Capítulo 19

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¿Quieres casarte conmigo?

Winnie

Silencio.

En la habitación reina un silencio pasivo, es tranquilo; no de esos que provocan ansiedad. Es uno relajante, me hace descansar la cabeza en el respaldo del mueble e inclinarla levemente para ver al chico que duerme profundamente. Pobre, está tan cansado que a penas tocó el cojin se quedó dormido. Supuse que no había descansado por sus ojeras y su aspecto en general.

Estás últimas semanas estuvo muy ocupado, me lo dijo por mensaje el par de veces que hablamos. Me escribió después, pero no le respondí pues no quería ser una distracción.

Su pecho sube y baja lenta y constantemente, luciendo tan vulnerable y tan... Lindo. Sus pestañas largas sobre sus pómulos parecen postizas, un par de lunares adornan su rostro libre de imperfecciones y su cabello castaño luce desordenado. Tengo la tentación de tocarlo, pero no quiero despertarlo. Observo su rostro, está profundamente dormido y con lo cansado que estaba no creo que se despierte tan fácilmente.

Paso mis manos por su cabellera, sintiéndola suave. Sonrío, cerrando los ojos. En mi mente aparece la imagen de Raymond en el lago, totalmente mojado, la camisa pegándose a su cuerpo y su sonrisa en sus ojos. Siempre que lo veo y sonríe, su ojos toman un brillo bastante bonito. Estar con él es agradable... Me ayuda a olvidar.

Abro los ojos y les permito pasear por toda la estancia, luce algo desordenada, pero sólo un poco. Es entendible, Raymond ha tenido unas semanas muy estresantes y ajetreadas. James me dijo que hay varias opciones para la evaluación final y que Raymond había escogido una de las más complicadas. ¿Por qué? No tengo ni idea y su amigo tampoco.

En uno de los estantes anclados en la pared, está una maqueta que supongo es la que Raymond hizo hace semanas para su clase. Me sorprende lo detallada que es, luce increíblemente profesional.

Agradezco el aire fresco del lugar, afuera hacia un calor infernal.

Intento encontrar alguna foto familiar, pero no encuentro una, de hecho ni siquiera hay una foto de Raymond. No es posible, con lo tanto que presume su belleza.

Hacer comparaciones esta mal, pero no puedo evitar pensar en lo diferentes que son.

Cierro los ojos una vez más, aspirando el aroma en el ambiente.

Huele a él.

Y sin darme cuenta, me quedé dormida.

(...)

Abro los ojos y parpadeo para acostumbrarme a la claridad, bajo la mirada al recordar donde estoy, esbozo una sonrisa al ver a Raymond dormido en mi regazo. Un poco de baba cae por la comisura de su boca y sólo puedo pensar en que que fue una buena idea poner un cojin.

Él se mueve y veo como un par de hojas caen al suelo desde la otra punta del sofá. Sé, por la hora, que hemos dormido más de lo previsto, y también sé que él seguramente ha de tener hambre; así pues, con sumo cuidado me hago a un lado para dejarlo sobre el sofá. Me tomo el atrevimiento de entrar en la cocina para prepararle algo. Sé que no le molestará.

Observo la distribución de la cocina, los estantes, gabinetes, y electrodomésticos, y, para hacerme una idea de dónde está cada alimento, pienso en Raymond y en su personalidad. Él es una persona organizada, sigue su propio orden, entonces, asumo que las pastas están en uno de los gabinetes superiores al igual que los granos y los enlatados. Los utensilios deben estar en los gabinetes inferiores, del mismo modo que alguno de los productos de limpieza. Algunas frutas estan en el mesón de la isla, y supongo que las demás —si es que hay más —están en la nevera, así como los vegetales y aderesos. Imagino que ese sería el orden de distribución acorde a la personalidad de Raymond.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2019 ⏰

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La Chica De Las Escaleras Del Centro ❤(#1)❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora