¿Ataque?

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Sin pensarlo dos veces, Tsuna se había lanzado sobre la niña para poder apartarla del lugar y enseguida se escuchó el ruido del vidrio de la ventana romperse y luego vio como una bala se impactaba en el teléfono que segundos antes había estado en las manos de la niña.

- ¿Estas bien? – miro a la niña con preocupación y esta solo asintió, estaba pálida del susto.

Kusakabe entro rápidamente a la casa después de escuchar el ruido, cuando fue a la cocina vio al castaño abrazando y revisando a la niña, de repente su celular sonó y contesto sin demorar al ver el número de su jefe

- Tetsuya – su tono de voz estaba lleno de ira, aunque también podía notar cierta preocupación – ¿Qué demonios ocurrió? ¿Qué fue ese ruido?

- Bueno, vera Kyo-san... alguien ataco a Sawada.

- ¿Qué? – Frunció el ceño mientras empacaba sus cosas, volvería en el primer avión – ¿Para qué te deje a su cuidado? Debí suponerlo que no iban a ser capaces de cuidar adecuadamente de ello, ¿están bien?

- Si, lo lamento... pero ambos están bien, Sawada reacciono rápido y alejo a la niña, en estos momentos los demás fueron a investigar, aunque parece que el disparo fue desde lejos

- Como sea, sigan investigando, pero quiero que le digas a Tsunayoshi que tomen sus cosas, llévalos a la escuela y usa el pasadizo para ir a mi casa, yo volveré tan rápido como me sea posible, pero volveré antes del amanecer.

- Entiendo, déjelo en mis manos – colgó y luego se acercó a los castaños

- ¿Qué ocurre? – Tsuna lo miro mientras abrazaba a sora que estaba asustada

- Kyo-san me ordeno llevarlo a su casa, ahí estarán seguros y el viajara desde hoy

- Entiendo, iré a empacar entonces

- Si, por favor apresúrate...

Tsuna rápidamente fue a empacar y sin demorar mucho luego de unos minutos los tres salieron de la casa rápidamente antes de que alguien tratara de atacarlos de nuevo, el azabache ayudaba a Tsuna llevando la maleta ya que este llevaba en brazos a la niña.

- Disculpe Kusakabe-san, pero... ¿A dónde vamos? – murmuro confundido.

- Ya te dije – lo miro de reojo sin detener su caminar.

- sí, lo se... es solo que... ¿No es este el camino a la escuela?

- Lo es, pero vamos por este camino por si somos seguidos no encuentren el lugar tan fácilmente, solo sigo las ordenes de Kyo-san.

- Ya veo – sonrió levemente – el en verdad es muy inteligente...

- Si, ahora por favor no te distraigas, Sawada.

El castaño asintió y siguió caminando en silencio hasta llegar a la escuela, para luego ir directamente al comité disciplinario, miro el lugar confundido, ¿Hibari vivía ahí? Nunca pensó que el amor del chico por la escuela fuera tan grande como para querer vivir en ella.

- Bien, aquí debe estar – la voz del mayor hizo que Tsuna dejara de pensar cosas innecesarias. Vio como el azabache abría un cajo y de este sacaba una llave.

- ¿Solo venimos por eso?

- Si y no – sonrió y se acercó a un librero donde tomo un libro dejando ver una cerradura, la cual abrió con la llave lo que le permitió mover el librero que al parecer era una puerta. – adelante.

- Es increíble... – murmuro sin poder creerlo

- Si, esta es la puerta que Kyo-san utiliza para siempre llegar temprano, pero como sea, vamos.

- Si – entro y detrás de él fue el azabache que cerró la puerta.

- Solo hay que caminar un poco y llegaremos - explico mientras sumía el interruptor de la luz – tenemos que bajar unas escaleras para, después todo es recto, es un pasillo subterráneo.

Tsuna asintió mientras admiraba la entrada secreta de su guardián, definitivamente el nuca hubiera imaginado algo así en la escuela. Después de caminar un rato, el chico se detuvo al toparse con una puerta.

- Llegamos – Kusakabe sonrió y abrió la puerta – adelante.

- Con su permiso – murmuro el castaño antes de entrar, al parecer estaban en el sótano de la casa, por lo que subieron – que linda casa... y el pasillo me recuerda a... ¿en verdad fue mi idea el escondite del futuro? Porque esto... ¿podría ser que Hibari-san me ayudo?

- Sawada, no es momento...

- Si, lo siento – rio un poco

- Descuida – suspiro – yo me quedare afuera para vigilar, así que tu solo busca donde acomodarte – dejo la maleta en el suelo

- Si, Kusakabe-san, gracias por todo y perdone las molestias.

- No le des importancia – sonrió y salió de la casa.

- Bueno, veamos – sonrió al ver a la pequeña que se había quedado dormida en sus brazos – busquemos una habitación para dormir cómodos.

Miro la casa y camino hasta una puerta que abrió teniendo cuidado de no soltar por error a la castaña, la habitación era grande y como el igual tenia sueño supuso que esa sería la habitación que ambos ocuparían para dormir, con cuidado deposito a la pequeña en la cama para no despertarla, y él se acomodó con ella para poder dormir.

Hibari había llegado en la madrugada y al ver a su mano derecha vigilando la casa le ordeno que le informara lo que había ocurrido, y después de que le dijera que los castaños ya estaban en la casa sanos y salvos, le indico que podía retirarse. Entro a su casa, estaba cansado por el viaje, pero creía que había valido la pena el haber mordido hasta la muerte a algunas personas para que adelantaran algún vuelo, eso ya no importaba, al fin llego bostezo y camino hasta su habitación, sonrió al llevarse la sorpresa de ver a los dos cielos durmiendo en su cama, sin hacer ruido se acercó la cama, la cama era grande y el tenia sueño, así que sin pensarlo dos veces y teniendo cuidado de no despertarlos, se acostó con ellos, acomodándose para dejar a la niña en medio suyo y de su omnívoro, definitivamente, él podría acostumbrarse a mas noches así, durmiendo con su familia. 




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