XVII

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Cuando llegué al apartamento de nuevo cerré con el mayor sigilo posible y sólo pude avanzar tres pasos cuando la luz de mesa del salón se encendió dejándome ver a un Tae arropado con su bata como en las películas cuando la madre esperaba a sus hijos cuando se escapaban.

Como pude reprimí una sonrisa que amenazaba con salir al pensar en algo tan estúpido como eso, miré a Tae, quien me miraba esperando una explicación, y rendido me acerqué a él viendo que no era el único que me estuvo esperando, sino que Hobi estaba dormido en el sillón. Los dos me estuvieron esperando.

Me senté en el sillón individual mirando hacia abajo mientras jugaba con mis manos, pensando en las palabras que le diría a Tae.

-¿Dónde estabas?- Me preguntó serio.

- Estuve con Kera, él vino a buscarme para pasar el rato juntos. - no me atreví a mirarle aún.

-¿Por qué no nos avisaste que saldrías? No sabes lo preocupados que estábamos cuando no te encontramos en la habitación. - dijo mientra que escuchábamos como Hobi empezaba a moverse en el sillón en señal de que se estaba despertando.

- Lo siento, pensé que estabais dormidos y no os quise molestar. - dije arrepentido.

- Una nota Ash, una maldita nota que nos dijese que estas bien y con quién estás. ¿Es tanto esfuerzo? - dijo claramente enfadado y preocupado.

No pude responder ya que la voz de Hobi nos asustó a los dos, al momento que me vio se sentó en el sillón mientras se frotaba los ojos para despejarse.

- ¿Donde estuviste Ash? Nos tenías muy preocupados. - dijo suavemente a pesar de toda la preocupación que tenía.

- Lo siento, me fui con Kera sin avisar, no volverá a pasar. - dije haciendo una reverencia para que me perdonasen.

- Está bien, mañana seguiremos hablando, por ahora vayamos a dormir que es muy tarde. - Dijo para después levantarse e irse a su habitación com si fuese un zombie.

Tae se me quedó mirando analizando el momento durante unos segundos para después sonreírme con malicia.

- Tienes el pelo revuelto y unas marcas en tu cuello, deberías ser más cuidadoso. - se levantó y cuando escuché la puerta de su habitación cerrarse me llevé las manos a la cara para tapar el sonrojo que se había instalado por toda ella.

Me habían pillado, no noté cuando Kera me dejó marcas en el cuello y mucho menos me fijé en cómo estaba mi pelo.

Cuando conseguí calmarme me quité la ropa y me tumbé junto a Jihyun en la cama para dormir hasta que el despertador sonase para llevar a Jihyun al colegio.

Dormí durante el resto de la noche pero se me hizo demasiado pesado cuando el sonido del despertador comenzó a sonar por toda la habitación, sentí que solo fueron cinco minutos lo que dormí. Con pereza me levanté, apagué el despertador y me metí a la ducha para poder despejarme. Preparé el desayuno a Jihyun y fui a despertarlo, mientras se vestía fui a observar las marcas que Kera me había dejado en el cuello, solo tenía dos pequeñas marcas rojizas en el lado izquierdo del cuello.

Un leve sonrojo apareció en mis mejillas al recordar el motivo de aquellas marcas y un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Unos toquecitos en la puerta me sacaron de mis pensamiento y rápidamente fui a abrir a Jihyun, quien entró para poder lavarse la cara y hacer sus necesidad, por lo que le di intimidad.

Fui a nuestra habitación y preparé los materiales que debería usar Jihyun hoy en la escuela. Cuando la puerta del baño fue abierta, llevé la mochila a la cocina y acompañé a Jihyun en su desayuno para después salir rápidamente del apartamento y llegar a la parada del bus.

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