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Howard Stark no cabía en su incredulidad, pensó que este día nunca llegaría o que tal vez sucedería algo que pudiera evitarlo, hacerlo cambiar de opinión y, sin embargo, Tony se encontraba en su habitación muy tranquilo alistando sus maletas, su Tony, su pequeño, el menor de todos sus hijos y un Omega Puro se alistaba para unirse a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. No entendía muy bien el bicho que le había picado, al inicio creyó solo era uno de sus típicos caprichos para llamar la atención pero cuando rechazo la beca del MIT la cosa se tornó seria.

Las leyes habían cambiado en los últimos años, sobretodo en comparación a cuando él sirvió para el gobierno. En sus tiempos, los Omegas no eran admitidos e incluso fueron considerados como una amenaza en esos cambios, pero en la actualidad incluso una Omega, muy buena amiga suya, había logrado ser directora de SHIELD. Ahora su pequeño, inspirado en las palabras de su tía Peggy, perseguía el mismo sueño y sabía que no podrían detenerlo hasta que lo consiga. Tony era muy inteligente, incluso a un nivel genéticamente imposible, pero eso no era lo único admirable en su pequeño sino que también tenía una capacidad increíble de convencimiento y un orgullo que superaba su pequeño cuerpo.

Aún así Howard temía por su seguridad, sabía defenderse es cierto, pero el aroma de Tony solía descontrolar muchos Alfas durante su temporada escolar a tal punto que incluso debían encerrarlo en su cuarto por un mes entero, era cierto que ahora podía controlar mucho mejor sus feromonas a tal punto de culminar sus dos últimos años en la secundaria con total normalidad. Sin embargo, esa terrible época para su familia sirvió para descubrir que Tony no solo había nacido como un Omega sino que su casta era Pura, eso quería decir que el ADN del menor de los Stark era enteramente de un Omega. ¿Qué haría Tony en el Ejército si sus feromonas se salían de control?

- Así que iba en serio - Tony saltó un poco en su sitio al escuchar la voz de su padre detrás suyo recostado sobre el umbral de la puerta, luego su rostro le regaló una sonrisa de oreja a oreja.

- Siempre fue en serio, Howard - respondió con su típico tono altivo mientras cargaba su maleta y se dirigía al pasillo de la gran mansión Stark, de pronto detuvo su paso a la mitad - ¿sigue molesto conmigo?

- Hijo, trata de entenderlo. Eres el único Omega en esta casa, es natural que todos nos portemos sobreprotectores contigo - Tony cambio el semblante triste que demostró por unos segundos por la sonrisa de siempre y concluyó que algún día su hermano lo perdonaría por perseguir sus sueños y no ser un Omega de casa nada más.

- Recogeré a Carol antes de irme, no es necesario que me acompañes más - Howard lo sabía, su hijo estaba dejando el nido y no estaba seguro de querer dejarlo o tal vez solo era su instinto de Alfa, pero era Tony de quién hablaba, él siempre hacía lo que quería.

- Vale, nos vemos en vacaciones - despeinó sus cabellos como despedida con el corazón encogido por no poder hacer más que dejarlo partir.

***

Carol tal vez era la más entusiasmada, ella había decidido acompañar a Tony en la aventura que emprendían. El futuro se veía prometedor y como no serlo cuando tenía la seguridad en su corazón de que ella sería una gran piloto y su Tony sería el director de SHIELD, con su fuerza y la inteligencia de él nadie podría pararlos.

- Bien Tony, ¿listo para enfrentar el mundo? - preguntó la rubia cuando se acercaron para recoger sus maletas del bus que los había llevado hacia su nueva vida.

- Me sorprende lo emocionada que estas, ayer cuando te recogí no parabas de llorar en los brazos de tu padre.

- Anda, solo fue un momento de debilidad pero ahora estoy segurísima de lo que quiero - respondió golpeando su puño sobre su palma.

Lariat | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora