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Beatrice observó desde su ventana como el carruaje donde iban Caterina, Anthony y la marquesa desaparecía entre la bruma de la noche.

Cerró con cuidado el libro que traía en sus manos.

¿Por qué la vida real no podía ser como una novela?

En la cual borrar o repetir un capítulo si te equivocabas. Cambiar los finales tristes por felices o simplemente eliminar en unas cuantas líneas a esa persona que te desagradaba.

Miró de reojo sus escritos. Ella era una aficionada, alguien que escribía por gusto, pero a su parecer carecía de técnica para llegar a la talla de grandes escritores.

Beatrice siempre se puso muchas limitaciones que cambiaban únicamente cuando se metía de lleno en una historia. En el momento en que su pluma bailaba sobre la hoja se convertía en lo que ella deseara ser en ese momento.

Una heroína valerosa, una picante seductora o una musa de un artista. Emmy, Lydia y Ashey todas sus protagonistas tenían un carácter estrámbotico, que parecía eclipsar a los otros personajes y las amaba por eso, pero hasta ahora no se le había ocurrido crear un personaje parecido a ella.

Una mujer que prefiriera la paz de la soledad a estar rodeada de personas, las charlas cortas, los silencios largos, las tardes lluviosas a los días soleados. Nunca había escrito un personaje así, porque su persona era aburrida.

-¿Estás lista Beatrice?-Alicia entró en la habitación seguida de Vanessa Hutcher, la amante de su hermano.

-¿Lista?-preguntó aturdida.

Su gemela la miró de arriba a bajo con una mueca y Vanessa la imitó.

-Ese no es un vestido para una fiesta.

Beatrice se miró a si misma y evidentemente el sencillo vestido de lana que usaba no era para participar de una velada.

-Lo sé.

-Y qué estás esperando para cambiarte.

Beatrice achicó los ojos observando el atuendo de su hermana. Alicia siempre lucía despampanante con o sin joyas, pero esta noche se veía el doble de hermosa y Vanessa igual.

-¿Ocurre algo?

-Nuestra venganza.-le recordó su gemela antes de dirigirse a su armario y empezar a husmear entre sus vestidos.-Este no...-descartó algunos sin preámbulos.-Vanessa.-llamó a la cortesana y juntas empezaron a armar un caos con su ropa.

-Alicia...-intentó llamar su atención.
La dama no sabía que tramaba su hermana, pero algo le decía que no le iba a gustar.

-Guarda silencio Beatrice. Debes verte hermosa si queremos que nuestro plan resulte.

La dama se estremeció.

-Este es rescatable.-opinó Vanessa tomando uno de sus más bonitos vestidos.

-¿No es demasiado simple?-refutó su hermana frunciendo el ceño.

-Es perfecto para ella.

-Mejor le presto uno de mis vestidos. Ese vestido es de la temporada pasada y no resulta provocativo.

¿Provocativo?

-Hermana.

-Sé lo que hago, Beatrice. Dame tiempo.

-Tu hermana no es ese tipo de mujer.

Beatrice asintió estando de acuerdo con Vanessa. La cortesana parecía entenderla más que su gemela y eso le estaba frustrando.

Cambiando tu historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora