Aceptación

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Cuenta Katrina :

Cuando veo al dueño de la voz mi corazón se para, es él tipo que pidió el especial y se marcho. El tipo toma haciento al lado de otro tipo rubio como él.

- ¿Quién eres ? - pregunto aun aturdida.

- El es tu prometido Katrina- responde mi hermano Luciano.

Mi prometido...¡¡ ¿Prometido?!! Pero que diablos!!eso debe de ser un juego de mi querido hermano. Asi, que me empiezo a reír como una loca.

- ¿Porqué te ríes?¿Qué es tan gracioso? - pregunta el rubio.

- Pues porque esta broma me da mucha gracia, ¡ay pero que gracioso eres Luciano! Por un momento casi te creo. - respondo sentándose en el suelo para seguir riendo.

El rubio me mira confundido lo que causa más gracia a la situación, pero, Luciano se acerca y me dice...

- Katrina querida, no es una broma, en serio él es tu prometido.

Miro a Luciano y ahora si que dejo de reír, su rostro no muestra que se burle de mi,  entonces ¡¿Estoy comprometida?!

Miro a mi madre y ahora si que creo esta situación, me han comprometido sin mi consentimiento. Me levanto con mucha rabia.

- ¡¿Que diablos dices?! ¿Como es que estoy comprometida?!  - grito.

- Katrina, no seas malcriada, ten respeto que estamos con invitados- me dice mi hermano molesto.

- Quiero saber quien putas me comprometido- musito más serena.

- Yo te comprometí Katrina, lo hise por tu bien bebe- dice Luciano y quiero matarlo.

- Tu no eres nadie para que me comprometas, no te debes de meter en la vida de otros y menos en mi vida... eres un asqueroso hijo de... - no puedo terminar porque mi hermano me da una bofetada que me manda al suelo.

Mi madre grita y empieza a llorar. Mis lágrimas salen como cascadas de mis ojos, esa bofetada si que me dolió, tanto físico como sentimental.

Una mano  me toca la espalda para luego levantarme, miro al dueño de esos brazos y veo al rubio que me mira con preocupación y algo dentro de mi cambia. El rubio vuelve el rostro y mira a mi hermano con enojo.

- No vuelvas a tocar a tu hermana, nunca en tu puta  vida  te atrevas a levantarle la mano, que no se te olvide que ella es mía y la voy a proteger de todos incluso de ti.

Esas palabras me hacen pensar en el tipo rubio, ese hombre que ya me habia comprado, no lo conocía, no sabia nada de él pero cuando me ayudo a ponerme de pie algo cambio en mi. Lo miré a los ojos y pude ver algo diferente, algo que nunca habia visto en otros hombres, vi amor.

- Señor Romano, lo.. lo siento pero mi hermana necesita modales.

- En eso tiene razón pero le volveré a repetir, nunca vuelva a tocarla porque de otra manera me veré obligado a tomar decisiones y usted sabe a lo que me refiero.

Luciano me mira y luego al extraño para luego pasar saliva y asentir.

- Señor Romano.. Porfavor... deje que hable con mi hija... se que se la llevara... Pero..pero.. deje que hable con ella... porfavor..- suplica mi madre llorando y juntando las manos como si estuviera rezando,  me acerco a mi madre y la abrazo.

- Dejare que tu madre hable contigo solo si tú preciosa prometes que iras conmigo sin poner resistencia- dice mirándome.

Él quiere que no ponga resistencia, quiero mandarlo a la mierda pero sé que me llevará con él quiera o no y mi madre quiere decirme algo así que mejor acepto lo que me propuso.

Tú, mi señor y dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora