Salvaste Mi Vida De Muchas Maneras, Hermione.

El Primer Viaje

En su habitación Hermione aun se sentía entre nubes su corazón aun latía rápidamente emocionado, embargado de una indescriptible felicidad, tenia grabado en su piel la calidez del rubio, su aroma y sus besos impregnados en su ser.

Se cambio de ropa y se puso su cómoda pijama y se recostó a descansar, sabiendo que con tanta emoción que sentía sería difícil conciliar el sueño. Cerró los ojos tratando de revivir los momentos junto a Draco, su corazón agitado comenzó a relajarse, mientras que su respiración se volvía más acompasada, estaba a punto de dormirse cuando todo comenzó.

-Hermione despierta. -Una suave voz la llamaba a lo lejos, su voz llegaba como un leve susurro. -Hermione levántate.

La castaña abrió los ojos lentamente y se enderezo de su cama buscando a quien la llamaba, pero no había nadie, solo Lavender y Parvia dormían en sus respectivas camas pero  parecía que ellas no escuchaban la enigmática voz que le llamaba.

La música, esa música que lograba agitar tu corazón por las emociones que despertaba en ella comenzó a sonar, el golpeteo de un corazón se escucho suavemente, pero ese latido no era de la chica, aun así sonaba cada vez más fuerte, con cada latido, tomaba fuerza.

Hermione se levanto de la cama con lentitud guiada por la música, algo de dentro de ella le decía que tenía que ir por el cofre, necesitaba de él, por alguna extraña razón que no podía explicar.

La música la hacía sentir ligera, adormecida, se movía lentamente como si su cuerpo se moviera por su propia cuenta, su mente no concebía ningún pensamiento, solo vacio, una quietud y tranquilidad indescriptible, se sentía tranquila como si flotara entre nubes de algodón. Cada suave movimiento la acercaba más a su baul, alguien la llamaba, decían su nombre.

Las hermosas notas la hacían vibrar, daba cada paso despacio era como si estuviera dentro de un sueño, de esos sueños en las que intentas correr y solo consigues andar como en cámara lenta.

Llego frente a su baúl y se incoó frente a el con elegancia, sus manos también se movían como si tuviera autonomía del resto de su cuerpo que seguía sintiendo entumecido, abrió cuidadosamente el baúl y sus manos se apoderaron del cobre que guardaba recelosa en el fondo.

No comprendía que le pasaba, solo se sentía desconectada de su cuerpo, como si no fuera ella misma la que estuviera actuando en ese momento, era como si alguien más tuviera la voluntad completa de su cuerpo.

Con la misma elegancia con la que se había arrodillado frente al baul, se levanto del frio piso de piedra, sin tomarse tiempo de cerrar de nuevo el baúl, caminaba de nuevo como si flotara hasta llegar frente a la puerta de la habitación.

-¿Qué ocurre? ¿Qué  me pasa? -pensaba Hermione sin poder emitir ningún sonido por la boca, que sentía de repente que ya no le obedecía. Al instante mismo en que su mente recupero un poco de lucidez sintió miedo, no sabía que ocurría, no sabía en qué momento había perdido el completo control de su cuerpo.

-Calma, no te pasara nada, confía en mi. -Escucho una voz serena llena de dulzura que la tranquilizo de inmediato, aun no comprendía que pasaba, la voz parecía salir de todos lados y al mismo tiempo de ninguno, era como si esa voz le llegara lejana hasta posarse en su oído, dándole la sensación de que le hablaban al oído.

No podía resistirse, pero de haber podido tampoco lo hubiera hecho, sentía una gran paz que nunca había experimentado. Perdió completamente la voluntad de su pies descalzos que ahora se dirigían a la habitación de Harry y Ron, no recordaba haber abierto la puerta, pero ya se encontraba dentro  a un lado de sus amigos que dormían plácidamente, a su izquierda esta Harry profundamente dormido cobijado por las sabanas, sus lentes descansaban en la mesa de noche que estaba entre ambas camas, Ron a su derecha desparramado completamente en su cama roncaba acompasadamente en un lio de sabanas parecían enredadas por lo mucho que se movía al dormir.