Cookie chips

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Casi un año después Jarvis y Steve parecían haber encontrado ya una rutina. El mes restante del viaje de Maria el pequeño Tony había vivido en casa de los carter y era Jarvis quien le llevaba y traía del colegio. Después de eso se había convertido en una rutina el que Tony se quedase con Steve cuando sus padres salían de viaje... o simplemente las noches que Jarvis sabía no llegarían a dormir.

Tony por su parte se había acostumbrado a fuerza de convivencia a la presciencia de Claude y Thomas los gemelos que ahora lucían preciosos y quienes pronto cumplirían ya un año... aunque aún a veces se le podía ver con el ceñito fruncido sobre todo cuando veía a Steve cargar a Claude el pequeño omega de los dos.

-Claude huele feo...-

Le susurro bajito un día mientras el rubio le arrullaba para la siesta, Steve estaba recostado sobre su cama con Tony acurrucado en su pecho. Ya le había contado un cuento y tarareado una canción pero el bebé se negaba a caer rendido aunque ya los ojitos se le cerraban del sueño.

-¿huele feo?-

-si, huele muy feo...-

Susurró apenas para después ser vencido por el sueño. Steve se quedó despierto por un rato disfrutando el sopor de la tarde, acariciando sus suaves cabellos y disfrutando del olorcito de Tony hasta quedarse dormido con el morenito sobre su pecho.

Tony había vuelto a la mansión pero volvía con Steve  prácticamente cada fin de semana pues sus padres se mantenían muy ocupados como para pasar el fin de semana en casa. Maria aunque se preocupaba por el niño solía ser una madre bastante distante, distancia que intentaba compensar con montones de regalos y juguetes que traía de sus viajes... juguetes que teminaban en el baúl porque Tony aún prefería a dorito quien ya había sido remendado algunas veces.

Pero hoy, hoy era un día especial, era 29 de mayo y Jarvis había esperado que ese día al menos alguno de los dos adultos hubiese recordado que era un día especial... sin embargo Maria había salido esa mañana con rumbo a Francia para pasar todo  el verano en la costa francesa dejando un regalo con una tarjeta de feliz cumpleaños y el encargo de preparar un pastel para el pequeño.

Y luego estaba Howard quien había despertado esa mañana con la inspiración a tope y apenas levantarse había ido a su laboratorio. Ahora Jarvis le llevaba el desayuno y se preguntaba si sería prudente si quiera recordarle el cumpleaños de Tony. Howard estaba completamente ensimismado en su nuevo proyecto y apenas le prestó atención cuando entró.

-señor... ¿habrá alguna celebración el día de hoy en honor al pequeño Tony?-

-¿celebración?... ¿por que?...-

-por su cumpleaños señor, hoy es el cumpleaños de su hijo, cumple seis años-

-ya veo... no, María se fue esta mañana... llévale a casa de Peggy seguro se lo pasa bien con los gemelos... dale algo, lo que sea... -

Jarvis solo frunció el ceño molesto con Howard pero de cierta forma aliviado, Tony sin duda se la pasaría mucho mejor allá que aquí  solo en la mansión.

-bien, si no me necesita iré a dejar al joven Tony a casa de los Carter-

-Si, si... llévale un cheque a Peggy y dile que se quede con él el resto del verano, no tengo tiempo para verlo solo sabe llorar... ese Niño es un fracaso total...-

Masculló apretando un tornillo, su único heredero era un miserable omega que lo único que sabía hacer era llorar... Howard se fastidiaba solo de verlo porque no entendía porque un Stark era tan débil, y María por su parte prefería huir de la realidad pues de cierta forma sentía ser un fracaso para Howard como omega al no poder embarazarse de nuevo.

Jarvis le dejo solo en el laboratorio para ir a buscar a Tony quien jugaba feliz sobre la alfombra porque ese día era su cumpleaños, Steve le había regalado un calendario para marcar los días y ese día tenía dibujado un pastel en el recuadro.

La nana ya le había bañado y vestido con un precioso trajecito de marinero que su Maria había mandado hacer especialmente para él.

-Jarvis!! Steve dijo que cuando llegara al pastel sería mi cumpleaños!! Hoy llegue al pastel! -

Corrió hacia el con el calendario en mano como prueba contundente de que hoy era su cumpleaños número seis! Le mostró con las mejillas coloradas y los ojitos brillantes de emoción, desde siempre Tony había pasado sus cumpleaños con los Carter o más bien con Steve porque en casa nunca había tenido una fiesta... Así que lo que Tony esperaba cada año era que lo llevara a casa de Peggy.

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