«Estamos conectados»

«Qué difícil quererte»

Porque me juzgaste tanto y no hiciste nada al respecto, al final del cuento, te largaste y diste todo por hecho. Tiraste el amor mío a la basura y no preguntaste como me sentí con aquel dolor que me impregnaste.

Aunque mucho me cueste el adiós tuve que aceptarlo, tuve que insertarlo en mi ser por más que doliese. Y cuán duro es saber que ya no estarás más, pero aunque me queme los sesos, de mi mente y mi alma no saldrás jamás, aquí te esperaré y te seguiré hasta que sientas que la vida se me fue pensándote, se evaporó buscándote y que me perdí mis mejores días sin la persona que alegro mis días y regocijó mi vida. Vaya, y que tristes serán mis días sin lo que fue de ti y de mi.

Aquí me quedo con la herida en lo más profundo de mi pecho, y que difícil que salió quererte, que difícil me fue tenerte y que imposible será alejarte... Tu ausencia será la espina que pinchará mi corazón con cada recuerdo, con cada memoria que llegue a mi mente de lo que fue «lo nuestro».

Me llamaste egoísta, por no querer romperme, porque sabía que si algún día te marchabas se iría contigo mi vida, y...

¿De que valió?

Aún así dimitiste, y no te importo que sería de mi, a donde iría y cuánto me costaría seguir, pero así es la vida, un día es tuya y al otro depende de otra vida, un día fue mía y hoy me doy cuenta que a poco te la dí cada día.

Qué difícil fue tu ausencia cuándo me vi en mi habitación sombría, sin escuchar tus risas, y que duro golpe escuchar esa triste melodía, aquella que nos definía, esa que nos comprometía, que a viva voz tú emitías para mi, y me duele, porque cada que recuerdo tu voz te imagino en mi mente con esa mirada fría que me dolía, eras cómo las rosas rojas y perfumadas enamoran con su belleza, pero tenerlas es acepartalas con sus espinas, y así fue, al pasar del tiempo la belleza fue cesando y desgraciadamente me quedaron las espinas, que me causaron duras heridas, y hoyos ensangrentados en los que las espinas se quedaron y ahí se secaron. Y lo único que quedó fue un perfecto ardor, y heridas que sé que poco a poco sanarán con tu ausencia...
  
  “Nelianny Velásquez”