Cumple Con Tu Destino

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Ahí estaba tendida en la cama, perecía que dormía, tenía los ojos cerrados y su rostro pálido y demacrada, pero aun asi estaba hermosa, sus finas facciones eran enmarcadas por su cabello ondulado castaño extendido por la almohada, sus delgadas manos descansaban sobre su abultado vientre, se veía esplendorosa, sin importar la enfermedad el embarazo le daba un aire bello, femenino y delicado, la sublime  apariencia de una mujer que procrea  la vida.

Sebastián la miraba con sus ojos inundados de lágrimas, su corazón débil y enfermo latía de nuevo con fuerza ante esa imagen. Después de creerla muerta había perdido toda ilusión y esperanza, no pensó volver a verla y eso le daba la más grande felicidad, ver aquel vientre pronunciado resaltar de entre las sabanas era algo supremo.

El príncipe se sentó en  un costado de la cama con ayuda de Azula. La bruja tomo de la mesa cercana el cofre y saco el broche que coloco en el pecho del joven atorado de su túnica del lado izquierdo. Después de ponerlo el chico se sintió un poco mejor.   

-Elizabeth despierta, abre tus ojos alguien vino a verte. -dijo la bruja Azula delicadamente a la joven.

Lentamente abrió los ojos y parpadeo varias veces sin poder creer quien estaba a su lado, se formo en sus labios una débil sonrisa y sus ojos irradiaron de nuevo esa luz que la caracterizaba.

-Sebastián. -dijo como voz débil que pareció un susurro. -regresaste a mí. -una lagrima escapo de sus ojos y rodo con lentitud.

El príncipe no tenia palabras que expresaran su gran felicidad, se acerco más a Elizabeth y beso dulcemente los labios de la chica, mientras ponía su mano sobre la de ella y acariciaba delicadamente su vientre. -Solo la muerte me hubiera impedido regresar a ti amor,  y aun así después de la muerte en la eternidad te hubiera buscado hasta encontrarte Elizabeth.

Se acerco el príncipe con cuidado hasta mantener sus frentes juntas, no dejaban de mirar sus ojos y encontrar en ellos una paz indescriptible, cuanto se amaba, cuanto se necesitaban y por fin estaban otra vez juntos. Una de sus manos descansaba aun sobre el vientre de la joven y con la otra acariciaba su cabello castaño con amor y ternura.

-La guerra ha terminado amor, La Dinastía Sojania desapareció, al igual que Vladimir y Máximo, por fin la paz a llegado a nuestro mundo. -Le conto el príncipe a la joven. -Lamento mucho lo de tus padres. -dijo tristemente. -mi padre también murió, pero él nos dio su bendición,  quería verme feliz y sabia que tu eres mi felicidad, sin conocerte  también ya te quería.

-Todos los que murieron en esta terrible guerra ahora ya descansan del sufrimiento, están en paz ahora que ya todo termino su sacrificio no ha sido en vano. -Le contesto débilmente la castaña mientras acariciaba la mejilla del joven con su delgada y pálida mano.

Harry y Ron estaban conmovidos por lo que veían,  Elizabeth y Sebastián estaban felices nuevamente disfrutando de su amor, como si nada mas importara  a su alrededor, como si ellos no estuvieran en este momento debatiéndose entre la vida y la muerte. Ambos debilitados por la enfermedad sufrían el dolor corporal, pero sus corazones llenos de amor estaban extasiados, llenos de ternura, ponían todas sus esperanzas en aquel pequeño ser que estaba creciendo en el vientre fértil de Elizabeth.

Azula a lado de los chicos se había permanecido en silencio, derramando un par de lagrimas en silencio, pero decidió que ya era buen tiempo para explicarles lo que estaba pasando.

-Elizabeth y Sebastián morirán inevitablemente el hechizo que les lanzo Máximo fue el mismo, si ambos están aún vivos es un poco por la protección que les brinde a través de la gargantilla, el príncipe solo tuvo esa protección de manera indirecta gracias a ella, pero eso solo los hubiera mantenido vivos por poco tiempo, solo algunas horas, sus corazones están débiles, cada vez sentirán más dolor. Elizabeth está resistiendo todo lo que puede para darle tiempo suficiente para que su bebe crezca, pero le quedan muy pocas fuerzas, de hecho en un milagro que aun permanezcan con vida, siempre creí que fue su amor lo que provoco el milagro, es su fortaleza y su fe lo que los mantuvo por tanto tiempo con vida, ellos tuvieron que morir desde hace mucho, pero no fue así. El amor nos hace fuertes, nunca lo olviden.

Salvaste Mi Vida De Muchas Maneras, Hermione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora