La música emitida a un bajo volumen audible para su gusto sonaba en su habitación. Daba vueltas tras vueltas sin parar en un mismo lugar. Uncover de Zara Larsson le transmitían el significado de sus sentimientos y de lo que sentía. Cuando se detuvo, lo hizo solo para verse al espejo. 《¡Por santo cielos! Me veo fatal.》Las bolsas negras que se le dibujaban debajo de sus bellos ojos la hacían ver como las señoras mayores, desgastadas por el trabajo. Su cabello suelto estaba enredado, hasta se fijó que perdió el brillo y color que poseía. Y su cara, estaba delgada, tan pálida, como si sufriera de anemia. Ha estado tan mal que ni se molestaba en retocarse, solo asistía a clases con normalidad, pero no ponía la suficiente atención a lo que decía su profesor. No tenía cabeza para nada, su mente divagaba en el universo, sintiendo que iba a explotar. Desde su plática con su prima, ya no sabía ni que pensar, estaba loca, hostigada. Y ver a Roman en ese coma, la hacía echarse a llorar. Apenas llevaba un suéter que le llegaba hasta los muslos, era largo de color gris, pero cómodo, y le quedaba holgado y debajo estaban las bragas.
Reviso la hora de su celular y se mordió el labio inferior.
《¡Maldito vientre! ¡Maldito vientre!, ¡¿porque de pronto creciste?!》Sus manos arrugaban su suéter, chillando internamente mientras trataba de ocultarse su abultada panza. Quería culpar a Letha por hacerle creer tal cosa y para no quedarse con la duda, compro lo único que le dará respuesta. Pero no siempre aciertan, digo, pueden fallar de vez en cuando esas pruebas de plástico no tan confiables. A quien engaña, ya era tan obvio lo que tenia.
---- Jodida vida... ---- Dijo en voz baja. Riendo, de nuevo miró el aparato, aquella prueba de embarazo con esas dos rayitas que significaban una sola cosa, positivo; solo se tiró al piso, sin dejar de reírse como loca. ---- Pero si es obvio ¿no? ---- Se miró el vientre y dejó caer la prueba de embarazo débilmente de sus manos.---- Esto no puede ser posible, ¿como?, estoy muerta. ---- Afirmo.Lo primero que pensó fue en la reacción de su madre, especialmente de su hermano, cuando despertara y supiera que estaba preñada. Estaría en un lío interno, con discusiones sin finalizar con el hermano mayor, la odiaría, se enojaria con ella, y querrá saber de inmediato del chico con el que se acostó y la dejó en esa condición. Pero lo chistoso era, que ella no tuvo relaciones con nadie, lo aseguraba, jamás se relaciono con alguien, y de vuelta estaba la creencia del ángel, ¡oh!, la obra del espíritu santo.
《Te agradezco prima, por meterme tal cosa a la cabeza, un puto ángel, por favor.》
Su madre no se había despegado ni un segundo de su hermano, cuidaba de él, atendiendo sus necesidades, limpiándolo, lloraba en silencio, Roman podía creer lo que quisiera, hasta decir que no le importaba su condición, pero así eran ellos dos. A una madre le dolían los hijos hasta el alma, aun si cuesta para algunas mostrar eso, pues Olivia era de carácter duro sabiendo fingir.
Pero la molestia estaba en que Olivia quería controlar a sus hijos a su antojo, creyendo que ella seguía decidiendo por su hijos. Y que ella sabía cuando deberían irse, y cuando deberían morir.
Lydia amaba a su hermano, muchísimo, teniendo miedo de que Roman la rechazara y no quisiera verla nunca mas, decir que fue una perra descuidada por no haber usado la famosa protección, los globitos que se guardaban en un sobrecito plateado, y se llevaban en el bolsillo o cartera, para casos de emergencia.
《 Felicidades Lydia, ahora solo imagínate a Roman como tu profesor tratando de explicarte los métodos anticonceptivos y lo fácil que es usarlos, conseguir un condón es muy fácil.》
Cerró con fuerza bruta su casillero, terminando por guardar un libro en su bolsa, el primer paso a seguir era ¿como decirle a mamá Olivia? Y si no la apoyaba, si la regañaba y le decía lo decepcionada que estaba con ella por traer un premio a su hogar, que pensaba que era mucho mejor que su hermano, oh sí, de Roman se lo podía creer, pero viniendo de ella, no. Y qué tal si la obligaba a realizar un aborto. No sabe lo peligroso que pueden ser los abortos, o lo condenada que te quedas por cometer tal cosa. Otras mujeres les vale comino, y aprueban el aborto, pero ella no era de esos casos. Quería a ese bebé, aun si lo catalogan como error, el niño no tenía culpa de nada de sus errores, volviendo a repetirse, que ella no hizo nada con nadie, estaba decidida a tener a ese niño y si su madre y hermano la detestaban por su osadía, se iría lejos de casa para criarlo, sin o con su apoyo, lo lograría sola. Claro que criar a un hijo, no es tan sencillo. El siguiente paso era, Roman, no se lo podía ocultar, no era tan estúpida para mentir y si su vientre ya esta creciendo. Algo tan raro, por que si se ponía hacer cuentas, ella está embarazada desde el verano, y no tuvo ni un síntoma o sentir extraño su cuerpo, nada de nada que le dijera que esperaba un niño. Si bien no era la oveja negra de la familia, era la niña santa estudiosa que se le veía un futuro, y ahora sería el hazme hablar del pueblo, cosa que a su madre no le gustaría.
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"Pᴜʀᴇ Bʟᴏᴏᴅ" [Hᴇᴍʟᴏᴄᴋ Gʀᴏᴠᴇ] || Roman Godfrey 🖤
VampirosRoman Godfrey un atractivo chico de 17 años, proveniente de una familia rica, numerosa y reconocida en la gran Pennsylvania en un pueblo llamado Hemlock Grove. Sin saber que demonio vive dentro de el ni conocer su verdadera naturaleza. Mina Lydia...