O2.

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La depresión comenzó a ser cada vez más arrollante, uno podía estirar su mano y ser casi capaz de tocar la gruesa capa de pesadumbre y melancolía.

Parker se ahogaba en ella, estaba a minutos de olvidar cómo se sentía el no tener un nudo atravesado en la garganta. Pero aún y con todo eso, se negaba rotundamente a llorar una vez más.

Ponerse a llorar no lo iba a regresar a la vida.

Pensaba en la tía May, con sentimientos encontrados; le gustaría estar en con ella, pero era egoísta (y cruel) de su parte desearle la muerte. Pensaba en Ned y en MJ; por dios, cuánto hubiera deseado verlos una última vez en aquella excursión a MoMA. Pensaba en Stark; su pequeña chispa de esperanza restante rebosaba ciegamente en él.

Pero aún y a pesar de que él sentía que su cuerpo no iba a lograr retener la sobrecarga de frustración y explotaría, Peter Quill se veía tan sereno.

Spiderman, sentado de indio en el suelo y encorvando su espalda ligeramente, observó a Quill a su lado: él platicaba con Mantis como si se encontraran en la sala de su casa. No podía escuchar lo que decían, y tampoco se esforzaba en hacerlo, su atención se enfocaba en su totalidad a tratar de descifrar cómo se podían ver ambos tan tranquilos, él se estaba pudriendo.

Quill trataba de explicar su punto a Mantis, explicándole el porqué y el cómo. Mantis, tan entusiasmada como siempre, le daba la razón en todo.

—... es tan simple como eso —la seguridad que Quill se cargaba era palpable. Pues claro, todo lo que decía se iba a cumplir así muriera (de nuevo) en el intento. Él es Star-lord, obviamente iba a hacer todo para lograr su cometido.

—¿No crees que vaya a ser difícil? —Mantis mantenía ambas manos entrelazadas a la altura del pecho, apretando sus labios para que formaran una delgada línea.

—Quizá, quizá —frunció la barbilla ligeramente —. Pero nada puede contra mí.

Quill volteó a ver a su... compañerito. ¿Cuántos años tenía ese chico? ¿Trece?

—Peter —habló el mayor de ambos, haciendo que Parker volteara —, tú tenías un amigo que hacía portales, ¿no?

—¿Habla del Señor Strange? —cuestionó vacilante, Quill asintió —. Sí, pero no sé dónde esté. Digo, ví cómo... desaparecía, pero no sé donde está.

Quill se levantó de golpe, sacudiendo sus manos y bajando su cabeza para ver a Parker.

—Vamos a buscarlo, necesito su ayuda.














〔 告訴我 〕














—Repíteme, ¿por qué estamos haciendo esto? —Parker estaba ya cansado de confundir a ancianos canosos con Stephen, de chocar con casi absolutamente todos y de tener que disculparse.

—Porque quiero encontrar a Gamora —Quill, con las intenciones claras, no iba a parar de molestar a viejos hasta hallar al brujo.

—¿Y quién es Gamora?

—Mi... ¿amiga? ¿Confidente? Nos hemos besado —por primera vez, la voz de Quill no parecía sobrante en confianza.

—O sea, ¿tu novia?

—Creo.

Ahora, los tres miembros del recién bautizado "trío dinamita", se encontraban recargados en varios de los tantos árboles dentro de la llamada Gema del Alma. Aunque bueno, según ellos aquello era el Cielo. Había pasto, mucho. El cielo tenía una tonalidad que bailaba entre lo anaranjado y lo amarillento. Las montañas eran increíblemente altas y existían en gran cantidad.

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⏰ Última actualización: May 20, 2019 ⏰

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