Todo Mi Amor Eres Tú [Freddchael] Completada.

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El moreno se encontraba vestido con un amplio sueter color crema, su cabello estaba suelto y en el había un sombrero negro de plato.

Amable, Freddio dio un paso atrás para que este pasará. Se asomo por el marco de la puerta, buscaba con su mirada el vehículo en el que había llegado, pero no había absolutamente nada, así que cerro la puerta y alcanzo a Michael el cual ya se encontraba en la sala mirando los grandes cuadros de decoración.

- Oye, ¿En que llegaste? - Pregunto con intriga

Jackson aparto la mirada de aquel cuadro y lo miro soltando una traviesa carcajada - Tome un taxi -

Los ojos del bigotudo se abrieron sorprendidos al oír la palabra "Taxi".

- Wow, wow, wow - Fue lo único que salió de su boca, estaba sorprendido que un artista de moda como él pasará así de desapercibido.

- Supongo que el taxista no conoce de música, ni siquiera se percató de quien era - Volvió a reír al mirar la sorprendida expresión en el rostro de Freddie

- Ni siquiera debió ser humano - Rió el mayor

Michael correspondió con una leve risita.

Y así, Freddie lo invito a pasar a su cuarto de música, por así llamarlo.

Pasaron horas y horas escribiendo y componiendo, el nerviosismo del falso británico había desaparecido por completo, y la expresión del americano lo decía todo, estaba más que a gusto.

Freddie quería hacerle sentir como en casa, invitándolo a pasar a la cocina cada que un estomago crujía, preguntando si algo le molestaba y por supuesto, que si se sentía cómodo con él.

Michael nunca se había sentido tan consentido en su vida.

Finalmente dieron las 8:00 pm, el moreno ya debía retirarse, ambos se levantaron de sus asientos frente al escritorio y uno más adelante de otro caminaron a la entrada.

Freddie abrió la puerta, dejando salir al menor, este se dio la vuelta para mirarlo por última vez y agradecerle por el día tan especial.

- Gracias por todo de nuevo Fredd, me divertí mucho - Soltó una cálida y bella sonrisa

- No fue nada , fue un gusto - Le devolvió la sonrisa a este

Ambos se quedaron mirando profundamente, los grandes y expresivos ojos de Jackson parecían comerse a los de Freddie. "¿Por qué tardará tanto en dar la vuelta y retirarse?", pensó.

Lo primero que vino a su mente en ese momento fue "Bésalo".

La mano de Mercury reacciono sola, comenzó a acercarla a la mejilla de Michael, pero un último pensamiento invadió su mente. Recordó lo que Jonh le había dicho la madrugada pasada, "Conocelo más".

Así, su mano simplemente callo en el hombro de este, soltando por último una leve sonrisa.

- Cuidado al tomar el taxi, Jackson - Agregó, dandole fin a la conversación

Michael con una leve sonrisa en el rostro asintió y dio la vuelta.

Finalmente Freddie cerro la puerta algo desanimado por aquel fracasado intento, sabia que debía esperar más por ese beso, al fin y al cabo se estarían viendo los sábados.

Unos fines de semana después, Freddie se sentía más que listo, la confianza entre ambos ya era demasiado grande, nada podría salir mal.

Ambos se encontraban sentados de nuevo en el escritorio, dandole los últimos toques a su nueva canción.

Michael tenía ambas manos sobre la mesa, las cuales lo ayudaban a detener la hoja con la letra de aquella canción.

Freddie se mantenía recargado en la mesa, no podía apartar la mirada de este, Michael por su parte no se percato de aquella mirada clavada, pues estaba muy metido anotando en aquella hoja.

Finalmente, levanto la mirada hacia el bigoton - Ya está, ¿Crees que este perfecta así? - Lo miro serio, esperando una buena respuesta por parte del contrario

El mayor asintió con una cálida sonrisa en su rostro, su cuerpo de nuevo comenzó a desobedecer, sus impulsos solo reaccionaron. Este ya habia tomado la mano del americano.

- Esta perfecto así - Susurró este

Michael miro ambas manos de reojo, de un momento a otro su corazón no paraba de palpitar, sus mejillas enrojecieron a más no poder, no podía reaccionar.

Freddie enredo sus dedos en los delgados dedos del contrario, mientras lentamente se iba acercando a su ya sonrojado rostro nervioso.

Ambos no pudieron evitarlo, cerraron sus ojos y esperaron a que lo que inevitable pasará de una vez por todas.

La puerta de aquel cuarto se abrió de manera desesperada, arruinando aquel momento. Era Roger.