- XI -

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Tony Stark siempre se salía con la suya.

Luego de una larga discusión sobre quienes debían o no asistir a dichosa misión, tuvieron que planificar cuidadosamente sus siguiente movimientos. No sería nada fácil escapar de una de las instalaciones más resguardadas del país y sobretodo tras un reciente atentado, todo el mundo tenía los sentidos alertados para percibir aunque sea una mosca.

¿La solución? Robarse el quinjet del mismísimo Howard Stark, quién aun se mantenía en la base dando su opinión sobre los hechos a los más altos cargos del Ejército. Fue la genial idea horneada directamente del maravilloso cerebro del Omega menor, ya que dicho quinjet era el único que no podía ser rastreado por los radares del gobierno y además que Tony era capaz de burlar la seguridad del transporte.

El siguiente obstáculo que enfrentaron fue la ubicación del escondite que proponía el Omega mayor, Loki no quiso soltar la lengua con la excusa de que no volvería su hogar un posada para cualquier forastero, por lo que propuso navegar el mismo hasta el lugar indicado. Thor se había negado rotundamente y ello comenzó una nueva discusión.

Finalmente a medianoche, el nuevo equipo de los Vengadores conformado por dos Alfas Puros, Steve y Thor, dos Alfas de alta categoría, Natasha y Carol, un híbrido Beta/Alfa, Bruce, dos Betas, Sam y Rhodey, y la cruz del equipo, dos Omegas Puros, Tony y un preñado Loki. Ambos Alfas de casta Pura extendían sus aromas por todo el transporte, ambos sentados y muy enfurruñados al final del quinjet, sin decir palabras pero expulsando toda su frustración a través de sus aromas.

Loki Laufeyson no era un Omega común, no solo por su casta Pura, sino por las cualidades poseídas inusuales en un Omega. Thor, a pesar de los años juntos, aún se asombraba con la perspicacia con la que su pareja planificaba cada una de sus travesuras y como tenía una increíble habilidad para huir de los problemas sin daños colateral, para él, está claro. Loki era un gran manipulador de su esencia, la manipulaba a su beneficio, un Omega muy astuto. Por ello, una increíble idea le venía rondando la mente desde que partieron. Una idea que comenzó al notar la ansiedad en el Omega menor del grupo ante el cargado ambiente que se formó en el quinjet. Loki no podía sentirse afectado ya que poseía una marca que equilibraba perfectamente su aroma y lo hacía desagradable para cualquiera que no fuera su propio Alfa y sumado a su embarazo, le daba una inmunidad ante cualquier ataque. Sin embargo, Tony Stark era un Omega Puro en la flor de su juventud, apostaba su vida a que recién había logrado equilibrar sus feromonas y aún así sentía ese típico temor de cualquier Omega al verse rodeado por Alfas.

Su idea se reforzó cuando el Omega se ofreció a acompañarlo en la cabina durante todo el viaje.

- ¿Ya llegamos? - preguntó por milésima vez el castaño, a quién sentía más apegado que hace un par de minutos.

- Te acabo de decir que no - que estuviera preñado no significaba que una fuerza maternal le surgiría de la nada - Además, ya te expliqué miles de veces que sería un viaje de aproximadamente 7 horas - Nuevo Asgard se encontraba en un pueblo de Noruega, eso no estaba nada cerca de Estados Unidos, por lo que le tomaría unas horas llegar.

- Vale, vale.

- ¿Por qué no tratas de dormir junto tu Alfa? - comentó con una sonrisa ladina, quería provocar un poco al Omega y tantear el terreno.

- Tenemos un acuerdo, iremos con calma y mientras tanto no voy a hacer cosas para provocarlo - bufó el menor y Loki soltó una carcajada que podía despertar al equipo entero sino fuera porque estaban muertos de cansancio.

- Me recuerda a cuando era joven, solía tenerle mucho miedo a mis instintos, sobretodo cuando estaba cerca de Thor, supe que era mi destinado cuando tuve mi primer celo, nuestros padres nos separaron de suerte. Me avergoncé tanto que siempre huía o me escondía de él, nunca le dí una oportunidad de demostrarme cuanto podíamos hacer juntos.

Lariat | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora