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El bebé sobre la cama hipo con un pucherito en los labios, su garganta dolía mucho y aunque estaba completamente hecho una bolita entre las sábanas su cuerpo entero tiritaba de frío.

-Steve... Javis quiero a Steve...-

Lloro con la vocecita enronquecida haciéndose más daño, se había enfermado y ahora lloraba porque los únicos brazos que podían consolarle eran los de Steve... Tony no lo sabía pero el simple aroma de su alfa tranquilizaba sus malestares y por eso llamaba al rubio. Cualquier cachorro en edad infantil permanecía apegado a su madre pues su cuerpo aún no reaccionaba a las hormonas de nadie más... normalmente se conocía a la pareja destinada ya siendo mayor.

Pero Tony había estado en contacto con Steve desde recién nacido y era normal que su cuerpecito reaccionara y prefiriera al rubio... aunque eso no significaba que no amara a su mamá... solo que en algunas ocasiones el instinto ganaba la batalla.

-el tio Steven no puede cuidarle joven amo... no sería conveniente debido a su delicado estado...-

Esa explicación solo hizo que el llanto del Tony aumentará.

Jarvis lo vio con pesar, Tony tenía un horrible catarro y aunque ya le había dado el medicamento que había recetado el médico la fiebre aún no remitía del todo.

El mayor cambio las compresas que estaba usando para mantener el pequeño cuerpecito fresco. De no ser por el avanzado embarazo de Steven habría llamado para que el omega le diese una vuelta a Tony... su pequeño amito estaba bastante encariñado con el hombre y seguro que eso le habría mejorado el humor.

La puerta de la habitación se abrió dejando entrar a un muy ebrio Howard que miro la escena sobre la cama con molestia.

-Por Dios Jarvis has que se calle de una buena vez... ha estado llorando todo el día y si no se calla juro que... yo mismo haré que llore con motivo-

Gritoneo tambaleandose de regreso seguramente a su estudio mascullando cosas y dejando a Tony asustado en la cama, hipando y moqueando lo más calladito que podia.

-quiero a Steve...-

Susurró bajito contra las colchas viendo a Jarvis con los ojitos anegados en lágrimas pero sin querer hacer más ruido para que su papá no se enojara con el.

Jarvis suspiro dándole una mirada mortificada al pequeñito antes de asentir tomando la decisión. La señora Maria había salido el día anterior de viaje, dos meses enteros por Europa dejándole al cuidado del pequeño... y Jarvis de verdad disfrutaba de cuidar del pequeño Tony pero cuando la señora Maria no estaba Howard simplemente se descontrolaba.

Jarvis preparo una pequeña maleta con algunas ropas de Tony y sus medicamentos antes de coger al pequeño para llevarlo a la casa de los carter. Sabía que quizá Peggy le mandaría con un gruñido de vuelta pero no resistía ver al amito en ese estado. Howard ni siquiera notaría su ausencia y si lo hacía seguramente lo agradecería.

-¿Jarvis?....-

Steven fue quien abrió la puerta, Peggy no estaba en casa y Steve no abría la puerta por precaución. Así que el omega con sus 8 meses y medio de embarazo se las había arreglado para llegar a la puerta y abrir.

-disculpe... el joven amo no se siente bien y... lamento incomodarlo pero el señor Howard no se encuentra en las mejores condiciones... -

Era raro ver al mayordomo nervioso e inseguro de sus palabras pero Steven entendió a lo que se refería. Seguramente Howard estaba ebrio y su hijo le estorbaba...

-Pasa... acuesta a Tony en el sofá... Peggy está en el baño ella... me ayudará a llevarlo arriba-

Mintió dándole paso a Jarvis para que entrase. El mayordomo suspiro agradecido haciendo caso a Steven.

-sus medicinas y las indicaciones vienen en la maleta... yo, volveré mañana por el...-

-está bien, le dire a Peggy que te llame y así podrán ponerse de acuerdo. -

Y es que entre Peggy y Jarvis la comunicación era más fluida y sería más fácil que el mayordomo le confiase la verdad a ella. Jarvis se fue apresurado por volver a la mansión esperando que Howard no hubiese notado su ausencia.

Un dormido Tony se quejó entre sueños abrazando a su pequeño dorito más fuerte contra su pechito.

-Supongo que escuchaste... -

Steve salió de su escondite detrás de la pared de la sala acercándose con preocupación al sofá donde Tony dormitaba.

-no lo merece... Tony es un ángel y Howard parece el imbecil mas grande la tierra... ya mi amor... shhhhh... te tengo... estas a salvo...-

Steve le levantó para acurrucarle entre sus brazos meciéndolo suavecito para arrullarlo. Tony dejó escapar un suspiro aliviado al sentirse rodeado por ese aroma tan familiar pero no despertó.

-Gracias por recibirlo... se que es tarde...-

-No, no tienes que agradecer. Tony es de hecho mi ahijado y mi deber es velar por el... y se que nadie cuidaría mejor de él que tu...-

Steven le sonrió con ese rostro lleno de pecas y ahora algo recóndito que le hacía ver adorable. Su Tony nunca había llegado a embarazarse pero estaba seguro que de haberlo hecho se vería igual de adorable que Steven...

-ahora ve arriba y asegúrate de que su fiebre no suba... -

Steve asintió cogiendo la pequeña maleta con el y llevándose su preciosa carga entre abrazos a su habitación.

Esa noche Steve no durmió más preocupado por velar el sueño de Tony y dándole mil vueltas al asunto de Howard... jamás se habría imaginado que el hombre sería así... él solía admirarlo y pensar que era alguien completamente diferente...

-Tony... y pensar que alguna vez pasaste solo por esto...-

Los ojitos se abrieron apenas un poquito y la boquita roja por la fiebre le regalo una sonrisa apagada al verle.

-Shhhh duérmete bebé... -

El rubio se acostó a su lado para acariciar sus cabellos y canturrearle una canción... la canción que había bailado con Tony el día de su boda.

-Wise men say only fools rush in, but I can't help falling in love with you...-

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Espero les haya gustado 🥰😘

PD. Para mi un niño de 5 o 6 años todavía es un bebé... aunque Tony siempre es "bebé".

Cookie chipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora