Capítulo 3: Índigo

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La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos.

-Félix Lope de Vega y Carpio

Llegó a su departamento y de dejó caer en el sillón como un costal de papas

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Llegó a su departamento y de dejó caer en el sillón como un costal de papas.

Por fuera parecía de 25 años, pero su yo interior se sentía de 80 y tantos.

Su mente divagó en lo sucedido la tarde de hoy.

Creyó haberlo superado.

Dio un grito frustrado.

Odiaba con todo su ser él como lo hacía sentir, efectivamente, habían pasado años, pero aún así, para Kaminari, era como verter alcohol en su herido corazón.

Estúpido.

Estúpido corazón

Estúpidos ojos, que años atrás lo habían observado con adoración fingida.

Estupido Hitoshi.

Y, estúpido Kaminari del pasado por haber caído en sus garras.

Denki se pasó las manos por la cara con frustración.

Si hace años había logrado salir adelante, ahora lo haría de nuevo, después de todo, solo convivirá con él un par de meses. Después de eso, no lo volvería a ver en su vida —por lo menos, no por voluntad propia—.

Kaminari sintió como algo vibraba en su pierna. Saco el celular de su bolsillo y respondió la llamada.

—Tontonari, ¿estas bien?— escucho la voz de Bakugou al otro lado del teléfono.

—Hola Blasty —contestó con fingida felicidad.

—Muy bien, hasta aquí mi intento de fingida amistad anual hacia ti — respondió su amigo enojado.

Kaminari río.

— Estoy bien —respondió a la pregunta de Bakugou.

—Los vi discutiendo por la ventana— habló de nuevo— mira, si no estas agusto con esto; le diré a Hitoshi que ya no sea mi padrino, de todos modos prácticamente lo obligue.

Kaminari trago.

Lo sabía, Bakugou si lo consideraba su amigo.

—¡No! —exclamó — quiero decir...no hay problema, solo fue la impresión del momento, hace años que no lo volvía a ver.

Escucho a Bakugou suspirar

—¿Estás seguro?

—Completamente. Además, es tu boda, y la de Kiri. No pienso arruinarla por idioteces.

—Denki...

—¿Está Kirishima por allí? —cambio de tema.

Bakugou dio un suspiro frustrado. Tal vez había sido mala idea escoger a ambos como padrinos. Erróneamente creyó que con el tiempo sin verse, ambos, iban a dejar el pasado atrás. El ya había perdonado a Shinsou, de lo contrarío, ahora mismo no sería su padrino de bodas. Aunque, no podía comparar su perdón con lo que Kaminari sintió —y siente— en ese momento.

Proudly Married -ShinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora