Feliz por haber salvado a Steven pero aún estaba en duda lo de la cueva y la voz que me había hablado, durante un tiempo pensé que estaba loca o que simplemente era mi conciencia pero repasé tantas veces ese momento que me di cuenta de que no era mi voz y que en verdad me había ayudado, ese hechizo no lo sabía así que no pudo ser mi conciencia.
Le tenía que decir a alguien lo que en verdad pasó porque no podía guardarme eso para mi misma o me explotaría la cabeza.
-Oí na voz- dije a mi madre. No era la mejor opción pero ella sabía mas de hechizos y esas cosas.
-¿Una voz?- dijo con duda.
-Esa vez que desaparecí- pausé- estaba en peligro y una voz me dio un hechizo que nunca antes había escuchado y me ayudó a salir de ahí.
-¿Una voz?- repitió con tono irónico.
-Es enserio- pausé- era la voz de una joven, su voz era tan dulce que parecía detener el tiempo y que solo se oyera su voz.
Al terminar esa frase me desmayé sin ningún sentido y caí al suelo. Despertando en un lugar completamente distinto, una cabaña antigua llena de cuadros y muy vieja.
-¿Judit?- dijo esa voz que oí en el bosque. Abrí los ojos muy lentamente viendo la imagen borrosa de na niña de mi edad, con un largo cabello castaño que llegaba hasta debajo de sus hombros, sus ojos color esmeralda brillaban como si en su interior hubiera una luz. Su sonrisa te daba sensación de seguridad.
-¿Quién eres?- dije cuando por fin pude abrir los ojos.
-Lena- dijo con una sonrisa.
-¿Me ayudaste a salir del bosque?
-Si- sonrió- tenía que protegerte.
-¿Protegerme?- pausé- ¿por qué?
Ella se quedó en silencio mirando a los lados, se paró y se sentó en la única silla que estaba ahí, el único mueble de la casa.
-No sabes lo mucho que te extraño- dijo ella.
-¿Nos conocemos?- dije intrigada.
-Tan solo eras un bebé- pausó- no te acordarás.
Volvió a quedarse todo en silencio pero entonces ella me miró y añadió.
-Eras tan pequeña y tan frágil-pausó- tenía miedo de romperte, parecías una muñeca- rió- no pude verte crecer y enserio que lamento todo esto.
-Pero ¿quién eres?
-Tu hermana- dijo con lágrimas cayendo de sus ojos.
-¿Hermana?- dije asustada.
-Morí cuando tenía seis meses.
-¿Qué te pasó?
-Fue Emma- pausó- tu papa le quitó a su hija, ella le quitó a la suya, solo que mas fríamente.
-¿Estás muerta por mi culpa?-dije asustada.
-No es tu culpa, moriría mil veces si te pudiera salvar.
-¿Dónde estamos?
-Era nuestra cabaña, aquí morí- pausó- es mi último recuerdo, todos los días revivo el día de mi muerte.
-¿Por qué haces eso?- dije.
-Me hace recordar que en verdad estoy muerta y...
-Lo siento mucho.
-No lo sientas- dijo.
-¿Cómo llegué aquí?
-Te llamé- dijo.
-¿Estoy muerta?-dije asustada.
-Si- pausó- pero cuando nos despidamos volverás a vivir.
Era una de las cosas mas extrañas que me había pasado en la vida, conocí a mi hermana, que no sabía hasta ahora que existía.
-Ya pasaron dos horas- pausó- si estás mas tiempo morirás de verdad.
-No puedo irme- pausé- no sin saber mas.
-Lo siento.
Todo se volvió blanco y veía como me alejaban a la fuerza de un camino sin fin. Desperté con una manta en la cara que cubría todo mi cuerpo. Mi cuerpo estaba desnudo con una etiqueta en los pies que no alcanzaba a ver. Estaba encerrada en una especie de caja plateada. Patee con todas mis fuerzas la puerta que se encontraba en mis pies. Con la manta que cubría mi cuerpo, lo coloqué como toalla después de salir de la ducha y salí de esa habitación que parecía ser el deposito de cadáveres. Subí por el ascensor y caminé por los pasillos del hospital mientras todos los ojos estaban fijados en mi. Vi como mi mamá estaba en una silla sentada llorando a todo pulmón y a su lado Natalia y Steven.
-¿Mamá?- dije- ¿qué pasó?
-¡Estás viva!- gritó.
Todos se volvieron a mirarme inclusive Steven y Natalia y los doctores que se encontraban ahí. Fuimos a un lugar mas seguro en el que pudimos hablar tranquilamente sin tantos ojos se queden observando.
-No me hablaste de Lena- dije cuando por fin estábamos a solas. Su cara empalideció y me miro con terror.
-¿Quién te habló de ella?
-Ella misma, la vi mamá.
-No estabas...
-¿Preparada?- le interrumpí- lo estoy mama.
-No quería que estés viviendo toda tu vida con ese dolor y con la culpa de haberla matado- pausó- no quería decir eso.
-Lo dijiste- pausé- me explicó todo-callé observando su cara asustada con lágrimas cayendo- ¿sabes quien es Emma verdad?
-La mujer con la que ...- pausó- tu verdadera mamá.
-Es la hija de Julieta y Steween- pausé- soy la descendiente que se vengará por ellos.
-Al menos no te enamoraste de ningún vampiro- dijo con suspiro. La miré con miedo en los ojos afirmando que si me había enamorado- ¿no lo hiciste verdad?
Me callé que me había enamorado de Steven, un vampiro, porque mi madre lo iba a matar para evitar la maldición y para que no estemos juntos, todo para molestarme.
-No mamá- miré para los lados pensando que debería haberle dicho la verdad.
-No irás al colegio - dijo enojada.
-¿Durante toda mi vida?-dije- ¿voy a estar el resto de mi vida encerrada en una habitación?
-Lo hago para protegerte- dijo.
-¿Protegerme?- pausé- no me digas que me encierras contra mi voluntad para protegerme, ¿de qué?- me callé- ¿de mi hermana?- reí- ¿de una maldición que tal vez no sea real?
-Es real- dijo.
-¿Cómo lo sabes?- pausé- estabas esperando una escusa para encerrarme otra vez los próximos años de mi vida.
-Sabes que lo hago para protegerte.
-Mamá vete- dije- ¡vete!- grité.
Vi como mi mama se alejaba de el lugar donde nos encontrábamos con la cabeza baja y culpándose por haberme dicho eso.
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Recuerdos del único amor I: Herencia
VampireJudit solo quería ser una chica normal, de las que van al colegio, de las que salen de fiesta, de las que se enamoran... quería ser normal pero ella no lo era, si linaje le impedirá ser normal. Sus padres no la dejaban ir al colegio aterrados de que...