El contrato

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Vitaly:

Loco, asi me tenía esa hermosa niña. Pensar que ya es mía, alegraba una parte de mi.

Luciano, así se llama el hermano de mi niña, ese que la vendió al saber que yo era un hombre millonario, la vendió por un buen puesto en mi empresa y una nueva casa para él y su madre.

Hoy en la noche iría a verla y darle la noticia. Sé que es un muy apresurado pero ya quiero tenerla, además quien va a impedirmelo. Ahora ella es mía, me pertenece, ella es de mi propiedad.

Recuerdo bien cuando la conocí, ella estaba de paseo con su salón de escuela, esa vez se hospedaron en uno de mis hoteles y ahí es donde la ví. Ella estaba en la piscina con un pequeño trozo de tela que tapaba muy poco de su preciosa piel. Ese día ella me vío y solo me dio uma pequeña sonrisa al verme. Desde ese día no puedo olvidarla, he tratado de hacerlo pero no puedo, he tenido muchas amantes entre ellas modelos, pero ninguna de ellas me hizo olvidarla.

Desde esa vez he averiguado todo de ella, que color le gusta, que ama comer, que odia, que ciudad le gusta, etc. Ella es mi todo, ella es mi vida, se a convertido en mi universo entero y no es ninguna obsesión o tal vez si lo es, aun no estoy seguro de eso.

Ya son casi las diez de la noche y me preparo para ir a la casa de mi pequeña.

- Vitaly, es hora- dice mi hermano entrando por la puerta de mi despacho.

- Sí, lo es. Lleva a los hombres solo encaso de que haya algún problema- le sugiero y salgo con él de mi casa.

Me subo a mi deportivo y conduzco por un buen tiempo hacia la ciudad.

Cuando estaciono mi auto, me acerco a la pequeña casa que es más vieja que mis ancestros. Toco la puerta y abre una señora joven pero por la cara se puede ver que esta muy mal.

- Buenas noche ¿Puedo ayudarlo en algo? - pregunta la mujer de manera amable.

- Buenas noches señora, quiero ver asu hijo- le respondo y le doy una sonrisa.

- Ah!  Ya entiendo, es un amigo de mi hijo, por favor pase que ahora lo llamo- dice y me deja entrar, mi hermano entra detrás mio.

La sala se ve muy ordenada, todo en su lugar, tomo asiento y miro la hora, falta unos cuarenta y cinco minutos para que ella llegue.

- Buenas noches señor Romano, supongo que vino a lo que acordamos.

- Buenas noches, supone bien - digo dándole la mano a Luciano.

Lo observo y él aparta la vista de mi, me tiene miedo y es algo que me gusta.

- Señor...mi hermana aún no llega de estudiar- me informa  algo que ya sé.

- Eso ya lo sé- respondí cortante.

La madre de Katrina se acerco con el ceño fruncido.

- ¿Qué  pasa? ¿Katrina esta bien?

Su hijo se levanta y trata de calmarla.

- Mamá ella está bien, pero tengo que hablar de algo muy importante contigo, porfavor toma haciento.

La señora se sienta y mira a su hijo y luego a mi.

- Mamá, este respetado hombre es Vitaly Romano y él  es mi jefe y él... - me cansa que hable demasiado así que lo corto y hablo yo.

- Señora quiero a su hija- digo sin más.

- No entiendo, Katrina nunca me hablo de que estuviera viéndose con alguien.

- Así es señora, ella no me conoce e incluso ella no sabe de mi existencia.

La señora me mira y luego mira a su hijo con el semblante serio.

- ¿De que esta hablando este hombre?¿Que esta sucediendo? - replica ella.

- Madre, Vitaly es un hombre rico y él me asuguro que nos dará una buena cantidad de dinero, me dará un buen puesto en su empresa e incluso una hermosa casa. Solo que él quiere a Katrina...

Él no puede terminar porque su madre empieza a llorar.

- Mamá no llores, Vitaly cuidará muy bien de Katrina- dice pero la señora le da una bofetada que suena por toda la sala.

- Nosotros no conocemos a este hombre y tú no puedes saber que es lo que quiere él  con ella. Ella nunca será  de él, no permitiré que lo sea.

No me gusta como suena eso, ella no puede hacer nada para alejarme de Katrina.

- En eso se equivoca señora, Katrina ya es mía, ella ya me pertenece, su hijo- indico con un dedo- ya ha aceptado el dinero por su hija, el trato esta hecho y no hay nada que usted pueda hacer.

La señora mira a su hijo y empieza a llorar, me levanto para acercarme a la ventana y observo con mi pequeña niña empieza  a correr por la calle hacia la casa, ella va a entrar...

La puerta se abre y miro como Katrina corre hacia su madre y le hace preguntas pero la señora no le responde nada solo llora. Katrina mira a su hermano y le pregunta que es lo que pasa pero cuando este habla yo respondo.

- Porque ahora me perteneces lindura...




Tú, mi señor y dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora