre tras leer a un tal Dante. Alucard aterrizó en la puerta del palacio, tomó forma humana e inmediatamente los sirvientes lo dejaron pasar y sin dudarlo, empezó a caminar hacia los aposentos de su padre mientras pasaba por amplio pasillo lleno de esculturas y pinturas. Alucard empezaba asimilar todo lo que ocurriría en los próximos años. Llegó a la puerta de su padre, tocó suavemente y en menos de un minuto una sirvienta le abrió dejándolo pasar. Vio a su padre recostado en su cama; al principio no lo creía, pero allí estaba, frente al gran Empalador ¿Quién diría que su padre moriría, hace un año? Hasta él aseguraba que su padre se encontraba lleno de salud y vitalidad, pero ahora ya no parecía el mismo. Alucard había heredado los rasgos de su padre: su pelo azabache, sus ojos dorados, hasta la sonrisa sádica marca registrada Drácula. Pero ese hombre que tenía enfrente, el cual agonizaba ya no parecía su padre; su pelo se había tornado gris ceniza, sus ojos carecían del brillo que los había caracterizado y su cara había adelgazado tanto que ya parecía un cadáver.
- Padre- Alucard se arrodillo al lado de la cama de su padre.
- Alucard- Su padre extendió su mano cavernosa y acarició la mejilla del príncipe - Hijo mío, procura que nuestro legado perdure
- Padre... no estoy preparado para esto.
- ¿Para ser Rey? - Alucard negó con la cabeza.
- Para tu muerte.
- Tranquilo hijo, hiciste todo lo que pudiste.... Guía a nuestro pueblo por el buen camino... no cometas mis errores, sé mejor que yo... Ahora vete y conviértete en rey que tu pueblo merece.
Alucard sonrió con melancolía y se levantó comenzando a caminar a la puerta, pero su padre lo detuvo
- Hijo, te quiero...
Luego solo fue silencio
- Te Quiero papa – Alucard secó sus lágrimas rebeldes. Su padre, El gran conde y posteriormente Rey Drácula había muerto... Y él no tenía tiempo de lamentarse, ya que en el futuro próximo él tendría un gran peso sobre su espalda así que Alucard acomodó su traje y salió de la habitación.
- Joven Amo...- Dijo el mayordomo en Jefe
- Haz los preparativos.
- Joven Amo ¿podría decirme para qué?
- Necesitamos un sudario... un sudario para el rey – se limitó a decir Alucard.
Alucard se dirigió a su fortaleza Hell's Door y ya en su estudio, con la punta de su espada se cortó ligeramente el dedo y formó un pentagrama con su sangre del cual en pocos segundos ardió y de este salió Lucifer.
- Lamento lo de tu padre
- Tranquilo todos sabíamos que algún día tenía que ocurrir- Después de ello hubo un silencio largo, pero Alucard no iba a perder la oportunidad de molestar a su amigo- Por cierto, Una entrada muy dramática Señor Príncipe de las tinieblas – Después de ello Alucard dio una reverencia un tanto burlón.
- Sabes eres mi campeón deberías tratarme con más respeto – sonrió Lucifer- Aliento de muerto.
- Y... - Lucifer camino hacia el bar y sirvió un vaso de whisky- ¿Qué desea? El Heraldo de la muerte.
- Ya que mi padre ha muerto significa que la profecía acaba de empezar – La sonrisa de lucifer se borró inmediatamente.
- La Legión de Ángeles vendrá.... – Dijo serio Lucifer, pero luego retomó su sonrisa habitual- Bueno. por lo menos podremos ver a Alucard, El Príncipe Carmesí, El Terror de Los Lycans, El Campeón del Diablo, El Heraldo de la Muerte- Dijo Lucifer exagerando sus apodos.
- Oh Cállate- Dijo mientras retenía una carcajada, Lucifer siempre había sido así, él procuraba sacar el lado humorístico a cualquier asunto además para Alucard representaba un apoyo incondicional. Lucifer sonrió ante la respuesta de Alucard y tomó un trago de su whisky.
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La Legión
Teen Fiction"Un día lejano en la eternidad, Dios se cansara de la corrupción y maldad de las criaturas terrestres así que tomara la drástica decisión de mandar a una legión de ángeles a asesinar, mutilar y exterminar a todo aquel que haya sido infectado con la...