"Buenos días corazón," saludó Clara a Lauren mientras entraba en la cocina a la mañana siguiente.
"Buenos días," le devolvió Lauren ampliamente, yendo hacia la nevera y abriendo la puerta para mirar dentro, buscando algo de zumo de naranja. "¿Tenemos algo de zumo de naranja?" preguntó, mirando a su madre quien estaba sentada en el mueble de la cocina habiendo terminado su desayuno.
Clara tenía el periódico abierto delante de ella y estaba leyendo los titulares de la mañana, una raza de café en la mano, su ahora vacío recipiente en el mueble delante de ella.
"Está en el estante de arriba detrás de los yogures," le informó Clara a Lauren, sus ojos sin dejar el artículo que estaba leyendo.
"Gracias," dijo Lauren, volviendo su atención hacia la nevera y poniendo los yogures a un lado. Sacó la botella de zumo de naranja y cerró la puerta de la nevera, desenroscando la tapa mientras se apoyaba contra el mueble de la cocina que tenía detrás, en el lado opuesto a su madre.
"Lauren," la regañó su madre, finalmente levantando la mirada del periódico para mirar a su hija. "¿Qué te he dicho de beber directamente de la botella?"
"Me has dicho que lo haga," bromeó Lauren, bajando la botella de su boca un momento para contestar.
"¿Puedes por favor usar un vaso?" le pidió su madre y Lauren puso una cara de pedir perdón antes de girarse para coger un vaso del mueble que tenía justo detrás.
Lauren echó el frío líquido naranja en el vaso y le volvió a poner el tapón a la botella antes de ponerlo de nuevo en la nevera donde lo había encontrado.
"Gracias," dijo su madre apreciativamente mientras Lauren iba hacia se acercaba para sentarse a su lado.
"¿Algo interesante en las noticias hoy?" preguntó Lauren intentando iniciar una conversación mientras ponía el vaso en la superficie de granito que tenía delante.
"Nada demasiado emocionante," contestó Clara, cerrando el periódico y tomando un sorbo de su café, sus ojos fijándose en los de su hija. "¿Cómo fue la cena con las chicas anoche?" preguntó. "¿Te lo pasaste bien?"
"Sí," contestó Lauren, levantando su propio vaso hasta su boca y tomando un largo trago del dulce líquido. "Dinah le dio a Camz esa placa de serenidad como regalo. Fue una especie de regalo de bienvenida, sabes, para celebrar que había salido de rehabilitación..."
"Eso fue considerado por su parte," reconoció Clara. "¿Le gustó a Camila?"
"Sí, lo va a poner en la pared de su habitación," le dijo Lauren a su madre. "Dice que será un buen recordatorio para ayudarla con su recuperación."
Lauren se pausó durante un momento para tomar otro sorbo de su bebida.
"Sigo pensando eso porque ha salido ahora lo que significa que está completamente mejor, pero, nos dijo que su recuperación aún está en proceso." Dijo Lauren pensativamente.
"La recuperación es un proceso a largo plazo," dijo de acuerdo Clara, poniendo su taza de café en el mueble. "Probablemente estará luchando con ello por el resto de su vida. Ella tiene razón, no para porque salgas de rehabilitación."
"Aparentemente su terapeuta dijo que va a ser probablemente muy duro para ella al principio," compartió Lauren con su madre. "Le dijo que las primeras semanas de vuelta siempre son las más difíciles."
"Camila estará bien," la tranquilizó Clara con confianza. "Parece una chica completamente diferente a la que se fue de aquí hace un par de meses."
"¿No crees que vaya a tener una recaída ni nada?" le preguntó Lauren a su madre preocupada.
"No lo creo," contestó Clara, cambiando su postura un poco en la silla, "pero nunca se sabe Lauren. Puede que lo haga."
"No creo que lo vaya a hacer," comentó Lauren sin mucha convicción. "Quiero decir, prefiero pensar que no lo hará..."
"Ten un poco de fe en ella," le sugirió Clara interrumpiendo los pensamientos de su hija. "Creo que te sorprenderás. Camila no es tan frágil como pareces pensar que es. A veces creo que te preocupas por ella sin necesidad."
"No puedo evitarlo," respondió Lauren, tomándose el último zumo de naranja del vaso poniéndolo de nuevo en el mueble.
"Camila es una chica mayor Lauren," dijo Clara significativamente. "Es más que capaz de cuidar de sí misma y necesitar dejarla hacer eso de vez en cuando. Debe ser un poco despectivo para ella siempre tener gente intentando hacer todo por ella. Eso solo va a hacer que ella sienta como que nadie cree en su habilidad para hacer las cosas por sí misma. Ella no es una completa inepta."
"No hago todo por ella," se quejó Lauren a la defensiva.
"Creo que lo haces tan reflexivamente ahora que ni siquiera te das cuenta de que lo haces," le dijo su madre. "Eres su novia Lauren," continuó. "No eres su cuidadora."
"¿Te ha dicho ella algo?" preguntó Lauren, sabiendo que Camila había visto a su madre cuando fue a recoger ayer a Jasper y los otros fines de semana que había vuelto a casa de rehabilitación.
"No directamente," contestó Clara. "Sinu puede haberme dicho algo cuando fuimos a tomar café el miércoles."
"¿Qué dijo?" preguntó Lauren.
"Solo que Camila le había pedido a ella y a Alejandro que la dejaran hacer más por sí misma cuando volviera a casa en vez de automáticamente saltar para ayudarla." Contestó Clara sinceramente. "Les dijo que su terapeuta recomendó que necesitaba que sintiera que tenía algo de independencia, que es crucial para ella volver a la costumbre de cuidar de sí misma, incluso aunque sea difícil y tenga problemas de vez en cuando."
"Pero ¿ella no dijo nada de mí?" preguntó Lauren con interés.
"No," reconoció Clara. "No lo hizo, pero, creo que deberías intentar respetar eso si puedes."
"Camz aún no me ha mencionada nada a mi sobre eso," señaló Lauren. "¿Crees que tiene miedo de hacerlo?"
"A lo mejor aún no ha encontrado el momento adecuado," ofreció Clara. "Creo que probablemente lo acabará diciendo. Probablemente solo quiera un par de días para acomodarse de nuevo en casa antes de sacar el tema."
"Vale, bueno, supongo que puedo hacer eso," dijo Lauren con nostalgia. "Quiero decir, haría cualquier cosa por ayudarla."
"Sé que lo harías," observó Clara. "Por eso quería tocar el tema contigo."
Clara se levantó de donde estaba sentada y recogió su recipiente y la taza antes de ir hacia el fregadero y depositarlos dentro.
"¿A qué hora se va a acercar hoy?" preguntó Clara, girándose para mirar a Lauren quien había estado mirando a su madre desde donde estaba sentada.
"En cualquier minuto ahora," contestó Lauren, echando un rápido vistazo al reloj. "Dijo que tenía un montón de sorpresas planeadas antes del concierto de esta noche." Compartió con ella. "No sé si debería preocuparme de eso o no. Nunca sabes lo que puede tener Camz debajo de la manga. Podría ser cualquier cosa."
"Estoy segura de que sea lo que sea pasarás un rato agradable," respondió Clara sonriendo.
"¿Dónde están todos los demás?" preguntó Lauren, sus orejas registrando un silencio relativo en la casa.
"Tu padre ha llevado a Chris a fútbol," le dijo a Lauren. "Taylor ha decidido que quería ir también." continuó, riéndose un poco para sí misma. "Es la tercera semana seguida que ha ido." Compartió Clara. "Estoy empezando a pensar que le gusta alguien del equipo de Chris."
"¿De verdad?" le preguntó Lauren con su boca abriéndose mientras sonreía. "Aún sigo pensando que es solo una niña," admitió. "Nunca pensé que ya tendría crushes."
"Aún sois todos niños," le recordó Clara señaladamente, "y no importa lo mayores que os hagáis, siempre seréis nuestros niños. Nada cambiará eso."
Lauren se levantó y cogió su vaso, caminando hacia el fregadero y dejándolo dentro con cuidado antes de besar a su madre en la mejilla.
"Espero que no," dijo Lauren, girándose para salir de la cocina hacia el pasillo para coger su mochila y prepararse para su día con Camila.
"Te he arreglado tu camisa," dijo Clara significativamente y Lauren se paró en seco en su camino, su espalda hacia su madre, su respiración atrapada en la garganta mientras el pánico la invadía. Recordó haber dejado la prenda en la parte de debajo de su armario anoche antes de salir pero no recordaba haberla vuelto a ver allí.
"Umm, gracias." dijo, girándose e intentando parecer lo más inocente posible.
"Está en la habitación de la lavadora con el resto de tu ropa," le dijo Clara.
"Las llevaré arriba y la guardaré," ofreció Lauren, dándose la vuelta e intento escapar de la habitación tan rápido como fuera posible, sin querer parecer sospechosa pero casi positiva de que había fallado en su intento de aparentar indiferencia.
"En el futuro preferiría que pudieras desabrocharte la ropa en vez confiárselo a Camila," le dijo Clara a Lauren una vez que su hija prácticamente había alcanzado la puerta estando casi en el pasillo. "Me ahorrará en el futuro los problemas de tener que volver a coser todos tus botones a tus cosas."
Lauren no estaba exactamente segura de cómo se sentía un ataque al corazón pero si alguien le hubiera preguntado en ese exacto momento, habría jurado que precisamente lo estaba experimentando. Sintió que el color de su cara la abandonaba y su pecho se encogía tan fuertemente que había tenido problemas para inhalar la cantidad suficiente de oxígeno para sus pulmones, su visión borrosa y su cabeza dando vueltas con una notable falta del gas en su sistema.
"¿Qué?" consiguió decir en bajo, girándose para mirar a su madre.
Tragó saliva con dificultad, intentando humedecer su ahora extremadamente boca seca pero encontrando difícil producir ni la más mínima cantidad de saliva para estar cerca del éxito.
"¿Qué has dicho?" consiguió preguntar de nuevo, su voz rompiéndose un poco mientras hablaba.
"Creo que me has escuchado," dijo Clara simplemente, sus ojos nunca dejando los de su hija.
"Yo no..." empezó Lauren pero Clara movió la cabeza decepcionada con el intento de mentira.
"Por favor no hagas como si fuera una completa idiota," la interrumpió Clara antes de que pudiera empezar a construir su historia. "Contrariamente a la creencia popular aún tengo algunos talentos."
"Escucha..." dijo Lauren, volviendo a entrar en la cocina.
"No," intercedió Clara de nuevo dando un paso hacia adelante lejos del mueble contra el que había estado apoyada. "Quiero que me escuches durante un minuto," estableció su madre mientras se paraba un momento para ver si Lauren iba a decir algo más. Cuando no lo hizo, Clara continuó. "No aprecio que me mintieras ayer cuando vine a casa y te encontré aquí a solas con Camila," compartió Clara con ella, "No nací ayer y por mucho que respete lo fácilmente que conseguiste inventarte una explicación plausible a porqué se encontraba Jasper en casa, sinceramente me preocupa que puedas ser capaz de mentirme tan fácilmente."
"Lo siento," se disculpó Lauren, pero Clara levantó su mano para parar a su hija de que siguiera más.
"No me gusta la idea de que hayas estado a escondidas faltando al respeto a las reglas de esta casa," siguió Clara, su voz traicionando su evidente decepción. "El hecho de que estés en una relación con una chica no te exime de seguirlas. Eres la mayor aquí y deberías intentar servir de ejemplo para tu hermano y tu hermana."
"Yo..." intentó Lauren defenderse pero Clara levantó su mano de nuevo y supo que era mejor seguir.
"Bajo circunstancias normales te castigaría en casa," le dijo Clara, "pero..." continuó, su voz levantándose para cortar el intento de Lauren de interrumpirla. "No voy a hacer eso. Al menos, no te voy a encerrar hoy."
Clara se acercó al mueble del medio de la cocina.
"Pero estarás castigada en casa," le informó Clara seriamente, "y respetarás las normas de esta casa de ahora en adelante. ¿Está claro?"
"Sí," contestó Lauren silenciosamente.
"Esto se va a quedar entre tú y yo," siguió Clara. "Tu padre no se va a enterar de ello ¿vale?" preguntó y Lauren asintió con la cabeza. "Confía en mí cuando digo que te estás librando ligeramente." compartió. "Si tu padre llega a casa y se encuentra lo que yo me encontré, tú y Camila probablemente tendríais prohibido veros pero, no por lo que habéis hecho," remarcó. "Si siente algo como lo que yo siento no le molestaría mucho que tú y Camila hubierais tomado el siguiente paso en vuestra relación, después de todo, ambos sabemos exactamente cómo es ser un adolescente enamorado Lauren. Entendemos cómo se siente preocuparse por alguien de la forma en la que tú lo haces por Camila. Es natural para vosotras querer estar juntas y creo que bajo algunas inusuales circunstancias con las que habéis tenido que tratar, vuestra relación se ha desarrollado mucho más rápido de lo que a lo mejor lo podría haber hecho de otra manera."
Se pausó por un momento para estudiar la cara de su hija antes de continuar, los rasgos de Lauren mostrando vergüenza obvia.
"No es por eso por lo que estoy enfadada," continuó. "Lo que me molesta más es que siento como que no puedo confiar más en ti Lauren," continuó regañando a su hija. "Descaradamente me has mentido y eso hace que me cuestione todo lo que dices. Estamos tan orgullosos de la persona que eres, lo honesta que has sido contigo misma y con nosotros sobre tu sexualidad," señaló. "Sólo lucho por entender que eres capaz de mentirnos como si no pensaras dos veces en lo irrespetuoso que es eso," le dijo Clara.
Lauren no dijo nada durante unos minutos cuando Clara terminó, en vez de eso simplemente miró a su madre insegura de qué hacer para rectificar sus errores.
"Lo siento," dijo Lauren después de un rato, el silencio habiéndose asentado, Clara negándose a romperlo esperando la respuesta de su hija. "Lo estoy," declaró sinceramente. "No tengo una excusa para mi comportamiento..."
"Estás enamorada," suspiró Clara, apoyando sus codos contra el mueble de la cocina y su barbilla en sus manos.
"Lo siento," repitió Lauren, la palabra aparentemente habiendo perdido todo su significado cuando más la usaba. "No volverá a pasar..."
"Ves, ese es el problema Lauren," intercedió Clara. "No sé si creerte o no cuando dices eso."
"Es la verdad, lo prometo." Dijo Lauren dando un paso hacia su madre. "Odiaba mentirte, lo hice."
"¿De qué estás más arrepentida?" preguntó con interés. "¿De no respetar nuestras normas o de haberte atrapado en tu mentira?"
Lauren no contestó al instante, sus pensamientos corriendo vacilantes en su cabeza mientras intentaba formular una respuesta aceptable. La realidad era que no se arrepentía de haber estado con Camila físicamente. La amaba y no se sentía mal cuando estaban juntas, no se sentía como si estuvieran rompiendo ninguna regla, era algo natural y fácil. Se sentía bien a pesar del conocimiento de que eran jóvenes y que sus padres no aprobarían que tomaran el siguiente paso en su relación. Sin embargo, Lauren no se arrepintió de que su madre la hubiera pillado en su mentira perdiendo toda su confianza. Nunca había querido que sus padres sospecharan de ella o que dudaran de ella. El hecho de que su madre ahora lo hiciera la devastaba.
"No me arrepiento de haber estado con Camila," Lauren finalmente respondiendo, sus ojos encontrándose con los de su madre de nuevo, "pero me arrepiento de haberte mentido sobre ello cuando te enteraste."
"Al menos eso es sincero," reconoció Clara, una sonrisa triste apareciendo en sus labios.
"¿Por qué no dijiste nada ayer?" preguntó Lauren. "Podrías haber hablado conmigo y con Camila juntas."
"Camila no es mi hija," le informó Clara. "No tengo derecho de asumir cómo sus padres sacarían sus pensamientos con el tema," explicó. "Además, a pesar del doble estándar que puede parecer, las circunstancias de Camila significan que a veces no es responsable de sus acciones cuando tú si lo eres. Sea bueno o no, no sé, pero la realidad es que ella no posee la misma inhibición que tú y que todos los demás. Es por lo que sus padres la mandaron a rehabilitación en primer lugar. Esa desinhibición significa que no considera o piensa en las consecuencias de sus acciones y sus impulsos. Su cuerpo simplemente reacciona antes que su cerebro siquiera haya tenido tiempo de procesar lo que ha hecho. A veces es incapaz de suprimir lo que está sintiendo porque ella físicamente no puede Lauren."
Clara le dio a Lauren una mirada significativa.
"Es por lo que la expulsaron la última vez," le recordó Clara, "y por injusto que pueda parecer es por lo que necesitar tomar más responsabilidad en esta relación. Tienes que ser lo suficientemente responsable por ambas."
"Acabas de decir que Camila es una chica mayor y que puede cuidar de sí misma," dijo Lauren sintiéndose un poco confusa. "Ahora estás diciendo que necesito asumir responsabilidad porque ella no puede."
"Camila es físicamente lo suficientemente capaz de cuidar de sí misma," aclaró Clara, "y me imagino que ha mejorado mucho en reconocer su comportamiento y controlar sus sentimientos pero como su terapia física después del accidente la ayudó, solo será capaz de manejar sus emociones en condiciones con práctica y necesitar ayudarla con eso porque no es tan fácil de rehabilitar."
"¿Qué quieres decir?" preguntó Lauren. "¿Por qué no?"
"Las emociones no son un estado estable de la mente Lauren," explicó Clara. "Son tan fáciles o simples como para desencadenar en alguien o practicarlas en respuesta a algo. No es lo mismo que repetir la misma tarea una y otra vez, como, no sé, como extender la mano para coger una taza o algo. Fluctúan dependiendo de la situación y Camila solo será capaz de tratar con ellos y reaccionar a ellos mientras surjan. Sinu dijo que le habían dado estrategias para ayudarla con esto pero necesita usarlas, está en sus manos ser capaz de reconocer cuando lo hace y ahí es donde tú puedes ayudarla."
Lauren consideró las palabras de su madre y pensó que probablemente era verdad. Recordó como Camila había querido volver arriba después de que su madre hubiera vuelto a casa ayer, cómo había intentado iniciar sexo de nuevo a pesar del hecho de que casi las habían pillado tan solo unos minutos antes y teniendo que estar en algún otro lado. Había sido Lauren quien tuvo que parar la situación de que progresara más de lo que lo había hecho, ser la voz de la razón, pero a pesar de lo articulado de Camila y de la más que lógica respuesta a sus preocupaciones, había escuchado y nada más pasó entre ellas.
"Entonces, ¿se lo vas a decir a su madre?" preguntó Lauren y Clara movió su cabeza.
"Por lo que a mí me concierne esto no va más lejos de nosotras dos," contestó Clara, "pero eso depende de ti. Si te vuelvo a pillarte mintiéndome otra vez o vengo a casa con el mismo escenario que ayer no tendré elección más que decírselo a tu padre y a los padres de Camila. ¿Está entendido?"
"Sí," contestó Lauren agradecida con la respuesta de su madre. "Gracias."
"Ahora, en cuanto a tu castigo," dijo. "Estás castigada en casa durante un mes empezando mañana."
"¿Un mes?" se quejó Lauren.
"¿Quieres que sean dos?" le preguntó su madre.
"Un mes," aceptó Lauren.
"No tienes permiso de salir a excepción de la escuela y softball," dijo. "Sin internet ni teléfono ni salir."
"Vale," dijo Lauren con desánimo.
"Camila puede venir cuando estemos en casa," dijo Clara y la cara de Lauren se volvió una amplia sonrisa con la compasión de su madre, "pero solo cuando nosotros estemos aquí y tenéis prohibido subir a la habitación juntas durante el castigo. Si queréis ver la televisión tendréis que hacerlo en el salón o en el estudio."
"¿De verdad?" preguntó Lauren. "¿Camila puede venir?"
"Creo que el hecho de que hayáis estado separadas durante las últimas diez semanas es probablemente suficiente castigo." Contestó Clara sinceramente. "Después de todo no soy una completa tirana."
"Gracias," respondió Lauren alegremente, dando la vuelta alrededor del mueble para abrazar a su madre con gratitud mientras el timbre de la puerta sonó.
"Voy a hablar con tu padre para decirle que estoy preocupada de que estéis solas juntas arriba," le informó Clara. "Si pregunta le diré que he hablado contigo sobre ello y que la regla es que tu habitación está fuera de los límites por el momento."
"Vale," dijo de acuerdo Lauren al instante.
"Depende de ti si eliges contárselo a Camila todo o algo de lo que acabamos de hablar," le dijo Clara a su hija. "Por mí, no se lo mencionaré y no necesitamos hablar de ello de nuevo ¿vale?"
"Gracias," reconoció Lauren de nuevo. "Eres la mejor."
"Deberías probablemente ir a la puerta." Respondió Clara, una sonrisa en sus labios con las palabras de su hija.
Lauren fue hacia el pasillo y abrió la puerta principal, una amplia sonrisa en su cara mientras estaba cara a cara con Camila quien tenía en la mano un ramo de flores.
"Hola," saludó la pequeña morena calurosamente, extendiendo su brazo y ofreciéndole las flores a Lauren. "Te he comprado unas flores."
"Puedo verlo," señaló Lauren cogiendo el ramo y oliendo los pétalos multicolores. "Gracias," dijo, "son preciosas."
Dio un paso hacia dentro para que Camila entrara y cerró la puerta detrás de ella durante un momento, volviendo a la cocina para ponerlas en algo de agua.
"Buenos días Señora Jauregui," saludó Camila moviendo su mano a la madre de Lauren quien estaba ocupada fregando mientras Lauren encontraba un jarrón en el armario para meter dentro las flores.
"Buenos días Camila," le devolvió Clara sonriendo ampliamente a la novia de su hija con una expresión divertida en la cara. "¿Pensé que te había dicho que me llamaras Clara?" preguntó.
"¿Lo hiciste?" preguntó Camila y Clara asintió con la cabeza. "Supongo que lo olvidé. Lo siento." Se disculpó.
"Está bien," contestó Clara extendiendo la mano para coger un trapo para secarse las manos mientras Lauren caminaba hacia el fregadero para llenar el jarrón con agua.
"Mira lo que ha comprado para mí Camila," dijo Lauren, enseñando las tulipas a su madre mientras terminaba de echar un poco de sustancia poniéndolas a salvo en el mueble de la cocina.
"Son muy bonitas," recalcó Clara. "Ojalá tu padre me comprara alguna." Le dijo a Lauren. "No me acuerdo de la última vez que lo hizo."
"Son tulipas," dijo Camila, dando un paso hacia adelante señalando las flores.
"Puedo verlo," respondió Clara divertida. "Son algunas de mis favoritas."
"Le pedí al chico de la tienda que significaban todas las flores," explicó Camila. "Ya sabes, si das unas para ocasiones específicas y me dijo que cuando das tulipas a alguien significa "amor"."
"Había escuchado que las rosas también significan eso," le informó Clara ligeramente.
"Lo son," dijo Camila emocionadamente, "pero, los diferentes colores de las tulipas representan cosas diferentes," continuó. "Así que las rojas significan amor," les dijo a ambas Camila. "La amarilla significa que hay sol en tu sonrisa y pensamientos alegres, estas multicolores de aquí," dijo Camila señalando a una flor rosa y amarilla de la parte delantera del ramo. "Significan que tienes unos ojos bonitos." Dijo sonriendo a Lauren ampliamente.
Camila se pausó durante un momento y se mordió el labio inferior mientras intentaba recordar el resto de los significados.
"Umm, esta," continuó señalando un tulipán rosa del jarrón. "Significa afecto y cuidado." compartió, "y la de color crema de aquí significa que te amaré siempre."
"Bueno si puedes pasar todas esa información al padre de Lauren estaría agradecida," bromeó Clara, conmovida por el esfuerzo obvio que Camila había hecho para conseguirle las flores que representaban cómo se sentía por Lauren.
"Sabes que te he comprado las multicolores porque realmente tienes unos ojos muy bonitos," le dijo Camila a Lauren, como si el significado no hubiera sido obvio, "y tienes una sonrisa muy bonita," continuó explicando, perdida una vez más en sus propias divagaciones. "Ilumina toda tu cara."
"Camz," dijo Lauren pero Camila estaba señalando los tulipanes rosas de nuevo habiendo seguido con sus pensamientos.
"Te he comprado estas por lo mucho que te preocupas por mí y por lo que yo me preocupo por ti," dijo, "y bueno, creo que las rojas se explican por sí mismas." Musitó. "En realidad te iba a comprar solo de un color pero después pensé que todas eran relevantes así que terminé comprándose un ramo entero de diferentes colores..."
"Camz," interrumpió Lauren más a la fuerza después, una expresión entretenida en su cara.
"Sí," dijo Camila, inhalando profundamente después de haber hablado rápido.
"He pillado el mensaje," dijo. "Eres una romántica adorable."
"Quiero decir, no son mucho," respondió Camila, contradiciendo todo lo que acababa de decir. "Solo... pensé que eran bonitas y tú eres preciosa," divagó una vez más, "así que las compré para ti porque quiero que hoy sea perfecto y especial, ya sabes, sin ningún drama ni nada..."
Lauren le dio a su madre una mirada significativa y decidió no decir nada a Camila de la conversación que había tenido con la mujer mayor, al menos hasta mañana, cuando tendría que compartir el hecho de que está castigada en casa y los nuevos términos puestos sobre su tiempo juntas.
"Eso es realmente dulce," dijo Clara con nostalgia poniendo una mano en el hombro de Camila. "¿Qué es ser joven y estar enamorado?" señaló calurosamente.
"Sí, pero aún estás enamorada ¿no?" preguntó a Clara y ella sonrió en respuesta.
"Sí," dijo de acuerdo Clara, "pero es diferente cuando eres mayor. A veces pierdes todos los pequeños gestos en la responsabilidad de ser un adulto."
"¿Por qué?" preguntó Camila, genuinamente interesada.
"No lo sé," contestó sinceramente Clara, "a lo mejor porque se nos olvida y no apreciamos las cosas pequeñas como solíamos hacerlo. Supongo que nos volvemos demasiado complacientes."
"Pero ¿qué pasa si sucede algo?" preguntó Camila. "Preferirías haber dicho o mostrado a alguien que les quieres en vez de dejarles inseguros cuestionándolo ¿no?"
Clara sonrió ante el apunte de Camila, entendiendo que lo que aparecía en el exterior como ingenuidad en realidad era una sabiduría que provenía de su apreciación de lo corta que la vida podía ser.
"Eso creo," contestó Clara. "Definitivamente preferiría que lo supieran."
"Yo también," dijo de acuerdo alegremente Camila, su sonrisa ampliándose una vez más.
"Que tengáis buen día vosotras dos," dijo Clara, caminando hacia Lauren y besándola en la mejilla. "Disfrutad de vosotras mismas," instruyó, mirando a Lauren significativamente, su hija asintiendo con la cabeza en comprensión a las palabras de su madre.
"LO haremos," contestó Camila, diciéndole adiós a Clara mientras salía de la habitación yendo escaleras arriba.
"Hola," dijo Lauren cuando su madre se había ido y Camila se rió con una mirada confusa en la cara.
"Hola," le devolvió mientras Lauren se paraba delante de ella besándola con afecto en los labios en una apropiada bienvenida.
"Gracias por las flores," dijo de nuevo.
"De nada," contestó Camila. "¿Estás lista para irnos?" preguntó.
"Deja que coja las llaves de mi coche que las tengo arriba," le dijo Lauren.
"No, no lo hagas," la paró Camila, cogiéndola por la muñeca y sosteniéndola firmemente en el lugar mientras se giraba para ir a su habitación. "No las necesitas."
"Camila, tú no puedes conducir," le recordó Lauren. "Tienes epilepsia, ¿recuerdas?"
"No, eso lo sé," dijo Camila, un destello de secreto en su mirada, "pero, tu no vas a conducir."
"No lo haré," preguntó Lauren riéndose ante las evasivas de su novia.
"No, he conseguido un chofer para todo el día," explicó. "Ally va a llevarnos en su coche. ¿Está eso bien?"
"¿Ally va a conducir para nosotras todo el día?" cuestionó Lauren.
"Sí, incluso nos dejará en el concierto y nos recogerá también." Dijo Camila.
"¿Por qué?" preguntó entretenida Lauren.
"Se lo pedí," contestó Camila, cogiendo la mano de Lauren llevándola hacia la puerta.
"¿Cuándo le pediste que hiciera esto?" continuó con su inquisición.
Lauren cogió su bolso y su chaqueta mientras Camila abría la puerta y la sostenía para que saliera.
"Hace dos semanas," dijo Camila. "Ahora suficiente con las veinte preguntas y vamos." pidió, haciendo un gesto a través de la puerta hacia el camino de fuera.
Lauren sintió que su sonrisa crecía exponencialmente ante la vista de Ally, de pie al final del camino sosteniendo la puerta de atrás de su coche abierta para ellas, un sombrero de chófer puesto con seguridad en su cabeza.
"Buenos días," saludó Ally a Lauren vibrantemente cuando la alcanzó. "Toma un sitio," le instruyó y Lauren movió su cabeza incrédula antes de sentarse en la parte de atrás del coche, Camila siguiéndola un poco después.
Ally cerró la puerta detrás de ellas y se sentó en el asiento del conductor, rápidamente poniendo el coche de camino en la carretera.
"Entonces, ¿a dónde vamos?" preguntó Lauren, sosteniendo la mano de Camila jugando con sus dedos como de costumbre.
"Es sorpresa," le dijo Camila y Lauren, barrida por el misterio de todo, no preguntó ninguna cosa más.
"Hey, conozco esta canción," señaló Lauren, escuchando la música que Ally estaba poniendo en la radio. "¿Es eso Latch?"
"Sí," confirmó Camila alegremente. "¿Lo recuerdas?" preguntó.
"Claro que lo hago," le dijo Lauren.
"Es un CD mezclado que hice con todas las canciones que me recuerdan a ti," le explicó Camila mientras la canción terminaba y cambiaba a "Kiss Me" de Ed Sheeran.
"No entiendo qué he hecho para merecer todo esto hoy," expresó Lauren un poco confundida. "¿me he perdido alguna especie de aniversario o algo?" preguntó tentadoramente.
"No," dijo Camila, dándole un pequeño empujón. "Sólo quería hacer algo bonito para ti eso es todo. Llámalo un regalo tardío de San Valentín si quieres."
"Ya me diste un regalo de San Valentín," le recordó Lauren.
"Sí, pero tú me compraste un cachorro y yo te toqué una canción con mi guitarra." Estableció. "De alguna forma no creo que equivalgan a la misma cosa."
"¿Por qué eres tan idiota?" le preguntó Lauren.
"No sé creo que es genético," bromeó Camila y Lauren se inclinó para besarla suavemente sobre los labios mientras Ally paraba el coche en el mismo sitio aislado de la playa donde habían pasado tiempo juntas en Año Nuevo.
"Por alguna razón creo que sabía que me ibas a traer aquí," se rió Lauren cuando se dio cuenta de su destino pero se paró cuando vio la manta puesta en la arena, una gran cesta de picnic al lado de ella y Normani de pie al lado con una enorme sonrisa plasmada en su cara con la reacción de Lauren. "¿Has montado un picnic?" preguntó Lauren.
"Una chica tiene que comer," sonrió Camila mientras Ally salía y abría la puerta para las dos.
Camila salió primero y extendió su mano para Lauren quien de buena gana la cogió y permitió a su novia que la ayudara a salir del coche.
"Gracias Ally," dijo Camila mientras empezaba a dirigir a Lauren hacia la manta.
"Sin problema," dijo Ally volviendo a subir al coche sentándose dentro para esperar con paciencia su próximo deber.
"Hola chicas," saludó Normani mientras Lauren y Camila se acercaban a ella, la última chica diciéndole hola con la mano como saludo.
"Hola," devolvió. "Gracias por esto." dijo.
"Claro," respondió Normani, dándole a Camila algo que Lauren no vio. "Divertíos," dijo, levantando una ceja en dirección de Lauren, una sonrisa evidente en sus rasgos mientras iba hacia el coche de Ally uniéndose a ella dentro.
"Primero flores," señaló Lauren aprobadoramente mientras Camila la guiaba hasta la manta, "después un picnic en la playa..." dijo bajando la voz. "¿Podría ser mejor este día?" preguntó riéndose.
"Sí," contestó Camila a sabiendas, "Especialmente si te gusta la Nutella," comentó, inclinándose delante de la cesta del picnic abriéndola para sacar un pequeño bote que le había comprado. "Aquí," dijo, sentándose y ofreciéndole a Lauren una pequeña cuchara quedándose una para sí misma.
Abrió el frasco y lo sostuvo para que Lauren cogiera una cucharada, su novia haciéndolo felizmente metiéndosela en la boca mientras estaban sentadas mirando en dirección al agua, viendo los barcos que flotaban en la distancia.
"Este es probablemente el mejor picnic en el que he estado," le dijo Lauren, dejando la cuchara y metiendo su dedo ínice en la Nutella para coger algo más.
"En realidad hay más comida aquí para un poco más tarde," le dijo Camila.
"Quieres decir que no es solo esto," preguntó Lauren, tomando otra cucharada del chocolate y sosteniendo su dedo índice durante un momento antes de chupar la Nutella de ahí quitándola.
"No," contestó Camila.
Se pausó por un momento, una expresión pensativa en su cara.
"¿Estás bien?" preguntó Lauren, dándose cuenta del repentino silencio de Camila.
"Sí," contestó Camila. "Es solo que. Tenemos que hablar."
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Trials and Tribulations
FanfictionEsta historia no me pertenece, todos los derechos a la autora original