Cookie chips

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-feliz cumpleaños querido Tony... feliz cumpleaños a ti...-

Le canturreo Steve viéndolo sonreír frente al bonito pastel con seis velitas que había horneado el mismo con mucho cariño para el pequeño.

-ahora... cierra los ojitos y pide un deseo...-

Tony junto sus manitas y apretó los ojitos con fuerza susurrando bajito su deseo. Deseaba poder vivir para siempre con Steve, poder quedarse con el...

Sus labios susurraron muy bajito esperando que nadie más que las velitas de cumpleaños que iluminaban su pastel le escucharan pero el deseo llegó claro a los oídos de Steve quien solo sonrió completamente enternecido.

-ya! Ya lo pedí!! Ahora voy a soplar... soplaré muy fuerte esta vez!!-

Cerró de nuevo los ojos e infló sus mejillas para soplar con fuerza, el año pasado Steve le había ayudado con algunas que no había logrado apagar al soplar, pero este año lo lograría, las soplaría todas y su deseo se haría realidad.

Y aunque Steve estaba preparado para entrar al rescate realmente no se sorprendió mucho cuando el pequeño pudo apagarlas todas, Tony había crecido mucho ese año.

-¡siiii! ¿Viste Steve? ¿Lo viste?-

Tony brincoteo emocionado sobre su cojín, ambos estaban celebrando sentados sobre la alfombra de la sala con el pastel en la pequeña mesita de centro, Steve había comprado unos gorritos de cumpleaños y decorado la sala con un montón de globos y serpentinas solo para Tony. Peggy tenía misión y Steven había pasado toda la noche velando por los gemelos que habían contraído resfriado por lo tanto ahora descansaba un poco aprovechando que la fiebre había desaparecido  y el llanto había  vencido a los bebés.

Esa mañana Jarvis había llevado a un muy emocionado Tony quien se había vestido para la ocasión con ese precioso traje que había provocado que Steve llenase su rostro de besos y que por consecuencia Tony riese encantado.

Una vez apagadas las velitas Steve tomó un poquito de betún con su dedo índice para embarrar la pequeña naricita respingona de Tony con apenas un toquecito suave.

-feliz cumpleaños mi cielo...-

Lo felicito apartando luego el pastel para poner frente a él un bonito regalo forrado en brillante papel color rojo y un gran lazo dorado.

Tony lo miro emocionado con los enormes ojos llenos de alegría, la preciosa sonrisa que sonrojaba sus mejillas y la naricita manchada de betún, era una imagen digna de fotografiar sin duda y esta vez Steve no perdió el momento sacando la cámara fotográfica que Peggy le había regalado. Tomó una foto de su pequeño ángel para atesorar el momento por siempre.

-pensé que dorito necesitaba un compañero...-

Dentro de la caja había un pequeño muñeco del mismo material y tamaño que dorito pero esta vez representaba un pequeño conejo... de ojitos castaños y una pequeña barba muy peculiar, en su pecho Steve había costurado un pequeño parche en forma de dona de chispas de colores que representaba el reactor... Tony lo tomó sonriendo de oreja a oreja.

-¿son amigos?-

Pregunto Tony juntando a ambos peluches para analizarlos, con cuidado.

-si... pero aún no tiene nombre... está esperando encontrar un buen Niño que le ponga nombre-

Tony gateó hasta poder sentarse entre las piernas cruzadas de Steve acurrucándose ahí con ambos muñecos en las manitas, se quedó un ratito callado mientras Steve dejaba besos en su coronilla y acariciaba sus caballos con cariño.

-señor chispitas... se llamará señor chispitas...-

Steve se rio bajito limpiando la pequeña nariz para que el betún no se secara y luego costara trabajo quitárselo.

-¿por qué señor chispitas?-

-Bueno... mira... tiene barbita y chispitas aquí... en el pechito...-

Esta vez la carcajada fue grande porque bueno... si, tony tenía barbita y echaba "chispitas" ... pero señor chispitas nunca había sido un apodo que se le ocurriese.

-bien... señor chispitas será entonces...-

Ambos pasaron el resto del día celebrando, comieron pastel hasta estar llenos y más tarde Steve le llevo al cine a la función infantil, ese día tan especial Tony comió una deliciosa hamburguesa de queso con papitas fritas y una malteada de fresa.

Para Tony fue un día completamente espectacular, Steve se aseguró de ello... cada año que pasaba el rubio se preguntaba realmente como habrían sido sus cumpleaños de no haber estado él... como serían los cumpleaños de los otros Tonys de los otros universos donde no había un Steve para intentar mejorar el día... suspiro acurrucando el cuerpecito un poco más entre sus brazos, ahora Tony dormía después de un día tan ajetreado y Steve no podía estar más agradecido de haber podido pasar un cumpleaños más con su pequeño rollito.

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