Tú, mi señor y dueño

Débil

Narra Vitaly :

Salgo de la cafeteria, estoy que muero por dentro, maldigo a todos los dioses existentes.

¿Como es que Katrina ni me lo dijo? No mencionó que estaba comprometida, y no es con otro que el idiota de James Petrosky, odio a ese desgraciado más de lo que odio a los rusos.

James es un tipo egocéntrico, me causa asco pensar que él podría tocar a Katrina, pero ahora estoy muy molesto con su traición.

Subo a mi deportivo y me pongo en marcha hacia mi casa. Mi mente trabaja a toda velocidad, pienso..   Pienso..  ¡Maldita sea!  Paro el auto o tendré un accidente.

Katrina.. Porque no mencionaste a Petrosky? Es entonces cuando lo recuerdo, ayer ella iba a decirme algo cuando entro a mi despacho, no lo hizo porque estaba con Valeria, entonces ¿eso es lo que ella tenia que decirme? Por otra parte James no estaba sorprendido de verme ahí, ¿Acaso él sabia que yo iría a recoger a Katrina? Y si fuera así ¿Como se enteró?.... Tenia tantas preguntas que contestar, si Petrosky lo sabia debe significar que alguien se lo dijo, y ese alguien puede ser su infiltrado... Había un infiltrado en mi casa. Entonces, esto significa que James lo tenia planeado. Planeó que en el momento en que yo apareciera él me diria acerca de su compromiso, entonces yo caería en su juego y pensaría que Katrina me había ocultado la información apropósito y la dejaría en sus manos.... ¡Maldición!!!

Prendí el motor de mi auto, hise un giro de ciento ochenta grados y conducí hacia la cafeteria nuevamente.

¡Mierda! ¿Como había sido tan imbécil para caer en el juego de ese pedazo mierda?... Tenía miedo de ver lo que me esperaba. "Eres como todas, una mentirosa" "No te quiero volver a ver" mis palabras se repetía en mi mente haciendo que pensara que al volver Katrina no quiera verme, había sido injusto con ella, no le había dado oportunidad de hablar.

Conducí lo más rápido que pude, y si al llegar la observaba en brazos de ese desgraciado? Entonces abría sido mi puta culpa, ya qye yo la deje ahí, en manos de un degenerado. Lo conozco, Petrosky no es de fiar, es un sádico...una vez ví como mató a su ex novia y solo porque esta no le contestó es teléfono. Tan solo pensar que  podía hacerle algo a Katrina me aterraba.

Cuando llegué corrí hacia la cafeteria y cúa do estaba más cerca escuche los gritos de Katrina, ella estaba hablando gritando.

-PUES TE JODES!! AMO A VITALY, ES ÉL UNICO HOMBRE A QUUEN DESEO CON ARDOR, TU NUNCA VAS A LLEGARLE A LOS TALONES!

¡¡¿Pero que mierda?!! Mi corazón que siempre pensé que no lo tenía dio un salto. Katrina no había caído en el juego de Petrosky, ella no había corrido a sus brazos cuando la deje despues de decirle duras palabras, de las cuales me arrepiento. Eso demostraba una vez más que había sido yo en tonto aqui.

No espero más y entro , pero quedo en seco cuando miro la escena que allí se desarrollaba.

Katrina, mí Katrina estaba en el suelo, tenia sus dos hermosas mejillas marcadas por moretones, y por sus labio escapaba hilos de sangre.

Sin pensarlo me acerque a James y le dí una patada la pierna, haciendo que este se arrodillara, trato de tomar su arma que estaba enfundada en sus pantalones.  No se lo permití, rápidamente tomé su brazo y  gracias a años de entrenamiento en artes marciales rompí su brazo.

Tome su cabeza y le dí puñetazos hasta que mis manís se llenaron de sangre. Cuando ví que ya no podía moverse me levante y corrí hasta Katrina que estaba en el suelo, parecía rota.

- Katrina, amor mirame, preciosa... - mi voz empezo a temblarme, de pronto la idea de perderla hizo que me temblaran hasta los huesos.

Tomé su cuerpo entre mis brazos y la lleve a mi auto. Puse al lado su cuerpo y conducí lo más rápido que pude.

Al llegar bajé del auto lo más rápido que pude. Sebastián, mi conductor llego de inmediato para llevarse mi auto ni sin antes mostrarse preocupado por Katrina.

- Frederick!! - grite cuando estaba entrando a la sala para ir a mi habitación, mi hermano se asomó - ¡¡llama a los médicos!!! ¡¡Ahora!!.

Frederick marco a toda velocidad su teléfono. Yo llevé a Katrina a mi cuarto tendiendola en mi cama, aún  seguía inconsciente.

Al verla tan pálida y con rastros de sangre en su rostro, me -maldije a mi mismo, fui quien la dejó con ese animal.

Me sentí tan débil que al instante mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, nunca en mi vida había llorado, nunca había sentido este dolor que siento.

Puse mi cabeza en su vientre y lloré de impotencia al verla de esa manera.

La puerta se abrió y por ella apareció mi hermano que al verme se quedo helado. Es entendible, nunca me había visto tan débil, nunca me había  visto llorar.

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