Kintsugi「Omegaverse」

16

—Ho-Hola Arashi.

El pequeño Hajime estaba en la puerta del colegio a la hora de salida, Katsuki estaba escondido detrás del muro y le daba ánimos a su hijo a los lejos.

Los padres de Arashi estaba también pendientes, pero no sabían de Katsuki, ni Katsuki de ellos.

Vieron la escena enternecidos, menos Inasa, ese niño tenia algo familiar y no sabia que cosa.

—Hola Hajime, ¿Que pasa?

—Yo, bueno mi familia, me hará una fiesta por mi cumpleaños será el primer viernes después de las vacaciones de invierno y yo... yo quería saber si, pues — "se valiente y dale la tarjeta" escucho a su padre hablar — Toma.

Le extendió con sus dos manos un sobre, Arashi lo recibió emocionada y la abrió.

—¡WOW! Ground Zero, amo a este personaje, es, es.

—Sí, es una invitación a mi cumpleaños, atrás esta la dirección de mi casa te espero a las 3 y, ya me tengo que ir — Hajime tomo impulso, le dio un beso en la mejilla y se fue corriendo.

Arashi se quedo quieta y vio como salió corriendo. Su rostro se coloreo y comenzo a sollozar de vergüenza.

—¿Amor?... — se acerco Inasa — ¿que paso? — dijo haciéndose el desentendido.

—Hajime me invito a su cumpleaños, papi, él quiere que yo vaya.

A Inasa no le gustaba nada ese niño, quería robarle a su princesa, pero como decirle no a esos ojos negros, esas piedras de onix brillantes y hermosas.

—Me alegra amor el próximo sábado iremos a comprarle un obsequio, apurémonos, mami nos espera en el auto.

—Si papi.

—Ese es mi pequeño.

—¿Que pasó? — pregunto el abuelo que veía que Hajime estaba rojo y a punto de llorar.

—Le dio la invitación de su cumpleaños a la niña que le gusta. —contestó Katsuki.

Un silbido se escucho de la cocina — eso suena bien, entonces este cumpleaños será extra especial, ¿sabes que sabor de helado le gusta?

—De moras con chispas.

—Pues comprare dos litros — dijo Katsuki — Muero de ganas que sepa que soy tu padre, Yoarashi-senpai ira de espaldas.

—No me hagas quedar mal.

—Claro que no.

—Y a todo esto — dice Mitsuki — ¿Ground Zero? Que caricaturas mas extrañas vez hijo.

—Es genial Obacchan.

—Se parece a Katsuki.

Hajime rompió en carcajadas burlonas.

—Obacchan, medio Japón tiene los ojos rojos, hasta Kirishima-san los tiene y nosotros también.

—Buen punto, a lavarse las manos para comer, apresúrense.

—¡¡Sí!!— gritaron los presentes en la sala.