Cookie chips

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Cookie Time!
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Después de que su tía se fuera Tony se quedó completamente solo en su habitación en donde la maraña de sentimientos en su pecho se enredó aún más... Steve... él estaba... entre lágrimas amargas camino a la cama donde se abrazó a una almohada para intentar escapar del inminente ataque de pánico. Su respiración se agitó hasta convertirse en puros jadeos completamente llenos de angustia y desesperación, tuvieron que pasar varias horas para que pudiese calmarse y esa noche Tony asaltó por primera vez el baño de su padre en busca de tranquilizantes que le ayudasen a digerir lo que estaba sucediendo.

A la mañana siguiente el moreno abrió los ojos solo para volver a recordar las palabras de su tía, una parte de él quería ir a casa, decirle a Steve que le perdonara... estar ahí con él... pero otra parte no quería hacerlo, no quería tener que enfrentarse de nuevo a la pérdida. Si, era un cobarde... pero luchar contra su propia cobardia esta vez parecía una tarea titánica... Tony pasó todo el día encerrado en su habitación sin ser consciente en realidad de la fecha tan especial que se estaba perdiendo.

Al otro lado de la ciudad en la casa de los Carter la única luz que brillaba en la habitación de Steve era luz que irradiaban los bonitos foquitos que los gemelos habían colocado en su ventana y la luz de la vela aromática que Peggy había encendido para él... olor navideño había dicho ella y aunque olía bien a Steve solamente le había llenado de melancolía porque esa navidad se sentía completamente solo y miserable.

Ahora todos en la casa dormían después de una cena algo apagada en la que todos se habían esforzado por animar al rubio pero sin realmente conseguirlo... la pérdida del suero estaba consumiendo emocionalmente y físicamente al rubio quien había comenzado a perder masa muscular, sus cabellos ahora lucían más platinados que rubios y las arrugas alrededor de sus ojos definitivamente se habían marcado dándole una apariencia completamente diferente en apenas un par de días.

Steve suspiro en medio de su sueño pero sin despertar en lo absoluto cuando frente a su cama se materializó la fuerte figura de un omega en edad madura, de cabellos castaños y hermosos ojos cafés quien dejó escapar un jadeo ahogado al ver al rubio dormir. Muchas pruebas, intentos, cálculos y re calibraciones... pero ahora estaba aquí...

Despacio camino hacia la cama hasta sentarse en ella junto al hermoso hombre que dormía y con cierto temor subió la mano hasta las suaves hebras ahora algo más platinadas para acariciarlas con suavidad y adoración.

-Would you know my name if I saw you in heaven? Would it be the same if I saw you in heaven? I must be strong and carry on
'Cause I know I don't belong here in heaven...-

Tony canturreo suavecito en apenas un susurro solo para el rubio y Steve esta vez se removió al percibir el tan amado aroma y la dulce voz colándose entre su sueños.

Como en cámara lenta sus ojos azules se abrieron para encontrarse con los ojos chocolate en ese rostro tan conocido. Y Tony solo pudo sonreírle.

-Hola...-

-Hola...-

Le saludo con una sonrisa suave asumiendo que seguramente estaba dormido, últimamente estos sueños se habían comenzado a hacer tan frecuentes y tan reales...

Tony en cambio suspiro sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas y dejando escapar un hipido al poder ver de nuevo esa sonrisa.

-¿Por que estás llorando?-

Steve le pregunto lleno de curiosidad.

-Porque estoy aquí... contigo...-

El rubio le sonrió enternecido y acercó su mano a la de Tony para entrelazar sus dedos.