Serendipity

XX

Estoy sentado en uno de los sillones que había en aquella tienda, esperando mi turno para pasar a la sala donde hacen los tatuajes y las perforaciones, si os preguntáis si estoy nervioso, solo puedo decir que esa palabra se queda corta. El olor a desinfectante y los nervios que sentía hacen que me maree un poco. Tae estaba a mi lado, mirándome con una sonrisa, sabía que estaba nervioso pero prefirió no decir nada, porque sabe que me pondría histérico y al final no me lo haría.

A los minutos salió una chica, ella tenía algunos tatuajes pequeños en su muñeca y piercings en su labio y nariz. Cuando percibió mi mirada me sonrió y asintió con la cabeza. Yo miré un momento a Tae mientras me levantaba y seguía a la chica, ella me indicó que me tumbase en una especie de camilla negra. 

Vi como acercaba una especie de bandeja donde había una especie de tijeras con la punta circular y un agujero en medio, una aguja más grande de lo que imaginé y el piercing que me pondría. Primero cogió un rotulador y me preguntó donde quería el pendiente, una vez se lo dije, ella me hizo una marquita con el rotulador, se puso los guantes negros de latex y desinfectó la zona. Yo cerré los ojos cuando la vi coger la aguja.

Antes de sentir la aguja, noté como con las tijeras me las ponía en el lugar donde me había hecho la marca, 1,2,3 y la aguja pasó por aquél lugar. ¿que si dolió? Lo hizo pero más doloroso fue cuando empezó a poner el pendiente, ya que debía quitar la aguja mientras metía el pendiente y le ponía la rosca, cuando ya tuve puesto el piercing, me echó una especie de pulverizador y me levanté de la cama con su ayuda, ya que estaba un poco mareado.

Al salir de la sala pensaba encontrarme a Tae esperandome en los asientos, pero no había absolutamente nadie por lo que empecé a asustarme. Me senté en los asientos de espera para ver si solo había ido al baño o cualquier otra cosa. Al rato lo vi salir de una de las salas contiguas, estaba bastante sonriente pero su sonrisa se borró cuando vio mi cara de completa seriedad.

- ¿Dónde estabas? Salí hace un rato y no te encontré.- dije más que serio.

- Pues...Digamos que estabas tardando un poco, una cita programada para hoy falló y pues… Yo también me hice un piercing.- dijo mientras me mostraba su sonrisa cuadrada.

No pude enfadarme con él ya que es demasiado inocente y adorable para este mundo, por lo que solo pagué y salimos de aquél lugar. Ya eran cerca de las once de la mañana por lo que pensé que podríamos aprovechar el resto de la mañana los dos juntos. Hobi estaba haciendo una práctica de la Universidad y solo estaríamos los dos por el resto de la mañana.

- Hey Tae ¿te apetece que vayamos a tomar un café? conozco una cafetería por aquí cerca.- dije intentando sonar convencible.

- Siiii, me muero de hambre y no creo que aguante hasta llegar a casa sin comerte por el camino.- dijo como un niño pequeño. Yo solo sonreí por su ocurrencia y emprendimos el camino hacia la cafetería.

Lo llevé a la cafetería donde solíamos ir Kera y yo cuando quedamos, la nostalgia no tardó en hacerse presente pero rápidamente intenté borrarlo de mi cabeza y pasar un buen día, no podía deprimirme porque alguien importante decidiese formarse adecuadamente para tener un gran futuro.

Cuando llegamos a la cafetería hicimos nuestros pedidos una vez que estuvimos sentados, todos hablamos de cosas triviales hasta que alguien que se me hizo familiar apareció por la puerta, mi corazón se aceleró cuando conectamos miradas y una gran sonrisa apareció en mi rostro. Yoongi se acercó a nosotros con su peculiar sonrisa de gato y se sentó a mi lado.

- Hola chicos qué casualidad que nos hayamos encontrado en un lugar como este.-dijo mientras cogía mi mano por debajo de la mesa, haciéndome sonrojar. Yo solo apreté un poco más su mano mientras llevaba mi vista hacia la taza de café.