El regreso

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Después de ver las noticias Nidaa me llevó a la central para que hablará con Anthony, el cual tenía un humor de perros ese día. Ahora le vas a sumar el mío y te puedes imaginar que pasó. Una gran pelea se creó allí.

-¿Quien coño te crees tu para casarme con Alejandro? - no me lo pensé dos veces. Me solté de Nidaa y salí escoprteada en su dirección.

-Señorita, cuida esos modales. -él se veía tranquilo, sus músculos se veían relajados y sus ojos no obtenían expresión alguna.

-¡¿Perdona?! ¿Me estas vacilando? - mi furia crecía por segundos y él no se immutaba.

-No, no te estoy vacilando. Y no deberías comportar te así ya sabes que no vas a ningún lado- Mi mente empezó a pensar y tenía razón¿Que pretendía hacer? No podía hacer nada.
-Además ya hemos fijado la fecha de la boda y vuestra conoración.

-Me niego, no quiero ser reina. Quiero seguir aquí, con ellas, protegiendo a la gente y siendo feliz. -una lágrima cayó por mi mejilla hasta caer y desaparecer.Anthony se acercó y me abrazó y me percaté de la presencia de los Reyes y también de Alejandro.

-No pasa nada pequeña- me despegue de él y me acerque junto a Nidaa a los Reyes. Nidaa hizo un reverencia. Yo pasaba de hacer esas estupideces, ¿debía hacerlo? Pues si, pero me daba pereza agacharme y levantarme.

-Veo que no te has tomado bien lo de la boda- aclaró el rey que se levantó y me abrazó. Me quedé flipando durante unos segundos pero después le correspondí el abrazo. Apoye mi cabeza debajo de su barbilla y por una vez en mi vida me sentí llena, completa. Me sentía protegida y querida.

-Nidaa, vete a preparar su boda. Se casan este domingo- Ordenó Anthony. Salí del abrazó del rey sobresaltada por lo dicho.

-¡¿Como?! Me dijiste que faltaban dos semanas. -mi furia apreció de golpe.

-Te hemos traido un vestido. Pruebatelo para ver si te va bien sino lo descambiamos. - espetó la reina.

-Nidaa- esta vez fui yo la que la llamé y llegó refunfuñando a lo que me hizo reír pero no a carcajadas solo una pequeña y triste sonrisa. - ¿Me acompañas?

-¡PUES CLARO!- esta vez saltaba y su ira se esfumó en una abrir y cerrar de Boca. Continúe riendo todo el camino hasta llegar a mi habitación.

-¿Como ha llegado esto hasta aquí?-Mire a Nidaa que se encogió de hombros. Era una carta,¿pero de quien? La abri y la leí en voz alta.

"Querida Ainhoa,
¿Te acuerdas de mi?
Soy la persona a la que dejaste tirada en el suelo con un disparo. Va a haver una gran Guerra gracias a ti. Cuida de la gente a la que quieres porque te va a salir muy caro.
Quien avisa no es traidor.
Con cariño
Rebeka"

Mire a Nidaa con gran preocupación y me percaté de que también estaban Lucía y Noa en la habitación.

-¿He creado una guerra? - mi cuerpo no reaccionaba ante sus palabras.

-Que yo sepa, lo único que has creado es un reloj y te lo tuve que acabar. -explicó Lucía burlona.

-Entonces va a haber una gran guerra. -seguía sin mover un músculo. Sentía que me faltaba el aire, me ahogaba.

-Ainhoa, ¿estas bien? -Sentía la dulce voz de Noa demasiado baja. Quería moverme pero no podía, ni siquiera podía articular una palabra. Me quedé inmóvil.

-¡Anthony, Ainhoa no reacciona! - mi cuerpo se desplomó en el suelo. La Carta se quedó debajo de la pequeña mesita que hay en el cuarto. Mis brazos estaban cruzados y a duras penas sentía mis piernas. Escuché unos pasos y la puerta se abrió. Una silueta masculina que me era familiar entró y salió escopeteado. Lo último que ví al cerrar los ojos fue a Alejandro sujetandome, su mano me rodeaba la cintura y mi cabeza estaba apoyada en su pecho.

Povs Noa
Tuvimos que llamar a una ambulancia. Ainhoa seguía sin reaccionar,¿ que era lo que le pasaba?

-¿Que ha pasado? -preguntó Anthony sobresaltado sin saber que hacer. Intentaba buscar una explicación a lo ocurrido pero no se si la había.

-No lo se. Estaba bien cuando entramos, se iba riendo con Nidaa . Y de golpe se quedó quieta. -explique lo que paso. Bueno lo que yo ví.

-Yo solo hice un chiste, bueno no era un chiste era como una burla pero no reaccionó- Ví a Lucía derramar una lágrima ya que Ainhoa es la única que le ríe los comentarios y las cosas que dice.

-Cuando llegamos había una carta encima de la cama. Ainhoa la abrió y la leyó en voz alta. Era de una tal Rebeka. -explicó Nidaa mientras cogía las llaves del coche para ir directos al hospital. Los Reyes no querían ir para no molestar pero Alejandro fue con ella en la ambulancia.

-Increíble-fueron las palabras de Anthony.

Llegamos al hospital y Ainhoa no reaccionó. Los enfermeros nos explicaron que en la Carta había perfume de un ave y eso la hizo paralizarse. También nos dijo que pudo haber sido una alergia. Vamos que para mi eso es que no saben lo que le pasa.

-Ainhoa es alérgica a las plumas de cuervo. -exclama Nidaa orgullosa por haber sabido una dato privado de su vida.

-¿Pero el perfume de cuervo existe? -pregunto extrañada.

-No lo se. Pero si eso le ha dado alergia, hay que encontrar a esa tal Rebeka para matarla. Buscarme la Carta que le dejó para saber si es verdad que llevaba perfume. -ordenó Anthony.

-¿Podemos entrar a verla? - pregunta Lucía ansiosa.

- Claro, pero 5 minutos hay que vengarla. -aclara este. Entramos en la habitación y ahí estaba tumbada, se encontraba dormida a duras penas abría los ojos. Alejandro estaba sentado en la butaca a su lado con su mano cogiendo la de Ainhoa.

-Mira- Nidaa me lo señala y me susurra.- que bonito.

-Hola- saluda Lucía a Alejandro -¿como esta?

-Aun no ha despertado-dijo cabizbajo.

-Me quedaré esta noche con ella-añadí.Por una parte me sentía culpable, se supone que yo soy la que pone el correo en la cama de cada una y debí haber olido que llevaba una pluma de cuervo. Pero claro yo no lo sabia.

"¡Noa sal de tus pensamientos , YA! "

-Gracias. Voy a llamar a mis padres que traigan dos guardias para vigilar la habitación. -añadió Alejandro.

-Eso estaría bien. -le comenté. De golpe entró Anthony el cual con un gesto le dijo a Lucía y Nidaa que salieran de la habitación.

-Noa nos vamos. - me hizo el mismo gesto que a Lucía y Nidaa. -Alejandro, cualquier cosa, llamanos.

-Lo siento pero yo me quedo- le chille. Mientras que Alejandro llamaba a sus padres, contemplaba la cara de furia que llevaba Anthony. Odiaba que le contestarán y más si le chillabamos. Una vez se fueron, empezó a oscurecer y una enfermera entró para cambiarle la anestesia.

Me empezaba a quedar dormida cuando los gritos de Ainhoa empezaron a retumbar por toda la habitación. Como una canción en un altavoz, esa que pones que tiene la marcha a todo volumen más la del altavoz.

-¡Vete de aquí... Fuera.... Asesina... Matastes a mis padres.... Te odio... Asesina...- no se relajaba. Ainhoa le apretaba cada vez más fuerte la mano de Alejandro mientras se retorcia en la camilla. Una enfermera entró y le canvió la anestesia por morfina o eso creo que me dijo. Más tarde nos pusimos a ver una película hasta quedarme dormida.

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