IX

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NOTA: chicas quiero aclarar que el smut a continuación NO ES MIO. Sólo que me gustó y lo adapte a está historia.

Si quieren leer el original el libro se llama "En aguas profundas", capítulo titulado "Tarifa especial  para  grupos" escrito por Radclyffe.

~LEXA~

Me duermo un par de horas, sueño con poder hacer mía a mi esposa,  pero me despierto antes de llegar a su orgasmo.

Con cuidado meto mi mano en su intimidad y comienzo a moverla. Su clítoris reacciona y se pone duro. Siento mis dedos llenos de sus fluidos.

- Amor, ¿ Qué haces?, Clarke puede vernos. Susurra O entre gemidos silenciosos.

- No lo hace, está dormida. Susurro de igual forma. Meto un dedo y mi esposa se mueve del placer.

Estoy jugando un rato con su entrada pero desde mi posición veo a Clarke moverse. Saco la mano con rapidez.

-¿ Qué pasó?  Pregunta con la respiración acelerada.

- Creo que Clarke se despertó. Susurro y ella se da la vuelta para ver a nuestra hija.

No volvemos hacer nada y nos dormimos de nuevo. 

A la mañana siguiente despierto y estoy sola en la cama. Veo hacia la de Clarke y tampoco está.

Escucho la regadera, y voy hasta la puerta.

- Amor, ¿ Eres tú?. Pregunto.

- Si, acabo de entrar. Dice y me vuelvo a sentar en la cama.

Notó que el agua deja de  correr en la ducha y decido cruzar la habitación, para llamar a la puerta.

- O, cariño, deja que te seque  la espalda. Digo con voz ronca, la puerta se abre al momento, y una nube  de  ardiente vapor se cuela en la  estancia.

Un brazo con un lindo bronceado se abre paso entre  el vapor, y tira de mi hacia dentro.

O me besa apasionadamente, como si llevase  muchos meses sin besarla.

- Vuélvete, para  que  pueda  secarte esa pijama. Escucho que dice mientras veo su hermoso cuerpo desnudo y mojado.

- Lo que tú digas. Digo con un jadeo. 

- ¿Y eso desde cuándo?. Pregunta con una sonrisa, miestras coge una  toalla del colgador antes de cerrar la puerta  del baño.

- Siempre  hago lo  que  tú dices. Protesto a su comentario.

- Sí, claro, siempre  que  coincida  con lo que tú tenías planeado hacer de  todos modos. Giro la cabeza hacia O.

- ¿Intentas decirme  que  estoy suspendiendo en mis clases de obediencia?. Digo con mi semblante serio.

- Es difícil que puedas suspender si no estás dispuesta primero a ir a  clase. Dice mi esposa con una sonrisa.

- Vaaale. Estoy  a  tus órdenes por todo el día. Digo dedicándole una firme  mirada a mi esposa.

- Prometo hacer  lo que tú mandes. Vuelvo hablar para demostrar que estoy hablando en serio.

- ¡Huy, te arrepentirás de  lo que acabas de decir, pero mucho!. Dice con una mirada intensa.

- Eso espero. Respondo sonriente.

Cuando O comenza a  secarme la pijama se inclina hacia delante, apoyando ambas manos sobre  el tocador.

- No supe lo mucho que  necesitaba estas vacaciones del hospital hasta  estar  ya  en medio del océano.

- ¿Crees que sea bueno que Clarke comparta  camarote con nosotras?. Pregunto y comienzo a secar la espalda de mi esposa.

Conienzo a secándole las  gotas de  agua  de  la espalda mientras aprieto su monte  de Venus contra el macizo trasero de Octavia, en parte  debido al estrecho  espacio disponible, pero sobre  todo porque adoro el culo de mi pareja  y  el hecho de  estar  acariciándole el cuerpo la  esta poniendo cachonda.

Bueno, en realidad más cachonda  de  lo que ya está. Alzo la mirada y la miro a los ojos a través del espejo.

- Sé que tendremos que  compartir mucho tiempo  con nuestra pequeña. Al fin  y al cabo es su regalo. Digo.

- Pero eso no es lo mismo dormir en el camarote sabiendo que ellas nos desea y nosotros igual. Dice mi esposa.

Dejo a un lado la toalla, rodeó a O por la  cintura y  frotó sus senos contra mis omóplatos, al tiempo que le lamo el cuello. Con sólo aquel pequeño frotamiento los pezones se le ponen duros.

Coloco la  palma de mi mano sobre su vientre y comenzo a acariciar su rasurado pubis.

- ¿Has despertado mojada, nena?. Bromeo girándome hacia  ella; le palmeó el culo, apretando las redondas  y  firmes nalgas  y  rotando su entrepierna hasta incrustarla en las mías.

- Sabes que sí amor, porque  has estado masajeándome  el clítoris hasta hacerlo  gotear de  gusto. Replica mi esposa mientraa mordisqueá su labio inferior

- Y después me dejaste a  medias. Dice con un puchero.

- Clarke se despertó. Explico mordisqueándole  a  su vez  el cuello.

- Con CLarke a menos de un metro de  nosotras no  podía hacer mucho más que  juguetear  contigo. O suspira.

- No me había dado cuenta de que iba a ser algo tan problemático, pero si no le hubieramos ofrecido  compartir camarote con nosotras se habría sentido excluida. Cuando Clarke confesó su amor por las dos todo se complicó. 

- Tampoco es para  tanto. No pasamos demasiado  tiempo en el camarote. Argumento, e introduzco una mano entre  sus cuerpos para asi apretar uno  de  los pechos de Octavia.

- Sabes, desde que Clarke se nos confesó he observado que nos mira mucho cuando piensa que no estamos  mirando. Dijo O cada  vez  más excitada.

Separa sus piernas para que tenga mejor acceso a su clítoris al presionar sexo contra sexo.

Sigo explorando la zona  comprendida  entre  el cuello y su oreja. Mordisqueó el carnoso lóbulo  y  comenzó a  moverlo de un lado  a  otro con la lengua, imaginándome que  es el clítoris de mi esposa. 

- No me había dado cuenta. Digo suavemente en su oído.

- Pues sí, Clarke nos miraba  esta mañana,  cuando aún dormías. Dice mientras me aprieta  con fuerza contra su pubis.

- En fin, debió de pensar  que yo estaba dormida, porque se relamió como si  estuviese a punto de  saltarnos encima. Dice O suspirando, echa hacia atrás la cabeza  para  que pueda  alcanzar mejor la sensible  zona de detrás de su oreja.

Cada vez que lamía uno de  aquellos puntos clave, ella  notaba una reacción en los pezones y en el clítoris de su esposa. Era como una aguda  quemazón que  la traspasaba  por un instante  y  después se convertía en una  continua  sensación de  calor, al menos eso era lo que decía su esposa.

- Me gusta que Clarke te mire, ¿ Está mal?. Pregunta.

- ¿Qué me mire solamente?. Pregunto con la ceja alzada.

- Y que se pongan cachonda. Dice con algo de vergüenza.

Tu, Ella, o Ambas ? CONTINÚA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora