Quieres matarme, tomad un puñal y matadme aquí de una buena vez.No, no es que quieras hacerme todo más fácil. Tú, deseas hacerme sufrir a lo lento.
Yo no soy, no he sido, ni seré el sucio juguete de nadie, pero cuándo a ti me refiero todo es posible, no quiero pero debo, mi piel me exige quedarme en la tuya.
El tiempo que contigo paso me está liquidando, y no precisamente de una buena manera, aunque liquidar nunca será algo bueno.
Pero, «si se trata de ti, todo lo jodido como magia se vuelve bueno»
Y no es necesario hacerlo, no es necesario que me mates, que me riñas los sesos con tu presencia, o con tu mirada cuando se ausenta, cuando está lejos de mi tu cuerpo, siento, siento cómo el mundo gira y cómo me golpea, patéticamente me siento cómo un vicioso sobrio de su droga.
Cuándo te alejas no quiero, cuando te alejas no puedo ver el mundo de otra forma que no sea un lugar oscuro y tenebroso, un vacío que me agobia, sólo si no estás; pero en cambio cuándo te encuentras aquí, yo bien puedo ir por el mundo, puedo llenar mis pulmones de aire puro, si tú estás no está vacío, ya no más.
Y eso me asusta, eso me enferma y me mata lentamente, me revuelco e incluso pataleo, quiero tener las riendas de mi vida y de mi propio desdén, no quiero saber de otro ser humano que tome mis riendas, no quiero que nadie se adueñe de mi desdén, no quiero que te apropies de mi vida, temo.
Temo,
a eso con triste cobardía,
temo.A las ridículas canciones de amor, a el deseo de formar parte de ti, temo a tus labios y a las llamas que me queman pero que tanto me atraen a encadenarme.
Me muero, me declaro en desahucia, proclama ahora mismo; que venga a mi la muerte, porque no deseo recibir el amor de buena manera, así que abran la tumba que allí me lanzo en picada, porque ha llegado el amor a mi vida, el que me empuja, me obliga, me hace perder cordura y estribos, paciencia y dignidad. Y es que contigo supe perder tantas cosas, incluida decencia, y otras más que apoyan éste sentimiento tan vivo como tú risa, tan vivo como tú corazón, tan presente como tú.
En cambio yo... Mi corazón inerte, mi sonrisa tan ausente, esta traviesa que sólo aparece cuando intento detallar tu fina hermosura y mis sentimientos tan perdidos, lo cual de mi sólo conservo la pasión... Y ahora mismo ese único sentimiento me está hundiendo, porque éste me obliga a amarte con pasión, a mirarte con pasión, a dibujarte sobre mis pensamientos con infinita pasión, a perdonar con pasión, a caminar con pasión, la pasión me ha jodido. Cuándo ahora recuerdo que debí despojarme de todo sentimiento, me lamento mucho, porque no debí dejar el sentir más importante...
No intentes nuevamente, querer sonreírme porque desde que haces eso, se revuelven mis entrañas, y a eso muchos le llaman mariposas, ¡Pero que carajos! ¡No, no quiero a esos malditos insectos en mis intestinos!
Ahora mismo tengo miedo, ahora mismo en tu rostro te miento; perjurando que por ti no siento nada, que sólo te deseé en mi cama, ahora mismo estoy muy mal, porque el concepto que tengo de ‘no sentir nada’ es bastante peculiar, y contrariándome está, porque de manera desproporcionada siento todo, sin querer quiero más, sin buscarlo deseo demasiado... Me liquidaste, ¿Feliz? Existen cosas a las que temo, pero el amor no es sólo temor el amor es horror...
Horror, pero de pronto siento que no. Cuándo estoy a tu lado, buscando tu mirada, buscando tu protección, anhelando tu calor, buscándote sin cesar entre tinieblas que me alejan, que bruscamente me apartan de tu mano, porque en mis más oscuros sueños te he soñado e inclusive, te he amado.
Pero no es lo mismo soñar, que vivir la realidad.
No pretendía amarte, no quería saber cómo era querer, no tenía planeado querer besarte otra vez, ¿Qué puedo hacer? Clavaste tus ojos en mi alma y tu risa incrustaste en mi conciencia, tus besos me atormentan por mucho que quiero dejarte, por mucho que deseara alejarme.
Por lo tanto, por mucho que me cueste, te ruego la pena que dictes para mi no sea tan dura, sé que en el fondo no quieres joderme, pero de igual forma no puedo evitar temerle a eso y otras tantas cosas que me atormentan cada vez más, pero... No importa, mi dulce amor, el poder que tienes sobre mi, elimina toda clase de dudas, te pido ahora con clamor; ven y ayudame a aceptar mi condena, date prisa; saquemos estos demonios de una buena e interesante manera. Quédate en mi, has conmigo todas esas porquerías que deseas; amarme, abrazarme, besarme y no soltarme, acercate tanto a mi que repugnes porque de ti no me canso ni porque mucho lo quisiera, de ti nunca nada sería ni es suficiente.
Sí, que terrible, que pesadilla más fría, que imbecilidad humana, pero que satisfactorio a la vez.
Que miedo da el enamorarse, pero ya estamos aquí... Y al final, la cobardía está demás cuando finalmente todos vamos al mismo hoyo.
N. Velásquez.
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«Estamos conectados»
PoezjaVersos para todo, leer es el arte de la vida misma; más cuando de amor, pasiones y la vida se trata. Y siempre es un gusto leer algo que nos identifique. UN LIBRO DE VERSOS, titulado «Conectemos» para ti, para que sientas la lectura cómo si fuese tu...