La otra cara de...

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Marra Katrina :

Cuando me desperté tenia una gran dolor en mis partes intimas.

Al lado mío estaba Vitaly, después de que casi toda la noche estuvimos como fieras en celo, era de ser normal que me duela.

Me levanté con mucho cuidado, me dirigí al baño y observe mi vestido roto.

Ahora si que no tenia ropa en este lugar, tomé una ducha rápida y cuando salí Vitaly ya no estaba en la cama. No se en donde puede estar.

Camino hacia el closet de Vitaly, observo mucha ropa, un cajón lleno de zapatos y muchas cosas más.

Busco los pantalones de deporte más pequeños y una polera negra. Me los pongo y al observarme en el espejo me veo como un chiste.

Sin importar mi apariencia me hago una colita de caballo al cabello y tomo mis cosas para ir a mi trabajo.

Cuando volví al dormitorio Vitaly estaba de vuelta y al verme sonrió mostrando sus hermosos dientes blancos.

- Buenos días mi amor- dijo abrazandome con mimo.

- Buenos días - lo abrazo y beso sus labio, mientras el con suma delicadeza aprieta mis caderas.

-¿Como te sientes? - pregunto observando me con esos ojos azules hermosos.

- Adolorida, fuiste tosco, pero no me importa, me gustó mucho.

Sonrió y negó con la cabeza, observe su cabello y como me sucedió en primer día pasé los dedos por su fina cabellera.

Esto era horrible, yo cuidaba y trataba de mantener sedoso y suave mi cabello pero aun asi mi cabello se comportaba rebelde Pero el cabello de Vitaly era súper suave y sedoso. Le tuve envidia.

Achine los ojos y Sonreí. Se me paso por la mente cortarle el cabello pero solo fue una idea estúpida ya que si su cabello era cortado yo moriría de pena, amaba cada rincón de él.

- Quiero peinarte en cabello - le susurré suavemente y luego me miro con sorpresa.

- Bien, puedes hacerlo.

Lo senté en la cama y tomé crema de peinar y un peine suyo, me puse tras él  y pase la mano por su fino cabello dorado, me facinaba su cabello, era tan hermoso y sexy, incluso con solo tocarlo ya me estaba mojando.

Sonreí y con la crema de peinar peiné su cabello, tan suave, tan lindo.

Cuando terminé  de peinarlo, lo abrase por la espalda y Sonreí, el me devolvió la sonrisa.

- Me gusta que te pusieras mi ropa- dijo besando mi cuello.

- Sí, no tenía otra que ponerme, mi vestido quedo hecho trapos- dije guiñandole un ojo.

- Me gusta como te ves, pareces una niña pequeña, aunque lo eres- susurro con sensualidad, tenía que pararlo porque de otra manera volveríamos a la cama.

- Sí, ahora tengo que ir a trabajar- me levanté de sus rodillas.

Fruncio el ceño y luego sonrió.

- Pasaré por ti en el almuerzo, te llevaré a comer algo que ni sea cafe ni pastelillos.

- Bien, te esperaré. - salí de la habitación después de darle un beso.

Al salir corriendo de la mansión uno de los guardias  de la casa me paro.

- Buenos días señorita, él señor quería que le diéramos este celular.

Me entrego una cajita sellada y una lista de nombres, la encabezada el nombre de mi rubio.

"Mi rubio"Sonreí por mis pensamientos, parecía una adolescente enamorada, "error eres una adolescente enamorada" grito mi conciencia.

Tú, mi señor y dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora