Katrina:
- Mamá salgo para el trabajo, porfavor ten cuidado- digo mientras salgo de mi casa hacia mi trabajo.
Lo cierto es que mamá esta mal y por esa razón mi hermano y yo trabajamos mucho por ella. Necesitamos dinero para poder pagar la operación que necesita. Mi madre es una mujer fuerte que cuando perdió a mi papá se puso a trabajar para darnos lo mejor pero como la vida no siempre es color de rosa mi madre enfermo y ahora tenemos que ocuparnos de ella.
Mi cabeza esta ocupada de pensamientos y sin darme cuenta choco con un niño que va en su bicicleta.
- Lo siento señorita- se disculpa el chiquillo.
- No pasa nada pequeño, es mi culpa, no prestaba atención- digo levantándome del suelo.
El niño me mira y de su bolsillo saca una pequeña paleta de caramelo y me lo da.
- Espero que en lo que este pensando se solucione- dice y se va con su bicicleta.
-¡ Oye gracias por la paleta! - grito al niño.
Que pequeño más extraño, darme una paleta, bueno a mi me encantan los dulces, así que gracias pequeño.
Llego a mi trabajo y veo a mi jefa en la puerta enseñándome los diez dedos eso quiere decir que...
- Llegas diez minutos tarde Katrina, es la cuarta vez de la semana, este trabajo solo es para las personas que son responsables y si no lo eres entonces renuncia porque hay muchas otras personas que si necesitan el trabajo- dice y se va, dejándome parada.
Mi jefa es una mujer amargada de su vida y eso lo entendería pero decirme a mi que no soy responsable eso si que no. Trabajo como mula en esta cafetería ya que trabajo once horas sin descanso ni para almorzar tengo tiempo y con lo poco que pagan, después estudio turno noche, nunca he sido irresponsable pero a la bruja de mi jefa no le importa eso y a pesar de que le dije que mi mamá esta mal.
No digo nada y me pongo mi traje de camarera, en esta cafetería no tengo amigas ni amigos, y es que no los necesito.
Mientras no hay clientes y mi jefa no esta saco mi cuaderno y empiezo a dibujar un diseño de un vestido, mi carrera es diseño de modas.
Después de quince minutos entran un par de chicas que piden dos cafés con leche condensada, esa orden es para mi ya que no hay nadie mejor que yo para hacer ese pedido, además de que me gusta hacer imágenes con la leche en el café.
Ellas agradecen y al probarlo me felicitan y dicen que es el mejor que han probado. Me gusta cuando con unas palabras me suben el animo de seguir.
Al medio día veo que mi jefa no esta así que cojo algunas tostadas y me preparo un café con leche y me lo tomo rápido.
Despues del almuerzo, la cafeteria se llenó de estudiantes y profesores que hacían sus pedidos y yo se los llevaba. Si se preguntan si hay mas empleadas la respuesta es sí, hay dos chicas que llegan a las tres de la tarde y dos chicos que trabaja desde la mañana pero en vez de trabajar miran el fútbol y se me hace extraño que mi jefa no se moleste por eso.
Las estudiantes hablan de chicos guapos y por un momento pienso que seria si pudiera pensar en chicos como ellas pero al instante borro eso de mi mente, lo principal es la recuperación de mi madre y mi estudio.
Cuando cae la noche y son casi las siete de la noche la campana de la puerta avisa otro cliente. Me levanto de mi haciento y me acerco a su mesa para tomar nota a su pedido.
- Buenas noches, bienvenido a la cafetería Chocolate, cual es su pedido? - digo sin verlo.
El hombre no me dice nada asi que levanto la vista hasta él y mis ojos miran a un hermoso hombre con la cabellera rubia larga, unos hombros formidos y uno ojos hermosos, él es hermoso, espera pero que estoy diciendo.... El hombre me observa para luego decir con una voz intimidante.
ESTÁS LEYENDO
Tú, mi señor y dueño
Romance¿Qué pasaría si te vendieran a un hombre millonario pero despiadado? Vitaly es un hombre deseado. Es egocéntrico, de corazón frío y muy celoso con lo que es suyo. Pero será acaso esa una fachada. Katrina es una chica humana con una familia pobre y...