Capitulo 26

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Ya nada podía ir mal, Steven sabía que era una bruja, mi hermana había vuelto, el único problema era que Julieta y Stween estaba suelto por ahí destruyendo el mundo pero por lo demás estaba todo bien. Cómo siempre hablaba antes de que pasen las cosas, Arturo estaba aquí conmigo y se interponía entre Steven y yo y no sabía como decirle que ya amaba a otra persona, sentía cosas por él pero mis cosas por Steven eran tan fuertes que no sabía como describir ese sentimiento, era inexistente.

-Arturo necesito hablar contigo- dije mientras le cogía la mano.

-Tengo todo el día para ti preciosa- dijo mirándome.

-Esto es serio- pausé- cuando volví...

-Antes de que me digas nada- me interrumpió- tengo algo importante que decirte.

-Lo mio es mas importante- dije intentando advertirle.

-Adelante entonces.

-Cuando volví a mi época estaba confundida, sentía cosas por ti pero sabía que no te iba a volver a ver, es decir, nos separaban cientos de años.

-Ve al grano- dijo con los ojos brillantes.

-Estoy enamorada de Steven.

-Lo suponía pero gracias por ser sincera.

Viendo su cara de tristeza me arrepentí de haberle dicho la verdad y haberle roto el corazón en un solo segundo.

-¿Qué ibas a decirme tu?- cambié de tema.

-La solución a tus problemas.

Arturo se alejó de mi dirigiéndose a la salida con sus ojos cubiertos de lágrimas a punto de salir pero que por algún motivo se quedaban ahí.

-¿Qué paso?- dijo Steven.

-Le dije la verdad y...- me callé.

-Lo siento mucho- pausó- se que le amabas.

-No lo entiendes ¿verdad?- dije enojada- hay alguien mas en mi vida a la que amo mas que a él-pausé- le rompí el corazón por esa persona y esa persona no se da ni cuenta.

Sin escuchar las escusas de Steven salí de ahí tras Arturo para disculparme por haberle dicho todo tan rápido sin explicaciones e intentar explicar las cosas dejando todo claro tal y como es.

-¡Arturo!- grité caminando hacia él.

-No tienes nada que explicar- dijo mientras seguía caminando.

-Por favor escúchame.

Arturo se detuvo sin girarse y sin mirarme a la cara.

-No quería hacerte daño- pausé- siento algo por ti.

-¿Pero?- dijo irónicamente mientras se giraba para mirarme.

-Pero también algo por Steven.

-¿Algo mas?- dijo enojado.

-Lo siento mucho. No quería hacerte daño.

-¿Quieres que te perdone?- pausó- hoy al anochecer en el cementerio.

-¿Cementerio?

-Solo ve- dijo mientras se volvía a dar la vuelta siguiendo su camino.

No entendía para que quería que vaya al cementerio por la noche, podríamos hablar tranquilamente en un bar o en mi casa. Esperé hasta que anocheciera y me dirigí al cementerio dejando una nota en mi casa para cuando mi madre llegara la leyera y supiera donde estaba.

-¿Arturo?- grité.

Sin oír respuestas me asusté así que decidí irme para evitar que pase algo extraño.

Recuerdos del único amor I: HerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora