1- Kim Namjoon. POV. Recuerdos.

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Apenas puedo recordar el día que me reclutaron. Era una tarde nublada y fría de Diciembre, el frio azotaba brutalmente contra la ventana, yo me encontraba en el ático de mi casa, escondido entre las cajas de madera y cartón. Ese solía ser mi escondite cuando jugaba a las escondidas con mi hermana.
Aun recuerdo su aroma, a moho y humedad, una araña seca se revolvía entre mi cabello blanco, las palmas de mis manos ardían por los infinitos granos de arena en el suelo, pero no tenia otra opción. No debía moverme ni un poco.

Esa tarde, mi madre había ido a buscarme al patio trasero mientras yo jugaba con mi perro, Aron. Me cogió entre brazo y me metió a la casa corriendo, me repitió las instrucciones que ya me sabia de memoria y subí corriendo al ático.

Desde la sala escalaban los estruendosos gritos de mi madre, de mi hermana y los quejidos de mi padre. ¿Que podía hacer yo? Con tan solo 6 años no se me ocurría ser valiente, solo tenia en la cabeza la dulce voz de mi madre que mientras me acariciaba la mejilla me daba instrucciones claras de no salir del ático, de no moverme ni hacer ruido pasara lo que pasara, escuchara lo que escuchara, viera lo que viera. Ella me juraba todas las noches que si algún dia tenia que subir al atico, todo estaría bien, que no me preocupara y que ella siempre estaría conmigo.

Vaya, que mujer tan mentirosa.

Unos pasos fuertes y rápidos caminaban debajo de mi, por toda la casa, se detenían y volvían a caminar, escuchaba como se rompían cosas, como azotaban puertas y con ellas mi corazón, por mi mejilla escurría una lagrima que al salir de mis ojos se había congelado por el aire frio que azotaba en mi cara gracias a una madera rota del otro lado de la habitación.

-¿Dónde esta el niño?- Una voz masculina y amable se abre paso entre todo el estruendo.

-No lo se, se lo juro, se lo juro, no lo se...-La voz de mi padre se escuchaba a la lejanía.

-No... Mientas, se que esta en esta casa.

-¡¿Para que lo quieren?! –Grito mi madre y su voz se rompió al final. En seco. Seguramente un golpe.

-¡Lizy!

-Y la próxima será su hija –Dijo el extraño con plena serenidad.

-¡Se lo juro no lo se! El... El estaba en el patio trasero cuando ustedes llegaron. Yo... Yo no se...

-¿Me estas diciendo que el simplemente... huyo?

-No lo se... Yo, yo...

-¿Usted que? Mire, le propongo algo. Usted me dice donde esta y le juro que le restara una vida por delante para procrear otro hijo. –El silencio por fin se aprecia en la casa –El hombre suelta un suspiro largo y al pasar de unos segundos vuelve a hablar –No se por que hacen tanto drama, sabes, deberías alegrarte, te estamos haciendo un favor. ¿Qué mas quieren? Cuidaremos bien de su hijo, mejor de lo que ustedes hacen claro esta. Les quitaremos la carga de que su...-El hombre hace una pausa –...hijo le haga daño a alguien.

Se escuchan unos pasos delicados justo debajo de la puertilla del ático y de repente se abre dejando entrar la luz amarilla de la sala.

-Oh, miren una puerta secreta. –Dice el hombre con asombro fingido.

-Señor -Otra voz masculina aparece en la escena, dando y pidiendo permiso al primer hombre de ser el primero que entre.

-Si, asi es. Yo voy.-Dice con un tono casi alegre. Escucho unos pasos subiendo por la escalera pero no alcanzo a ver ni siquiera una sombra, juraría que esta en el ático si no fuera por que no hay nadie. Me muevo solo un poco sin hacer ruido solo para ocultarme mejor. Ya no escucho nada, ni siquiera siento la briza que hace un momento congelaba mi rostro, como si algo la hubiera cubierto. Miro a todos lados pero no alcanzo a distinguir nada, bajo la mirada y noto como en el suelo las migajas de arena se mueven justo al lado mío mientras que otras a su alrededor parecen tan inertes y en un segundo lo que parecía solo espacio, luz y aire se torna en un traje color azul marino. Un hombre. Alto de cabello negro largo hasta el cuello y piel pálida me mira con una sonrisa de oreja a oreja, tiene un símbolo gravado en el saco. OMCG.

-Mira que tenemos aquí –Dice sin quitar esa expresión en su rostro. Yo solo siento ganas de romper en llanto, me duelen las manos y las rodillas por la posición en la que me encuentro, no soy capaz de moverme. –Vamos, de pie niño.-Me dice extendiéndome la mano para que la tome –Vamos, no te voy a lastimar.

-¡Mentiroso! –Le grito fuerte con las lagrimas escurriendo mi rostro.

-Yo no soy un mentiroso, te doy mi palabra de que no te lastimare. Dame un motivo para hacerlo, apenas te he conocido y te me haces un niño muy encantador. Ven vamos con tu papi, te están esperando abajo. –El me acerca aun mas su mano y yo la tomo.

Bajamos por la escalera, primero el después yo, nos dirigimos a la sala y la escena no podría ser mas terrible. Mi madre acostada sobre un charco de sangre, mi padre de rodillas justo a mi hermana que se encuentra igual de rodillas. Yo me siento desmallar, con tanto dolor y apenas puedo ver por tantas lagrimas que salen de mis ojos al mismo tiempo.

-¡Mami! –Corro hacia mi madre en el suelo, zafándome del agarre del hombre de traje. Aun respira, puedo escuchar como se le dificulta, la abrazo e intento distinguir de donde sale tanta sangre pero su cabello me estorba la búsqueda. Un hombre vestido como militar pero en versión azul y negro me toma del brazo para apartarme de mi madre y por más que lucho no puedo librarme de el. Y solo me queda una opción para zafarme, una que mi madre me dijo que no usara a menos que fuera de vida o muerte...

Con mi mano libre le toco la muñeca que me sujeta y aprieto fuerte.

-¡Muérete! –Digo mirando al hombre a los ojos. Puedo sentir como una suave corriente sale desde mi cuerpo pasando por mi mano y recorriendo el brazo del hombre hasta desaparecer, mis uñas se tornan de color blanco al igual que mis ojos. El militar suaviza su agarre hasta que me es posible zafarme, este da un paso hacia atrás mientras el de traje mira curioso la escena. El militar que me tenía sujeto desenvuelve su revólver, se lo mete en la boca y jala del gatillo. Se suicido por que se lo ordene.

Su sangre y sesos embarran el techo de mi casa, la sala se a llenado de un aroma que ahora me resulta delicioso y familiar.

-Asombroso. –El pálido no muestra ninguna emoción, solo asombro, no por el hombre que se acaba de suicidar frente a nosotros si no por mi. –Vamos niño, tenemos muchas cosas que hacer y esto de las despedidas me aburre. –Amenaza con acercarse y yo me interpongo entre el y mi madre. - Oh vamos niño, ¿quieres hacerlo difícil? –Con todo el miedo del mundo avanzó hacia el para hacerle lo mismo que el anterior. –Okay, ya entendí, será por la malas. –En mi pierna se hace un dolor evidente y miro hacia la dirección, una jeringa enterrada en mi piel.

Lo ultimo que recuerdo es el sonido de mi cabeza chocando contra el piso. Las manos invisibles del hombre de traje cargándome y tapando mis oídos.

-Todo estará bien. –Su voz suena tan lejana al igual que dos estruendos secos. Me pierdo en mis recuerdos...

SEXTO SENTIDO °BTS° (Taekook Namjin)Where stories live. Discover now