- XII -

2.1K 242 28
                                    

Era evidente la frustración en el Alfa, estaba hiperventilado y había cargado el ambiente con su aroma de tal forma que incluso los vecinos, quienes vivían a unos cinco kilómetros, pudieron percibir el enojo y la tension que expresaba el Alfa Puro, seres salvajes y descontrolados.

- Los quiero a fuera, ¡ahora! - rugió hacia Carol y Rhodey con su voz de mando, Tony no podía intimidarse a menos que la demanda fuera directa hacia él, había aprendido que esa era una ventaja de poseer un lazo que los uniera. Los dos menores, Alfa y Beta, salieron corriendo del lugar asumiendo de momento que el moreno debería dormir con los otros dos Betas y Steve se quedaría con Tony. Nadie podría separarlo de su costado luego de tremenda escena, en realidad nadie se atrevería pues, ¡Dios!, era un Alfa Puro podría sacarles la cabeza si quisiera. Steve cerró la puerta tras de sí, observó a la sonrisa triunfante de su Omega y su mirada amenazante cambio a una completamente acongojada, casi como un perrito arrepentido. Se arrodillo frente al menor de los Stark y lo abrazó, cosa que tomo por sorpresa a Tony ya que, acto seguido, escondió su cabeza entre el cuello del menor para comenzar a aspirar con fuerza su aroma, Tony soltó algunas feromonas para calmar sus instintos y Steve poco a poco cambio el ambiente por uno mucho más meloso.

- Pensé que algo te había sucedido - susurró el mayor aún contra su cuello - Me asuste mucho y mis instintos se salieron de control. Lo siento - estaba realmente arrepentido, tal vez las cosas no estaban saliendo como Tony esperaba. Aún así algo en su interior le llamaba a calmar a su Alfa por lo que comenzó a frotar su espalda en una caricia de tranquilidad, como darle a entender que nada había pasado.

- Solo fue un susto, Carol aveces no sabe controlar sus emociones - el Omega decidió que sería bueno dar un paso más - Eso te pasa por no querer compartir conmigo.

- Tony - su tono fue de advertencia y vio adecuado separarse del menor cogiéndolo por los hombros.

- ¿Qué? - reprochó - algún día tendrá que pasar. ¿Qué harás cuando llegue mi celo?¿Te quedarás mirando?¿Y si otro Alfa quiere tomarme?¿Qué harás? - Steve no quería ni pensarlo.

- No te preocupes, Omega intranquilo. Siempre estaré para protegerte - soltó un promesa acariciando su pelo con su mirada sobre sus ojos.

- Pero, yo no - trató de reclamar, pero el rubio no se lo permitió.

- Tony, tenemos un acuerdo. Iremos despacio y, por favor, deja de apresurar las cosas. No quisiera lastimarte y tú aún eres muy joven - el menor puso su mirada en blanco por lo dicho, realmente ¿cuánta resistencia podía tener ese hombre?

- P-pero

- Sin peros - sentenció - dormirás aquí y yo vigilaré a fuera.

Rayos, en vez de dar un paso al frente había retrocedido dos muy grandes.

***

A veces Steve sentía que tras haber pasado tantos años bajo el hielo su ciclo de sueño se vio afectado, lo que provocaba varias noches de insomnio o sobredosis de energía por las noches que lo llevaba a donde estaba ahora mismo. No encontraba otra explicación para recorrer más de 100 vueltas al perímetro de la zona durante la madrugada.

Bueno, tal vez había otra razón que le quitaba el sueño: Tony. Desde que se encontró con el menor y fue consciente del lazo, un constante jalón desde detrás de la nuca lo llamaba a preocuparse por cada cosa que hiciera el castaño, era como un bichito que le preguntaba por el, era una sensación inevitable en el corazón que le clamaba unirse al Omega. Ahora mismo, le preocupaba demasiado la posibilidad de que su vida estuviera en peligro, incluso la de su equipo entero porque por alguna razón se sentía responsable.

Lariat | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora