Diario del Sujeto Cuarta Parte.

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Catorceavo día de encierro: Parte II


"Ninguna de las balas lograron alcanzarte debido a mi leve temblor y solo habían dos balas en el arma; tenia miedo y sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo.

Te levantaste, me quitaste el arma y me propinaste una cachetada, para aquel entonces una simple cachetada era lo de menos; te hice enojar, lo sé, si antes no habías utilizado ninguno de los instrumentos, que supongo eran de tortura, que tenias allí, en la mesa frente a mí ese día lo harías. Tomaste un Pistola electrica² y me disparaste directo al pecho proporcionándome una descarga eléctrica.

Mi cuerpo temblaba, convulsionaba, podía sentir la electricidad correr libremente por mi cuerpo, cerré los ojos con fuerza  de forma instintiva y cuando los abrí no estábamos solos, tú estabas detrás de mí y no podía verte, pero si que podía ver a los primeros dos policías que habían roto la puerta que me separaba de la libertad. Te apuntaban con sus armas y a cada segundo que pasaba se adentraban mas en la habitación con más de ellos detrás, así que me apuntaste con el revólver, estaba descargado, pero ellos no lo sabían.

—Lo siento, pero es necesario, cariño — susrraste, en mi oído.

Quería gritar e informarles que no tenias balas, quería que me sacaran de aquel lugar, pero a la vez no quería que te hicieran daño porque a pesar de todo te seguía amando y si te arrepentías sé que te hubiera perdonado, pero ya en ese punto no había vuelta atrás y yo no tenia fuerzas, mi cuerpo aun temblaba lentamente.

—¡Baja el arma! —gritó, el que ahora sé que es el detective que se encontraba a cargo de ese caso.

Ya habían cinco o más policías en la habitación, no tenias salida, estaban rodeandote y lo sabias, pero no te rendias, no dejabas de apuntarme.

Escuché dos disparos, uno seguido del otro y me encogí en mi lugar aunque sabía que no los recibiría yo, no iban dirigidos hacia mí.

Te habían herido y no fue hasta que gire a verte que supe donde exactamente: en el hombro y la mano con la que sostenidas el arma; habías caído hacia atrás por el impacto, golpeándote con la silla volteada en el recorrido hasta el suelo.

Te levantaron segundos después, mientras me liberaban de los grilletes y entraban paramédicos, o eso creo que eran.

Derramé lágrimas por ti, estabas sintiendo dolor y sangre salia de tus heridas de bala, me miraste y sonreiste como cuando veíamos las nubes y no coincidimos en la forma que creíamos ver, una sonrisa sincera que parecía estar llena de sentimientos.

"Te amo" pude leer en tus labios antes de que le arrebataras una pistola del cinturón del policía que te había levantado.

—¡No! —grite, justo en el momento en que se escuchó el disparo."

...

Esta vez fue turno de Albert, el gemelo mayor, de recibir un sobre blanco con una nueva parte del diario.

Hasta ahora solo iban cuatro partes, o al menos que ellos supieran ya que habían perdido contacto con la familia de Ella, y no era para menos. Por otro lado, los padres de Sean se habían ido de la ciudad, ambos por negocios, pero a poco tiempo de cumplirse un año de todo aquel suceso volverían a la ciudad.

El gemelo lloró, todo ese dolor y tristeza se sentían presentes, la verdadera historia se encontraba en ese diario, era imposible no sentir curiosidad, pero recibir y leer una página era devastador.

El gemelo lloró, todo ese dolor y tristeza se sentían presentes, la verdadera historia se encontraba en ese diario, era imposible no sentir curiosidad, pero recibir y leer una página era devastador

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²Pistola eléctrica: arma de electroshock que dispara proyectiles que emanan una descarga eléctrica a través de un cable para incapacitar personas o animales.

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