Cookie chips

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-miss Katy dice que las nutrias se agarran unas a otras para dormir... así no se pierden en el agua... así mira...-

Tony buscó la mano de Steve para aferrarla con su pequeña manita intentando enseñarle cómo lo hacían las nutrias. Ambos estaban en el jardín bajo la sombra del sauce llorón, sobre una manta, había estado leyendo cuando Jarvis había llevado sorpresivamente a Tony después de pasar por el al colegio iluminando con su presencia un día tan sombrío como ese.

-tú y yo somos como las nutrias entonces...-

-siii, eso le dije a miss Katy... que tú y yo nos abrazamos para no perdernos en la noche...-

Steve trago duro sintiendo un nudo en la garganta, porque sabía que alguna vez no lo había abrazado lo suficientemente fuerte y había terminado perdiéndolo ... intento sonreír pero no pudo hacerlo muy bien con todos esos sentimientos atorados en su garganta.

Tony apretó su manita en la de Steve y el rubio solo pudo atinar a tirar del pequeño cuerpecito para abrazarlo esta vez siendo el quien refugiará su rostro en el cuello pequeñito llenándose del suave aroma del pequeño omega.

-lo siento... lo siento mucho mi amor...-

Fue inevitable que las lágrimas escurriesen por sus ojos y que el llanto le ahogase. Ese día era el aniversario de la muerte de Tony... había estado todo el día intentando evadirse, dibujando en el jardín o simplemente leyendo. Era un sentimiento que le ahogaba y quemaba dejándolo completamente desplumado ante la tormenta.

Sabía que tenía algo hermoso en ese tiempo pero aún así algunos días el peso de la pérdida aún era insoportablemente enorme... hacía cuatro años Peggy le había encontrado llorando como un Niño pequeño entre un montón de dibujos del moreno... era su intento por honrar su memoria pero cada trazo era aún más doloroso que el anterior.

Ella solo le había abrazado y en silencio había esperado que el llanto pasara hasta que Steve estuvo lo suficientemente calmado para contarle... la mujer había escuchado y después le había ayudado a juntar todos los papeles que tenía regados en el suelo.

Más tarde ese día ella había vuelto con un árbol pequeño que entregó a Steve.

-es un sauce llorón... lo plantaremos en memoria de Tony... -

Steve sonrió suave tomando el joven árbol con cuidado para llevarlo al jardín Trasero. Aunque Peggy dijo que le ayudaría al final había optado por dejarle cavar y plantar el árbol por su cuenta, había sido algo liberador sin duda y cuando Steve había terminado Peggy le había llevado un vaso de limonada y ambos se habian sentado por horas junto al pequeño árbol. Steve contándole detalles de la vida que  una vez había sido suya.

Después de eso Peggy se había asegurado de estar en casa para esas fechas pero ese día había decidido cambiar la rutina, le había pedido a Jarvis que le llevara a Tony después del colegio. El bebé sin duda le haría mejor compañía al rubio en ese día y ahora le tenia ahí... bajo la sombra del árbol que ya había crecido en estos años y que dejaba caer sus hojas como cascadas de consuelo.

Inmediatamente Tony le devolvió el abrazo sin entender porque Steve estaba tan triste, a veces el rubio olía así... como a tierra mojada después de la lluvia y el pequeño había aprendido a identificar ese aroma como la tristeza de Steve...

-¿por que lloras?-

Le pregunto con la vocecita ya rota en tristeza también, ver a Steve llorar le ponía muy triste porque alguien tan especial no debía llorar...

Steve intentó recomponerse respirando profundo una última es antes de separarse y poder ver al nene, le sonrió con los ojos aún llorosos intentando restarle importancia para no hacerlo llorar también.

-No es nada... solo... dormí una siesta y tuve pesadillas-

Tony ladeó la carita mirándolo con esos ojos cafés que le llenaban de vida, despacito subió sus manitas al rostro de Steve para limpiar las lágrimas que habían corrido por sus mejillas.

-las pesadillas no son reales... no te pueden alcanzar porque yo estoy aquí...-

Repitió lo mismo que le decía Steve cuando el tenía un mal sueño. Esas palabras venidas del pequeño solo hicieron que la respiración del rubio se volviese a entrecortar en un hipido lleno de sentimiento, pero intento de nuevo sonreír para Tony.

-lo se... lo se mi amor...-

Atrapó la manita que con torpeza limpiaba su mejilla para besarla con ternura.

El resto del día lo pasaron juntos.

Tony no entendió porque Steve siguió oliendo todo el día a tierra mojada.

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Muchas gracias a las personitas lindas que me leen! 😘