Serendipity

VII

La luz del día entró por mi ventana y gracias a la claridad que había en mi habitación acabé despertándome, cuando abrí los ojos pude ver que Ash tenía su rostro muy cerca del mío por lo que me sorprendí bastante y de un momento para otro me encontraba en el suelo, efectivamente, me había caído.

Ash, al escuchar el golpe, se despertó rápidamente y se me quedó mirando aún intentando procesar lo que estaba pasando, después volvió a cerrar los ojos y se dejó caer de nuevo sobre la almohada, yo decidí asomarme despacio y vi que se había vuelto a dormir hasta que derrepente abrió los ojos al máximo y se levantó de golpe.

Ash:- ¡¿Qué hago aquí?! - dijo mientras se levantaba a toda prisa de la cama y comenzaba a buscar sus cosas.

Kera:- Hey tranquilo, solo te quedaste dormido anoche, eso es todo - dije en un intento de tranquilizarle, cosa que no funcionó.

Ash:- A eso mismo me refiero, dioooos, mi padre ahora sí que me va a matar- dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza entrando en un estado de pánico.

Me acerqué a él y lo sujeté de los hombros y lo senté sobre la cama para después sentarme a su lado.

Kera:- Tranquilo, ayer avisaste a tu padre que tendrías que hacer un trabajo y que no sabías cuanto tiempo te llevaría, simplemente puedes decirle que nos quedamos hasta tarde haciendo el trabajo y te ofrecí pasar aquí la noche. - dije con una sonrisa-

Ash se relajó cuando consiguió procesar mis palabras, y después se quedó pensativo para luego hacer contacto visual con esos preciosos ojos oscuros.

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Cuando todo estuvo en orden, bajamos al comedor para desayunar y así luego podría llevar a Ash a su casa.
Cuando estuvo listo, subimos al coche y me dirigí a la casa de Ash.

El camino fue principalmente en silencio ya que Ash sólo se dedicó a mirar por la ventana así que decidí poner un poco de música.

Narra Ash:

Cuando llegamos a mi casa le agradecí a Kera por todo lo que sucedió el día anterior y entré a la casa una vez que perdí de vista a Kera.

Todo estaba en silencio y eso me sorprendió bastante, ya que me esperaba escuchar los gritos de mi padre cuando escuchase mi llegada.

Cuando cerré la puerta, dejé los zapatos en la entrada y me dirigí al salón para ver si había señales de mi familia pero no fue así, todo estaba solitario en la parte de abajo por lo que decidí subir a la segunda planta para ver si se encontraban durmiendo aún, ya que, al ser fin de semana, podrían estar aprovechando para descansar al máximo.

Cuando subí me dirigí a la habitación de mis padres, toqué la puerta antes de entrar y al no recibir respuesta decidí pasar. La cama estaba perfectamente hecha y no había rastro de que nadie hubiese estado allí por unas horas.

Cuando terminé de inspeccionar la habitación de mis padres me dirigí a la de mi hermano JiHyung pero esta estaba completamente a oscuras por lo que no pude ver nada, así que entré en busca de mi hermanito para preguntarle si sabía donde se encontraban nuestros padres pero JiHyung tampoco se encontraba.

Comencé a asustarme ya que ningún miembro de mi familia se encontraban en casa. Rápidamente bajé hasta la entrada, donde había dejado la mochila, para coger el móvil y encenderlo pero el sonido del teléfono de la casa me interrumpió.

Cuando llegué al lugar donde se encontraba el teléfono fijo lo cogí y lo llevé hasta mi oreja para poder escuchar a la persona que se encontraba en la otra línea.

Cuando esa persona terminó de hablar no pude evitar dejar caer el teléfono y comenzar a correr hacia la puerta de salida de la casa, no sin antes cojer el móvil y las llaves.

Cuando me encontraba corriendo todo lo deprisa que mis piernas me permitían, decidí llamar a Hoseok para contarle la situación en la que me encontraba para después colgar y seguir corriendo rumbo al hospital.

Cuando llegué, fui rápidamente hacia la recepcionista y le di el nombre de mi madre, la cual se encontraba en una de las habitaciones.

Una vez tuve su localización, corrí nuevamente hasta allí y abrí la puerta sin esperar un segundo, el doctor que se encontraba allí, junto a JiHyung, se giró para mirarme.

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Me encontraba en la cafetería junto a JiHyung y Hoseok, intentando asimilar todo aquello, intentando buscarle una lógica a todo lo que estaba sucediendo, no podía creer que mi madre hubiese muerto por culpa de ese señor, el cual resultaba ser mi padre, no podía creer que ahora tendría que hacerme cargo de JiHyung, no podía creer que mi padre seguía suelto por algún lugar de Corea.

Si tan sólo no hubiese pasado la noche en casa de Kera, si tan sólo no me hubiese subido a su coche esto no habría pasado. No... Yo no podría haber evitado nada de esto, soy débil y no podría haber defendido a mi madre... Si tan solo hubiese tenido más valor desde hace un tiempo, JiHyung y yo no seriamos huérfanos, él podría ser feliz siendo un niño normal de seis años y yo podría seguir siendo un estudiante más.

No sé en qué momento me quedé mirando, inmóvil, hacia un punto fijo de la nada, al igual que no sé en qué momento apareció Kera con la respiración agitada y corrió hacia donde estaba y me abrazó con fuerza.

Todo se sentía tan dolorodo y a la vez demasiado indiferente, supongo que me estaba volviendo loco o simplemente no sabía como reaccionar en aquella situación.

De la nada me había quedado completamente solo, con el cargo de cuidar de mi hermano pequeño y sin un lugar al que regresar, lo había perdido todo.

Conseguí salir de mi trance cuando escuché a Kera llamándome mientras me agitaba de los hombros, sentía mis mejillas húmedas y cuando conseguí ver con claridad los ojos de la persona que tenía frente a mi no pude evitar echarme a sus brazos mientras lloraba desconsoladamente.