Lariat | Stony

- IV -

Ella era fuerte, libre y es cierto que muchas veces impulsiva al punto de hacer locuras, pero esa era su esencia y todo lo opuesto a lo que él podía ser. La admiraba y nada más que eso, definitivamente no se había enamorado de Carol y, además, ella ya tenía un terrible crush por aquel Alfa mayor, el famoso "tío Thor". Él era un simple Beta que no merecía ser visto por una Alfa cómo ella, tan maravillosa. La había estado observando durante todo el mes desde que ingresaron a la academia, cuando entrenaba duro durante las clases e incluso a destiempo o cuando se levantaba a pesar de haber caído muchas veces, pero también la observó persiguiendo a ese hombre que no se dignaba siquiera a verla al rostro y que la trataba como una niña aún. Ello le hacía enardecer el cuerpo.

- Hey, hey - Tony chasqueó los dedos delante de su rostro - ¿estás escuchando lo que te digo?

- ¿Ah? Si, si. Venga, Tony, debes superarlo.

- Ese no es el asunto Rhodey - resopló el castaño, desde su encuentro casual durante la noche no había vuelto a conversar con Steve, es más, podría decir que estaba siendo ignorado por ese Alfa, nunca lo encontraba libre y durante sus horas de descanso le informaban que se encontraba fuera de la base. De igual forma, eso no era lo que trataba de explicarle a su amigo - Te decía que ya está listo.

- ¿Qué cosa?

- Mi traje, tontito. ¿Qué estás pensando? - el menor de los Stark siguió con los ojos hacia donde su nuevo mejor amigo tenía clavada la vista, Carol conversando animadamente junto a Thor, su tío de cariño reía estruendosamente mientras que la rubia hacía ojitos.

- ¿Cómo es posible que se humille de esa forma? Ella es...

- Ella es increíble y maravillosa, lo sé, lo sé - desde que Tony le había aconsejado no ser tan intenso con la rubia, Rhodey había tomado ciertas distancias que poco le había importado a la susodicha.

De pronto, Tony notó la presencia de Steve en el comedor, no necesitaba ni voltear para saber que era él y sabía muy bien que el rubio no necesito ni asomarse a la puerta para saber que él estaba ahí. Era la hora de almuerzo y era normal que todo el cuartel se reuniera a esa hora, pero el rubio había dejado de asistir al comedor y tenía el privilegio de tomar sus comidas en su oficina, según había dicho Thor. Entonces, ¿por qué estaba ahí? Se distrajo tanto en sus pensamientos que no se fijo cuando Carol se sentó en la mesa mientras el rubio de la barba trenzada respondía una llamada.

- Es tan guapo - suspiró apoyando el rostro sobre su mano.

- Yo creo que te vuelves tonta cuando estás a por él, solo te toma como una niñata - el tono de Rhodey fue ácido y provocó que la rubia volteara su mirada con furia hacia él. De seguro lo hubiera matado en ese instante de no ser porque un Thor bastante más animado de lo normal, si es que era posible, se acercaba directo a su mesa.

- Niños - ahí iba la confirmación de lo dicho por el moreno - les tengo una increíble noticia. Mañana podré presentarles a mi Omega - el mayor lo había anunciado con tanta alegría que le desconcertó el silencio entre los menores, parecían anonadados con la noticia.

- ¿¡Tu Omega!? - exclamaron al unísono, ninguno sabía que Thor tuviera un Omega aunque para ser sinceros tampoco lo conocían bien, es cierto que se internó un tiempo en la casa de los Stark, pero luego de ese año sus visitas eran muy esporádicas y solía desaparecerse por largos plazos de tiempo. A decir verdad, la vida de Thor era un misterio para ellos.

- Claro, ¿no era obvio? Tengo un Omega - rasco la parte trasera de su nuca soltando una risita nerviosa ya que por alguna razón comenzó a sentirse de esa forma y si, siempre olvidaba contar ese detalle. Entonces, Tony vio el momento preciso en que se rompió el corazón de su amiga, ella se levantó con una excusa absurda y los ojos llorosos para retirarse corriendo ante la mirada confusa de todos.