Serendipity

XXIII

Al llegar la noche todos se prepararon, poco a poco fueron llegando todos los que llevarían a cabo el trabajo que el jefe les había mandado. Cuando todos ya estuvieron listos y vieron que ninguno más tenía intenciones de venir, se subieron a sus respectivos coches dispuestos a comenzar con su estrategia, pero antes de siquiera poder encender el motor del coche, un coche se aproximó a alta velocidad, estacionandolo de forma descuidada.

Todos estuvieron alerta y expectantes para ver quien era esa persona. Tenían sus armas en mano dispuestos a disparar, pero todos dieron un salto en uno de los coches, ya que la puerta trasera fue abierta abruptamente, dejando ver a un Kera un poco más alineado, ya que se había quitado su barba y su apariencia estaba lejos de la de un vagabundos como días atrás.

No fue eso lo que les dejó sorprendidos, sino el hecho de no haber visto bajar a nadie del coche y aproximarse hasta ellos, todo sin ser descubierto por ninguno de sus compañeros. El moreno se subió al coche y cerró la puerta, ignorando a todos y esperando a que todo empezase cuanto antes para poder terminar pronto y no tener que estar rodeado de gente con la que no desea estar.

Mirando por la ventana, viendo los árboles pasar y las pequeñas gotas de lluvia deslizarse por el cristal del coche, espera paciente y sumergido en su mundo interior, donde solo aparece su brillante y sonriente Ash, llegar a su destino.

Todos sus acompañantes comprendieron que no hablaría con ninguno de ellos, ya que, a pesar de ser nuevos integrantes que a penas y esta era su primera misión, les dio a entender que tenía cosas mejores que hacer antes de relacionarse con ellos.

El camino se hizo demasiado corto, apenas notó cuando llegaron a su destino, a pesar de que no apartó la vista de la ventana del coche. Esperó a recibir órdenes de RM para salir del coche y comenzar con todo.

- Oye JK, ¿estás bien? Te ves decaído, más de la cuenta quiero decir.- dijo uno de sus compañeros de coche.

- Ese no es tu problema, céntrate en esta misión y no hagas perder el tiempo a nadie con ningún descuido.- dije para dar a entender que no me interesaba nada de lo que tuviese que decirme.

En ese momento recordé por qué estaba en el mismo coche que ellos, era el encargado de vigilar a estos chicos en su primera misión para que no hiciesen nada que pudiese arruinarlo todo.

La voz de RM me sacó de mis propio mundo, informando que ya debíamos salir del coche. Todos quitamos el seguro a nuestras armas, y con sumo sigilo fuimos bajando del coche y avanzando hasta la puerta trasera para esperar a la siguiente señal que nos dejase avanzar dentro de la casa.

La misión consistía en atrapar a uno de los peces gordos de una de las mafias que resultó una amenaza para la seguridad de mi padre, por lo que tenemos que conseguir atraparle y llevarle con nosotros para sacarle la máxima información y luego acabar con él.

El equipo de Jin se encargó de acabar con todos los guardias que protegen la casa, mientras el equipo de RM consiguió entrar en la casa sin mucha dificultad y sin ser descubiertos. Me puse alerta cuando la puerta trasera, lugar donde esperábamos que nos dieran una nueva orden, se abrió lentamente, haciendo que comenzase a sentir un sudor frío y apuntara con el arma en esa dirección.

Cuando la puerta fue abierta por completo pude ver como RM salía despacio y con las manos en alto, completamente desarmado, permanecí en mi lugar sin moverme, pensando la manera en la que lo salvaría sin tener que matar a quien lo tenía amenazado, ya que era a quien veníamos a buscar. La voz del pez gordo me hizo aguantar la respiración, esperando que no se percatara de mi posición.

- Salgan todos de sus escondites, se que estáis aquí.- dijo con una sonrisa ladina. Tan solo el aire frío hizo a los arbustos moverse, provocando un lugar mucho más siniestro de lo que ya era. - Vamos, no tengo todo el día, si no salís de inmediato, vuestro compañero acabará muy mal.- dijo mientras hacía a RM arrodillarse sin apartar el arma de su cabeza.